Los ruidos y las tentaciones de la derecha que amenazan la elección de Cariola como presidenta de la Cámara

Los diputados negociadores tras cerrar el acuerdo de gobernabilidad en marzo pasado.

La principal razón es que el resultado del plebiscito podría provocar un rebaraje de alianzas políticas. Ello se cruza además con el rol de Cariola en la campaña del Apruebo. Además, ella carga con algunas mochilas, como la mala fama del PC en ciertos grupos políticos, y en la derecha ya comenzaron a hacer gestiones reservadas para impedir su elección en octubre.


Cuarenta y ocho días después del plebiscito constitucional, la Cámara de Diputadas y Diputados enfrentará un test de alianzas.

El 21 de octubre debe renunciar la actual mesa que preside el PPD Raúl Soto, junto a los vicepresidentes Alexis Sepúlveda (radical) y Claudia Mix (Comunes). Con ello se procedería al siguiente paso del acuerdo que alcanzaron la mayoría de la bancadas, salvo las de derecha (UDI, RN, Evópoli y Republicanos), para rotarse en la presidencia de la corporación y repartirse los cupos en la comisiones legislativas.

Según este acuerdo de gobernabilidad de la Cámara (que incluye al Frente Amplio, al PC, al PPD, al PS, al Partido Liberal, al Partido Radical, a la DC, al Partido de la Gente, al Partido Ecologista y a independientes como Pamela Jiles), corresponde que estos grupos políticos, elijan a la diputada comunista Karol Cariola como nueva presidenta de la Cámara, desde el 22 de octubre hasta el de 30 de junio de 2023.

Sería la quinta mujer en ejercer el cargo. Sin embargo, el principal hito histórico es que sería la primera comunista en asumir la titularidad de esta rama del Congreso. El precedente más cercano es la presidencia provisional que ejerció María Maluenda, solamente por unas horas, del 11 de marzo de 1990, por ser la representante con mayor edad, mientras se elegía la primera mesa de la Cámara desde el retorno de la democracia. En esos años, sin embargo, Maluenda ya no era parte del PC y militaba en el PPD.

Sin embargo, la próxima elección de Cariola, que debiera ser un mero trámite -ya que el acuerdo compromete al menos el voto de 85 de los 155 diputados-, ha comenzado generar ruidos subterráneos en algunas bancadas, como el PPD, la DC, el PDG y en el comité independiente-ecologista, según admiten integrantes de esos grupos políticos.

La principal razón es que el resultado del plebiscito del 4 de septiembre podría provocar un rebaraje de alianzas políticas. Ello se cruza, además, con el rol que asumió Cariola como coordinadora de la campaña del Apruebo.

Cariola también carga con otras dos mochilas. La primera es la mala fama del PC en grupos de derecha, de centro o centroizquierda como la DC y el PPD, a pesar de que ella en lo personal haya cultivado buenas relaciones con esos sectores.

El segundo factor, sin embargo, radica en roces personales dentro de la izquierda, especialmente por sus críticas contra el acuerdo del 15 de noviembre de 2019 (15-N), que habilitó el actual proceso constituyente. A diferencia de lo que sucede en la derecha -donde el reparo a Cariola es por su militancia comunista-, en el Frente Amplio, por ejemplo, pasaría por un tema personal. De hecho, tras los cuestionamientos de Cariola al pacto del 15-N, al que calificó como “cocina”, entonces un dirigente frenteamplista, que hoy tiene un cargo influyente en el gobierno, expresó que ella había roto años de confianzas.

Ese resquemor que aún existe soterradamente en sectores del Frente Amplio y de la ex-Concertación ya se había traducido en un revés para Cariola, el 7 de abril de 2020, en una anterior elección de la mesa de la Cámara. Ese día, ella postulaba a una vicepresidencia, pero se impuso sorpresivamente Francisco Undurraga (Evópoli), debido al desmarque de algunos legisladores de su propio sector.

Entonces el voto era secreto y nunca quedó claro quiénes fueron los descolgados.

A más de dos años de ese episodio, tanto en el Frente Amplio como en el PC aseguran que esos roces ya fueron superados.

No obstante, en el derecha están conscientes de que a partir del 5 de septiembre podría haber un nuevo escenario político que haga inviable el pacto de gobernabilidad suscrito el 10 de marzo, un día antes de la llegada del Presidente Gabriel Boric a La Moneda. Este remezón, incluso, podría ser más fuerte si triunfa el Rechazo, admiten en Chile Vamos, que ya inició sondeos en las bancadas del PDG, la DC, el PPD y entre independientes.

Dado que ahora el voto para elegir a la directiva de la Cámara ya no es secreto -modalidad que contribuyó al revés de Cariola en abril de 2020-, desde la derecha han tomado contacto con ciertos diputados para sugerirles que se ausenten los días en que deba votarse la renovación de la mesa. A cambio, las bancadas de Chile Vamos estarían dispuestas a ceder los cupos en la testera hasta el 2026.

Otra posibilidad es que el 21 de octubre sea rechazada la renuncia del actual presidente de la Cámara, Raúl Soto, que debe votarse antes de proceder a la elección de Cariola al día siguiente. Sin embargo, desde el PPD señalan que Soto no aceptaría una jugada de esa naturaleza.

En todo caso, una variable que complejiza el plan de la derecha es que no todos están de acuerdo con propinar una derrota al PC sin nada a cambio. Si bien para algunos legisladores de Chile Vamos o el Partido Republicano es suficiente incentivo impedir la asunción de una comunista en la testera, para otros es clave que la derecha acceda a la presidencia de comisiones estratégicas.

Ciertos diputados de derecha añaden que tampoco están dispuestos a entregar, por ejemplo, el control de la Comisión de Constitución a Pamela Jiles, aun cuando su voto fuese decisivo para desbancar a Cariola. Hoy la diputada independiente -que es parte del actual acuerdo de gobernabilidad de la Cámara- se ha transformado en una de las principales antagonistas la parlamentaria comunista.

A pesar de en todas las bancadas admiten que hay ruidos subterráneos y ya existen ofrecimientos informales de la derecha -incluso se han conversado en reuniones de almuerzo-, por ahora nadie se atreve a romper el pacto.

“Nosotros en la bancada DC hemos suscrito un acuerdo, que implica que en el mes de octubre debe asumir Karol Cariola la presidencia de la Cámara. Hoy estamos por honrar ese pacto. Por eso, es importante y se lo he transmitido a Karol, que es la vocera del Apruebo, que ella siempre tiene que actuar con prudencia, porque le va a tocar representar a todas las fuerzas políticas. Y mis conversaciones tienen que ver con eso”, señala el jefe de bancada DC, Eric Aedo, quien es partidario del Rechazo y hace dos semanas se reunió con la diputada comunista para hablar de este tema.

“Voy a hablar a título estrictamente personal. A mí efectivamente me hace ruido que ella sea presidenta de la corporación, pero los acuerdos hay que cumplirlos. Yo entiendo que los cupos (para rotar la presidencia de la Cámara) son de los partidos y yo no tendría problema en votar por alguien del PC, por eso, le pediría al PC que previo a designar a la persona que los va a representar (en la testera), pueda someterlo a consideración de todas las bancadas por el actual momento especial”, comenta el diputado independiente-PPD Jaime Araya, quien si bien es parte de un comité que suscribió el acuerdo, precisa que “fue negociado por parlamentarios que estaban saliendo y muchos (legisladores nuevos) fuimos sorprendidos”.

Yo soy una mujer de palabra y mi postura es cumplir el acuerdo. Somos nuevos en política y creo que la palabra se respeta para dar credibilidad a los procesos”, añade la diputada del PDG, Karen Medina, quien agrega que este tema “lo hemos conversado en la bancada”.

En todo caso, en la bancada del PDG hay un caso especial, el diputado independiente Enrique Lee, que formaba parte del comité de Evópoli y fue elegido en un cupo de Chile Vamos. Él señala que está en libertad de acción, pues el acuerdo se adoptó cuando era parte de otro bloque.

Con todo, los comités de derecha que fueron excluidos del acuerdo suman por ahora 67 votos (68, si logran sumar a Lee) y necesitan dar vuelta al menos 10 diputados para hacer caer el acuerdo, ya sea para rechazarle la renuncia a Soto o bien elegir quién será el rival de Cariola.

No obstante, si la derecha solo logra convencer que algunos se ausenten o se abstengan, en ese caso necesitarían al menos 18 legisladores.

En la pasada elección de Raúl Soto, el PPD obtuvo 85 sufragios y su más cercano competidor, el UDI Jorge Alessandri, sacó 67. Por su parte, el RN Frank Sauerbaum obtuvo 1 respaldo, con lo que completaría el piso de 68 votos de la derecha. Sin embargo, sorpresivamente se registró 1 voto en blanco, además de un legislador que no alcanzó a emitir su voto.

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