Capta Hydro: La startup de los datos líquidos

Benjamín Lagos (head of R&D), Gastón Dusaillant (CFO) y Emilio de la Jara (CEO)

Gastón, Emilio y Benjamín juntaron sus mentes para armar una empresa que generaba energía de las olas del mar. De ahí pivotearon al agua dulce y luego a los datos. Todo, dentro del marco de la gestión hídrica, un tema clave en tiempos de megasequía. Ya están en Chile y México, y quieren entrar a Estados Unidos. Además, se encuentran planificando una ronda de inversión de hasta US$ 5 millones para 2022.


¿Sabe cuánta agua lleva su canal en este momento? Esa es una de las preguntas fundamentales que trata de contestar Capta Hydro y, que, de alguna forma, define su modelo de negocio: tecnología hecha en Chile para hacer más eficiente el riego en el rubro agrícola y otras industrias. En un mundo de crisis hídrica y cambio climático que clama por este tipo de soluciones.

Pero la pregunta tiene varias respuestas y servicios. Y para llegar a ella hay que entender cómo fluyeron tres especialistas que se reunieron para desarrollar esta empresa, que el 2021 creció un 300% con respecto al año anterior, superando el millón de dólares de facturación.

A fines de 2013, el ingeniero comercial Gastón Dusaillant (33) había egresado recién de la universidad y trabajaba en un emprendimiento relacionado con la minería. Un día se encontró en la Exhibición Internacional de Tecnologías e Innovaciones para la Industria Minera y Energética (Exponor) con Emilio de la Jara (37, ingeniero industrial mecánico), quien estaba trabajando en el área de mecatrónica en el Dictuc. “Por esas casualidades de la vida, mi jefe nos incentivó a armar una empresa que creaba energía en base a tecnología marina. Nos encantó trabajar juntos. A fin de año tomé la decisión de renunciar a mi empresa para emprender con Emilio y creamos Orbital Wave Energy, nuestra primera startup”, recuerda Dusaillant.

“Yo estaba haciendo clases en la universidad y postulando a un doctorado, pero lo dejé de lado… Incluso con las cartas de recomendación listas. Me di cuenta de que con Gastón teníamos un tremendo desafío”, agrega De la Jara, quien proviene de una familia de agricultores.

Pero aún les faltaba algo. Ahí fue cuando entró el tercer mosquetero: el ingeniero civil mecánico Benjamín Lagos (32), quien puso el ingrediente más científico. “Yo estaba muy enfocado en mi magíster e investigando temas de control automático de extracción de energía. Fue cuando Emilio me propuso unirme a esta aventura. ¡Nunca pensé que participaría de una startup!”, reconoce Lagos.

Se ganaron un fondo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y comenzaron a hacer los primeros prototipos para producir energía marina desde las olas. Funcionaba y prometía, pero era muy costoso. Al poco tiempo se hicieron la pregunta: ¿Por qué no utilizar esta misma tecnología, pero para producir energía con la corriente de los canales de regadío? Postularon a un proyecto Corfo del Fondo de Innovación Agraria (FIA) y se lo ganaron. Ese fue su primer pivoteo del agua salada a dulce y el nacimiento de Capta Hydro. Corría octubre de 2015. Comenzaron con una inversión propia de US$ 15 mil. Luego levantaron $ 40 millones de subsidios, más otros $ 40 millones entre amigos y familiares.

“La energía está muy bonita, pero en realidad nuestra prioridad es la gestión del agua”, le repetían una y otra vez los agricultores. Ya era 2017 y la megasequía empezaba a transformarse en uno de los grandes problemas de este sector. “Cuando fuimos a pedirles información de cuánta agua pasaba por sus canales, nos dijeron que no tenían nada. El 90% de las instalaciones para captar los datos estaban vandalizadas, no funcionaban o mostraban cualquier cosa”, dice Gastón, y agrega: “No lo podíamos creer”. La gran oportunidad estaba en los datos.

En simple, esta empresa del área “water tech” desarrolla equipos y tecnología para medir y controlar las compuertas que distribuyen el agua de los canales de regadío. Además, centraliza los datos. La diferencia, según Capta Hydro, con las clásicas estaciones de telemetría que hacen esta labor, es que esta empresa desarrolló y patentó un equipo del tamaño de un televisor antiguo que se instala en media hora y queda listo para funcionar. Hoy, este aparato ya tiene las dimensiones de una caja de zapatos. “Además, para regular las compuertas instalaron otro sistema que se comanda a distancia y se conecta a varios sensores que conversan entre ellos para entregar la información exacta y en línea de cuánto debe moverse cada compuerta para que los usuarios reciban el caudal exacto que les corresponde o necesitan”, explica De la Jara, y continúa: “Antes, eso se realizaba, con suerte, con una planilla Excel”.

Pero la mejor prueba de su diferencial se demuestra en el aumento de sus clientes. En junio de 2018 lograron el primero: la Asociación de Canalistas de Pirque. Hoy ya tienen cerca de 200 equipos instalados en Chile, México y un poco más de 40 clientes, entre juntas de vigilancia, embalses y asociaciones de canalistas, que representan a cientos de miles de usuarios de agua. Pero un segmento que ha crecido más en este último tiempo son los grandes usuarios agrícolas de agua, como AgriChile; forestales, como CMPC; e hidroeléctricas, como AES Andes. Y de forma indirecta otras compañías, como las sanitarias y mineras. “Estamos cada vez más yendo hacia un modelo SaaS (Software as a Services), en el tema de gestión hídrica”, asegura Dusaillant.

Ahora están lanzando una nueva versión de su software, con la idea de instalarse en Estados Unidos en el segundo semestre de 2022. De hecho, en ese país ya han participado dos aceleradoras de negocios del estado de California, que tiene una climatología similar a la zona central de Chile. “Es un mercado enorme en comparación a nuestro país. Son presupuestos de otro nivel y el precio del agua es hasta 100 veces más que en Chile, por lo que nuestra tecnología, que es más económica que las soluciones que existen allá, podría ser muy atractiva”, explica Lagos.

Para este año, aparte de proyectar una facturación de US$ 3 millones, tienen planificado también un levantamiento de capital de entre US$ 3 millones y US$ 5 millones, donde lo más posible es que sea liderado por sus actuales inversores principales: el family office de la familia Angelini.

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