China evalúa cuota récord de deuda local y mayor déficit fiscal

La amplia brecha fiscal, que incluye los presupuestos de todos los niveles de Gobierno, alcanzó un récord de 7,75 billones de yuanes en los primeros 11 meses del año pasado. Pekín había fijado un objetivo para el déficit presupuestario oficial de todo 2022 en 3,37 billones de yuanes.


Las autoridades chinas están evaluando una cuota récord para los bonos especiales de los Gobiernos locales este año y la ampliación del objetivo de déficit presupuestario para incrementar el apoyo para la segunda economía más grande del mundo, según personas familiarizadas con el asunto.

Las autoridades están discutiendo una cuota especial de bonos de los gobiernos locales de hasta 3,8 billones de yuanes (US$560.000 millones), por encima del récord anterior de 3,75 billones de yuanes, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas debido a que las conversaciones son de carácter privado.

La cuota anual limita la cantidad de ventas de nuevos bonos que se pueden realizar cada año. Sin embargo, 2022 fue una excepción, ya que la emisión real de bonos especiales superó la cuota original debido a que se les permitió a los gobiernos locales recurrir a parte de la cuota no utilizada de años anteriores.

Las autoridades también están evaluando un objetivo de alrededor de 3% del producto interno bruto para el déficit de 2023, dijeron las personas. Eso sería más alto que la meta del año pasado de 2,8%, pero menor que el 3,6% de 2020.

El Ministerio de Finanzas no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de Bloomberg News.

Pekín ha prometido un mayor apoyo fiscal y monetario este año para una economía que está saliendo de tres años de restricciones por el covid y una crisis del mercado inmobiliario. Los bonos especiales son una fuente clave de financiamiento para infraestructura, que los economistas esperan que ayuden a impulsar un crecimiento económico cercano al 5% o más este año.

Los gobiernos locales ya han estado acumulando una enorme reserva especial de bonos para invertir en infraestructura, mientras se avecina una ola de vencimientos por US$2 billones en los próximos años.

Al mismo tiempo, se han visto sometidos a una enorme presión fiscal. Los ingresos por la venta de terrenos se han desplomado, se otorgaron exenciones fiscales a empresas para ayudarlas a hacer frente a la desaceleración, mientras que, al mismo tiempo, los gobiernos locales han tenido que aumentar el gasto en pruebas y controles por el covid.

Pekín ha estado utilizando medidas cuasifiscales, como el financiamiento de bancos de políticas estatales, para ayudar a satisfacer la demanda de financiamiento de proyectos de infraestructura. Datos oficiales publicados en noviembre mostraron que se invirtieron 740.000 millones de yuanes recaudados a través de herramientas de financiación bancaria en proyectos de infraestructura.

Economistas vinculados al gobierno han instado a Pekín para ampliar el déficit presupuestario oficial mediante la venta de bonos más generales, para aliviar la presión de la deuda sobre las autoridades locales.

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