CARTA ABIERTA Johannes Kaiser
El tiempo de defender la verdad es ahora

Compatriotas, Chile atraviesa momentos decisivos. La patria está amenazada, como pocas veces en nuestra historia. Esta otrora “fértil provincia señalada” reclama hoy, como nunca, una actitud decidida de sus hijos en la defensa de los valores de la democracia y la libertad que la hicieron “grande, noble y respetada” en el concierto de las naciones.
Si nuestros héroes de ayer nos legaron una nación libre y soberana, hoy nos corresponde a nosotros: hombres y mujeres, profesionales y obreros, civiles y militares, jóvenes y adultos, crear las condiciones para hacer de esta patria un rincón del mundo donde imperen la paz social y las esperanzas de vivir en armonía con los principios de una sociedad libre.
Nunca nada bueno ha sido fácil. Somos un pueblo forjado en el sacrificio y en el amor a nuestra tierra. Hoy la patria nos llama a dejar nuestras zonas de confort y asumir con decisión el compromiso con el futuro. Nuestros niños deben ser nuestra prioridad. Nuestros jóvenes tienen que construir su destino fuera de la violencia y las drogas. La familia debe ser la base de nuestra sociedad, y los adultos mayores, los favorecidos con nuestra gratitud.
Creo fervientemente en mi patria, creo en su gente, creo en su historia, creo en los valores que nos han hecho una nación libre y soberana. Por eso, he asumido el desafío de representar a quienes hoy sienten desazón, miedo y desesperanza.
Con esta campaña hicimos historia, una que escribimos entre todos. Estuvimos 35 días de gira nacional, la Ruta 4K. Viajamos desde Arica a Punta Arenas. Recorrimos más de ocho mil kilómetros, reunimos más de 65 mil personas que apoyan nuestras ideas, y más de cinco millones de personas por redes sociales se conectaron en vivo. En el camino encendimos la esperanza y recobramos la fe.
No me arrepiento ni un momento de haberme subido a ese bus, porque palpé de primera fuente las dificultades que millones de chilenos esforzados enfrentan con el transporte y la conectividad, con el centralismo, la permisología y la burocracia. Las dificultades que tienen nuestros compatriotas de zonas extremas con falta de especialidades médicas, los precios de la energía y de los combustibles.
También vimos el abandono del Estado ahí donde sí debe estar: protegiendo las fronteras, entregando insumos para la salud pública, defendiéndonos de la delincuencia, garantizando una educación libre de ideologías para nuestros niños y proveyendo de la infraestructura que permita a nuestro país avanzar hacia su destino manifiesto: ser una potencia regional, el faro de Latinoamérica, un país que mira hacia el océano Pacífico y la Antártica.
En la gira nacional pude encontrarme directamente con ese Chile profundo, esa gran nación que no claudica frente a la adversidad. Y la historia se escribió con pasión y con un cariño especial en el corazón de Chile.
Al igual que ustedes siento el llamado de mi bandera, siento el compromiso con quienes hicieron grande a esta patria, y estoy seguro de que juntos podremos marcar un hito en la historia de Chile este 16 de noviembre. Escribiremos la historia política más épica, y ustedes son los protagonistas.
Desde la humildad de quien fundamenta en Dios sus convicciones, con la consecuencia que nace de la defensa permanente de nuestra libertad y democracia, transformaremos a Chile nuevamente en una nación grande, soberana y respetada, tal como la soñaron nuestros padres de la patria.
Sueño con el día en que la educación sea camino y garantía de éxito en la vida. Sueño con una salud que esté al alcance de todos. Sueño con que nuestros niños vuelvan a sonreír y que las calles y pasajes les vuelvan a pertenecer.
Sueño con un país que se hace grande de la mano del éxito de su gente, donde seamos tratados como iguales ante y por la ley. Un país en que podamos pensar, creer y expresarnos en libertad. Sueño con un Chile más grande que nosotros mismos, que sea hogar, refugio y sustento de todos nosotros.
Los invito a soñar este Chile conmigo. El único voto útil es el voto que expresa nuestra convicción personal. Porque el que actúa con convicción nunca se equivoca. Este domingo 16 de noviembre tenemos que actuar con convicción, para defender a Chile con firmeza frente a la amenaza comunista.
Mañana será tarde. Actuemos hoy, a conciencia. Defiende la verdad.
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