Eduardo Rodríguez Veltzé, agente de Bolivia ante La Haya: "El pueblo boliviano buscará una solución a su cualidad marítima hasta alcanzarla"

Rodríguez
Foto: La Tercera/Archivo

El agente boliviano dice que, en ese contexto, "podemos trabajar juntos en aproximar este objetivo". Agrega que "ha llegado el momento de abrir el tiempo bueno" entre ambos países.


¿Qué expectativa tiene usted, como agente de Bolivia ante La Haya, del resultado del fallo?

No soy afecto a especular sobre los alcances de una decisión judicial de la complejidad del caso. Sin embargo, soy optimista frente a los escenarios que a partir de esta se pueden abrir para Bolivia y Chile.

Lo que se ve es que en este caso Chile tiene mucho que perder y nada que ganar, y Bolivia no tiene nada que perder. Eso pone en una situación compleja a Chile. ¿Lo comparte?

No, esa es una mirada muy reduccionista del escenario. Prefiero pensar que ambos países tienen mucho que ganar si asumieran que la controversia puede tener diversas posibilidades de solución en las que todos ganen y nadie pierda. Debe concurrir la disposición de admitir que la disputa existe y merece solucionarse. No hacerlo mantendrá abierta la herida que indispone a nuestros pueblos.

En el pueblo boliviano se han generado expectativas sobre lo que se logrará. ¿Cómo ve esas expectativas?

Por supuesto, pero es bueno advertir que las expectativas del pueblo boliviano para encontrar una solución a su cualidad marítima ya llevan casi 140 años y no cesarán hasta alcanzarla. Ahora bien, el inicio de la demanda fortaleció este propósito, en tanto logró radicar la causa ante la Corte Internacional de Justicia y sostenerla, pese a la fallida objeción preliminar que intentó Chile para repudiar su jurisdicción y concluir el proceso. Esa primera señal fortaleció la unidad de los ciudadanos que han seguido el proceso y esperan un desenlace favorable.

¿Es irrenunciable para Bolivia el objetivo de acceder al mar con soberanía?

El pueblo boliviano buscará una solución a su cualidad marítima hasta alcanzarla. Podemos trabajar juntos en aproximar este objetivo.

¿Cree que la corte va a acoger plenamente la demanda con todos los elementos? Es decir, que hay una obligación, que Chile la ha incumplido y que eso debe llevar a un acceso con soberanía…

Reitero, prefiero no especular sobre los alcances del fallo de la corte. Son los jueces a quienes, por ahora, corresponde responder estas preguntas; y luego, a las partes, ejecutarlo. Lo importante para ambos países será adoptar una voluntad de buena fe, eficaz y oportuna, orientada a soluciones, no a posturas defensivas que las inmovilicen.

¿Quedarían conformes si La Haya deja fuera del fallo la existencia de soberanía y se limite a señalar solamente una obligación de negociar?

Es prematuro asumir posiciones sobre supuestos. Prefiero insistir en la idea de que el desenlace de este proceso tiene que acercar soluciones y no nuevos desencuentros.

El tema de la soberanía ha sido crucial en las negociaciones que han tenido ambos países en el pasado. ¿Es esa la principal piedra de tope?

Efectivamente, pero no el único ni necesariamente el más importante. Chile hizo en su tiempo ofertas que incluían soberanía y en otras no. También ha sido crucial el tratamiento del Tratado de 1904 o la ubicación de una posible zona para definir un acceso. La principal "piedra de tope", por ahora, es la voluntad inicial de sentarse a negociar.

¿Un llamado de la corte a dialogar y negociar, aunque no se establezca que es una obligación para Chile, sería de todas maneras un triunfo de la postura boliviana?

No es práctico ni contribuye al propósito central de resolver la controversia el análisis reducido a escenarios victoria-derrota. Un llamado a dialogar, asumido con grandeza y buena disposición, será el inicio de un escenario que lleve a transformar nuestra relación, no para agravarla.

A su juicio, ¿en qué estado están las relaciones entre Chile y Bolivia? Autoridades chilenas, por ejemplo el excanciller Muñoz, han dicho que han llegado a su peor momento…

La Presidenta Bachelet también señaló que Bolivia y Chile habían tenido tiempos buenos y malos en su relación. Es cierto, a mi juicio, ha llegado el momento de abrir el tiempo bueno, el constructivo, ese es nuestro desafío mayor.

¿Se puede revertir esta situación?

Es posible. La controversia entre Bolivia y Chile no es intratable ni concurren elementos que la conviertan en un conflicto a perpetuidad. La voluntad de los gobernantes y de los pueblos es importante.

Las autoridades chilenas, quizás anteponiéndose a un resultado favorable para Bolivia, han insistido muchas veces en que si se obliga a negociar no hay problema, porque Chile siempre ha estado dispuesto, pero respetando el Tratado de 1904. ¿Es correcta esa afirmación?

Así lo reflejan también varios de los episodios en los que Bolivia y Chile aproximaron soluciones. Ese no es un factor que pueda limitar la voluntad de negociar y menos de lograr resultados.

¿Ha sido Chile un buen vecino?

Prefiero no referirme al pasado, sí a que podemos tener una buena vecindad, más fraterna y productiva. Toma de a dos, como en la cueca.

¿Qué les responde a las autoridades chilenas, como el canciller Roberto Ampuero, que han dicho que el Presidente Evo Morales usa este caso para la política interna de Bolivia y que él actúa como un candidato?

Esas expresiones no contribuyen ni se condicen con el respeto recíproco que debemos guardar entre estados dignos y soberanos.

¿Y ustedes han sido buenos vecinos? ¿Hay alguna autocrítica?

Por supuesto. La respuesta es la misma a la anterior, agregando que la autocrítica será indispensable también.

Sea cual sea el fallo, ¿Bolivia se compromete a respetarlo?

Bolivia así ya lo ha anunciado.

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