Ordenamiento territorial



SEÑOR DIRECTOR:

Los incendios forestales que afectan a las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, levantan nuevamente la necesidad de contar con una planificación territorial para Chile, particularmente porque las comunas más afectadas son rurales, entre ellas, Santa Juana, donde más del 50% de las viviendas fueron consumidas por el fuego.

En el grave contexto de crisis climática y ecológica que enfrentamos, las ruralidades y sus ecosistemas son aún más frágiles, siendo trascendental materializar un ordenamiento territorial sostenible y vinculante. Una gran deuda del Estado, pues sin rango constitucional y con un tímido proceso de descentralización, prima el sector productivo sobre el deseo de las comunidades.

Desde 2021 que rige en Chile la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT), quedando pendiente la publicación del reglamento para la elaboración de los Planes Regionales de Ordenamiento Territorial (PROT), instrumento que, en teoría, vendría a orientar lo que se puede y no se puede hacer en los territorios; estableciendo condiciones de localización e identificación de áreas preferentes para ciertos usos. Sin embargo, el que existe se aleja bastante de este anhelo.

Es de conocimiento público que los desastres climáticos serán reiterativos y no podemos seguir en la inacción. Urge regular lo que pasa en los territorios rurales, superar el sesgo urbanístico, productivo y el monocultivo, y comenzar a cambiar el paradigma del modelo económico imperante que permite el desarrollo de industrias a costa de los territorios rurales.

Camila Sepúlveda Molina

Claudia Soto Acuña

Asociación de Geógrafas de Chile

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