Conflicto diplomático Rusia-UK se agrava y alinea a potencias mundiales

Vladimir Putin 2
Bloomberg

Las acusaciones por el envenenamiento de un ex doble agente escalaron al punto de poner en peligro la participación de Inglaterra en la Copa del Mundo en Rusia, que se disputará entre junio y julio. Este es sólo uno de tantos roces entre países que han tensionado grandes eventos en la historia del deporte.




ESTADOS UNIDOS, Francia y Alemania se transformaron en menos de una semana en los grandes aliados de Theresa May para enfrentar el grave conflicto que mantiene con Rusia, tras el envenenamiento del ex espía, Sergei Skripal, y su hija Yulia, en la ciudad británica de Salisbury el pasado 4 de marzo.

El poderoso tridente, cuyos mandatarios exigieron respuestas claras a Moscú por el ataque, enviaron un comunicado en conjunto para presionar a Vladimir Putin, quien busca un nuevo período en las elecciones de este domingo (ver relacionada).

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"Es un ataque a la soberanía de Reino Unido y su uso (la sustancia neurotóxica) por un Estado representa una clara violación de la Convención sobre Armas Químicas y de la ley internacional. Amenaza la seguridad de todos nosotros". Esta es parte de la declaración que respaldan Donald Trump, Emmanuel Macron y Angela Merkel, tras el difícil momento que vive Theresa May, al quebrar las relaciones con el Kremlin.

Luego del ultimátum de la líder británica el pasado martes, queque obligaba al gobierno de Vladimir Putin a asumir la responsabilidad por el caso de envenenamiento, la situación terminó con la expulsión de 23 diplomáticos rusos, quienes fueron enviados de vuelta a Moscú.

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Frente a las complejas acusaciones, la contraparte se defendió a través del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, quien calificó al Reino Unido de "grosero" en la forma para abordar el asunto y aseguró que su gobierno no colaboraba mediante amenazas.

La analista de política exterior del Cato Institute, Emma Ashford, dijo a PULSO que "el comportamiento operativo normal de Rusia es negar reiteradamente este tipo de actividades, incluso cuando la evidencia es abrumadora". Agregó, además, que las potencias "están tomando este problema en serio, pero no va a obligar a Rusia a admitir el envenenamiento de Skripal".

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Por su parte, Patricio Fajardo, analista internacional de la U. San Sebastián, señaló que "este ataque tiene un impacto no menor y es evidente que Rusia sí tuvo que ver en el atentado".

En tanto, desde Londres se han tomado la mayor cantidad de resguardos incluso para quienes tienen contemplados viajes a Rusia.

De hecho, el Ministerio de RREE de ese país, advirtió a turistas de "mantenerse alerta, evitar protestas o manifestaciones y evitar comentar públicamente sobre acontecimientos políticos".

Un nuevo boicot deportivo

La marcada distancia entre los dos protagonistas de esta disputa llegó a tal punto, que de cara a la Copa del Mundo, la propia Theresa May anunció que ni la realeza ni las altas autoridades británicas participarían del evento, que se disputará en Rusia a partir del 14 de junio.

Las alarmas dieron origen incluso a especulaciones sobre la posibilidad de que la selección inglesa se retire del torneo de fútbol más importante del mundo, considerando que el Príncipe William es el presidente de la British Football Association, el órgano que regula esta disciplina en Reino Unido.

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El periodista deportivo, Luis Reyes, dijo que "aunque estén de capa caída a nivel futbolístico, son los inventores del deporte. No sólo sería un golpe político y económico, sería un golpe para ellos".

En caso de hacerlo, la FIFA es explícita en su reglamento. El organismo puede cursar multas, dependiendo de la fecha de salida y excluir a la federación de futuras competiciones. Además, indica que "la Comisión Organizadora de la FIFA decidirá de manera discrecional y sin consultar con ningún otro órgano las medidas que se deban adoptar. Una de éstas podrá ser el reemplazo de dicha federación por otra".

Sin duda, la autoexclusión de la realeza y el gobierno británico del próximo Mundial, trae a la memoria otros ejemplos en que la tensión política marcó el desarrollo de grandes eventos deportivos.

En plena Guerra Fría, EEUU lideró un boicot contra la URSS, organizadora de los JJOO de 1980 en Moscú, ante la negativa a abandonar Afganistán, que atravesaba por una guerra civil.

Cuatro años después la URSS hizo lo mismo cuando Los Angeles, en el estado de California, se convirtió en la nueva sede de la cita planetaria.

Los conflictos también se han dado durante el proceso de clasificación a la Copa del Mundo. Previo a la realización de Alemania 1974, la URSS enfrentaba a Chile en el repechaje por una plaza para el evento futbolístico, pero tras el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, el equipo europeo decidió no presentarse en Santiago por razones políticas. Nueve años después, la disputa por las Malvinas entre Inglaterra y Argentina tensionó el inicio de la Copa del Mundo de España en 1982.

Ignacio Labaqui, politólogo de la U. Católica de Argentina, recuerda que en esa época se siguió jugando la liga de fútbol, independientemente de que había un conflicto bélico. El analista cree que "era algo delirante, distante, no había una percepción. Tenías las noticias censuradas".

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