Cuando la cuenta pública se convirtió en un ring: Las peleas en el discurso de 1999 que estuvo marcado por Pinochet

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Hace casi dos décadas exactas se vivió el mensaje presidencial más enardecido desde el retorno de la democracia. La detención del entonces senador vitalicio en Londres enardeció los ánimos y provocó pugilatos, desalojos y abandonos masivos en el Salón de Honor.


"El peor 21 de mayo de los últimos 40 años". No había ninguna duda en el titular de la nota inicial de la cobertura de La Tercera al día siguiente de la cuenta pública de 1999, la última de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Y es que hace casi exactamente dos décadas el Salón de Honor se convirtió en un campo de batalla, con pugilatos, carteles, gritos y salidas del hemiciclo. Todo en medio de la tensión instalada por la detención en Londres de Augusto Pinochet, entonces senador vitalicio, que enardeció los ánimos entre los parlamentarios.

La situación política era también de expectación. No sólo era el discurso final de Frei, en esos momentos con una baja aprobación producto de los efectos de la crisis asiática en el país. También, quien presidía la ceremonia como presidente del Senado era Andrés Zaldívar, por entonces candidato presidencial de la DC y quien tenía programado nueve días después, el 30 de mayo, medirse en primarias internas de la Concertación con el candidato del PS, PPD y el Partido Radical, Ricardo Lagos. Por la derecha, quien se perfilaba como candidato único del sector era el entonces alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, quien dos décadas después está en ese mismo puesto y también es una de las cartas presidenciales de Chile Vamos.

Según relataba el artículo de La Tercera, firmado por los periodistas Gabriela de la Maza y Juan Andrés Quezada, la primera polémica se produjo mientras llegaban los invitados al Salón de Honor. Por protocolo, las dos primeras filas estaban reservadas para los legisladores, pero los parlamentarios de la entonces Alianza reservaron el resto de los espacios.

En medio de la molestia por este hecho de los parlamentarios concertacionistas, dos legisladores que aún se mantienen en el Congreso se trenzaron a golpes: el diputado PS Alejandro Navarro -hoy senador independiente- y el RN René Manuel García, quien este año también se vio involucrado en un incidente donde agredió a un periodista en el Congreso.

Siempre de acuerdo al texto de La Tercera, el episodio ocurrió así: a las 15:38 -tres minutos después de que, en una señal, los cuatro comandantes en jefe de las FF.AA. llegaran juntos al Congreso-, Navarro increpó a su par Iván Moreira por llevar una foto de Pinochet en la solapa. Allí, García defendió al hoy senador UDI "haciendo una analogía con los rostros de detenidos desaparecidos que portaron los socialistas al jurar el general (R) como senador vitalicio", dice la nota.

"Navarro le lanza un golpe a García y ambos caen sobre una silla, que se rompe. Los separan los diputados Patricio Hales (PPD) y el propio Moreira", completa el artículo.

Otro elemento que tensionaba la ceremonia era la decisión del gobierno de mantener la invitación protocolar a la cuenta pública a los embajadores de España y Gran Bretaña, los países involucrados en la detención de Pinochet. Los parlamentarios de la UDI hicieron un gesto claro para expresar su repudio a la asistencia de los diplomáticos: desplegaron, frente a donde ambos estaban sentados, un lienzo que decía: "Inglaterra y España, no somos colonia. Devuelvan a Pinochet".

Allí se produjo un nuevo forcejeo, esta vez con parlamentarios de la Concertación tratando de bajar el lienzo y los de la UDI volviendo a desplegarlo. Y hubo otra vez golpes, entre el diputado UDI Sergio Correa y el senador PS Jaime Gazmuri, quien fue nombrado hace pocas semanas como director de TVN.

Con Zaldívar ordenando el retiro de la pancarta, la decisión de los legisladores UDI fue abandonar el hemiciclo. Y todo antes de que Frei llegara a iniciar el discurso. Cuando el mandatario iba a comenzar a hablar, hubo otro gesto de molestia: el senador designado Jorge Martínes Busch, ex comandante en jefe de la Armada, se paró de su asiento, hizo una venia al presidente y se retiró por el medio del Salón de Honor. No fue el único detalle: su asiento no quedó vacío, sino que dejó un cartel con un nombre, Augusto Pinochet.

El discurso mismo, por cierto, no fue tranquilo. Frei fue interrumpido seis veces por gritos de manifestantes. Zaldívar tocó varias veces la campanilla protocolar para llamar al orden, pero finalmente pidió el desalojo de los cerca de 50 manifestantes. El propio mandatario, tras terminar sus casi tres horas de exposición, reconoció cándidamente lo unusual de lo ocurrido: dijo que era "un triste ejemplo que va a aparecer en todos los canales del mundo".

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