Prescindencia del gobierno

(AP Photo/Esteban Felix)

SEÑOR DIRECTOR:

Imaginemos que el plebiscito para aprobar la propuesta de la Convención Constitucional hubiera sido bajo el mandato de otro Presidente y los actuales gobernantes fueran oposición: ¿habrían aceptado a dos ministros conversando por Instagram sobre los logros de la Convención, en la oficina de la ministra vocera y en horario de trabajo? Con seguridad habrían puesto el grito en el cielo.

No se trata de que el gobierno no pueda comprometerse con una opción, todo Chile sabe cuál es. Se trata de comprender lo que implica el ejercicio de la función pública cuando se está en el gobierno. Hay prácticas republicanas que son de la esencia de la democracia, que permiten que la autoridad de un gobierno sea percibida como la autoridad de todos y todas. Esas prácticas son las que derivan en el respeto y la confianza, más allá de las diferencias, y por ello hay que cuidarlas.

La función de gobernar se relaciona con la búsqueda del bien común. Una principal es gobernar para todos. Frente a una elección, el gobierno debe resguardar el legítimo derecho a pronunciarse libremente por la opción que cada uno decida. Usar el poder para contribuir a que gane una facción, no solo es incumplir la responsabilidad de que las distintas alternativas tengan igual legitimidad y apoyos, sino que tiende a desunir más a la ciudadanía.

Por otra parte, todo indica un resultado estrecho. ¿Vale que el oficialismo se arriesgue a correr la suerte de un triunfo pobre o una derrota? El gobierno del Presidente Boric trasciende al plebiscito. Hoy ya se percibe paralizado esperando lo que apruebe la Convención. ¿Y si ésta fuera rechazada? El Presidente ha hecho una alerta. “Mi llamado es a buscar mayor transversalidad y amplitud posible para construir una Constitución que sea un punto de encuentro, y que el plebiscito de salida sea un punto de encuentro entre chilenos y chilenas”, dijo. Si el plebiscito no fuera un punto de encuentro y se mantuviera la división, el Presidente tendrá una enorme responsabilidad para contribuir a que esa brecha pueda reducirse en los próximos años. Para ello, su gobierno debe mantener prescindencia frente a las decisiones de la Convención.

Mariana Aylwin

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