Con 33 votos favorables, 8 en contra y cero abstenciones, el proyecto constitucional de reforma política sorteó el Senado, y avanza a su segundo trámite constitucional en la Cámara de Diputados, donde enfrentará un escenario más complejo.

La iniciativa tuvo unas larga tramitación que estuvo marcada por el debate que se dio entorno al umbral para obtener un cupo en el Parlamento.

El corazón del proyecto busca reducir la fragmentación partidista y fomentar la consolidación de partidos más representativos. Con este objetivo en la mira es que se estableció un umbral mínimo del 5% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional para que los partidos políticos puedan participar en la distribución de escaños en la Cámara de Diputados.

Además de este punto, la norma incluye un apartado antidíscolos, es decir, sanciona con la cesación inmediata del cargo a los diputados que renuncien a la colectividad con la que fueron electos.

Desde que se presentó el proyecto han sido varios las tiendas que manifestaron su disconformidad con la iniciativa, muchas de las cuales podrían extinguirse producto de las restricciones de la norma. Los argumentos de los detractores apuntan a que el proyecto “mete mano en la urna”, fomenta la poca representación regional y amenaza a los partidos pequeños.

El Partido Comunista ha representado el gran rechazo a la fijación del umbral durante el debate la senadora Claudia Pascual (PC) adviritió que “el Senado puede cometer un error garrafal que permita la inamovilidad en varios años más si este proyecto avanza”.

Y reprochó: “Este proyecto lo que hace es que expresadas las mayorías ciudadanas en cada uno de los distritos si supartido no obtuvo el 5% nacional, no tendrá derecho a llegar a la Cámarade Diputados. Esto es tan dramático como la falta derepresentación proporcional que tenía el sistema electoral binominal".

Por su parte, Ximena Rincón de Demócratas –uno de las colectividades que podría desaparecer con la nueva norma– reclamó que existe el “riesgo de debilitar aún más el vínculo de representación ciudadana”.

Ante los reclamos de esta fracción, el legislador Iván Moreira (UDI) sostuvo que los cuestionamientos al proyecto responden a “intereses partidarios de partidos chicos que tienen temor a perder”.

Respecto a la fragmentación, agregó: “La realidad es que tiene que haber un cambio porque el sistema proporcional no dio los resultados que nosotros esperábamos. El sistema binominal no dio los resultados que nosotros esperábamos. Y para cualquier gobierno en el futuro que gane el Congreso, va a ser imposible poder gobernar bajo estas circunstancias".