
“El cerro no habló” y “la fortificación fue sobrepasada”: El primer informe de Codelco sobre las causas del fatal accidente en El Teniente
El presidente de Codelco, Máximo Pacheco, reveló algunas conclusiones del informe preliminar de la empresa para entender cómo se produjo el estallido de roca, generado por un sismo, que provocó la muerte de seis trabajadores en la mayor mina subterránea del mundo. "El manejo del riesgo sísmico lo hicimos a escala local, es decir, en cada proyecto, cada mina, cada área operacional por separado, y no a nivel global", admitió como principal lección. Además, actualizó a la baja la merma productiva.

En Londres, frente a los líderes de las mayores empresas mineras del mundo, el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, dio a conocer las conclusiones preliminares de una investigación interna sobre las causas del accidente del pasado 31 de julio en la división El Teniente, que provocó la muerte de seis trabajadores.
Pacheco decidió comunicarlas en esta instancia con el objeto de compartir lecciones aprendidas con el resto de la industria, como lo comentó al introducir su discurso este viernes, en un panel organizado por Financial Times en Londres.
“Quiero aprovechar esta cita (...) para compartir lecciones aprendidas y reiterar una clara verdad de la minería subterránea: cuanto más profundo llegamos en la corteza terrestre para extraer los minerales críticos que mueven la economía y la transición energética, mayores son los desafíos geotécnicos que enfrentamos. Y, entre ellos, uno nos golpea con fuerza: el estallido de roca”, dijo.
Entre las principales inferencias del estudio, cuya versión final está prevista para diciembre, algunas desechan ciertos testimonios conocidos en las horas posteriores al fatal suceso, como que se habrían percibido sismos previos en la mina: “El cerro no habló”, dijo Pacheco.
Pero sí se admite que las fortificaciones internas de la mina fueron sobrepasadas, porque no estaban preparadas para resistir movimientos telúricos como el que precipitó la tragedia.

El relato del accidente
Pacheco contó a sus colegas la historia del accidente a partir del informe. “A las 17.34 de la tarde, un evento sísmico de magnitud 4,3 Mw activó los protocolos de emergencia y evacuación de 2.500 personas en todos los sectores subterráneos de la mina”, recuerda, situando los dos focos principales en la mina Andesita, donde falleció un trabajador de Salfa Montajes, y en el nivel Teniente 7 de la Mina Recursos Norte, donde murieron cinco empleados de la Constructora Gardilcic.
Pacheco comentó que la compañía cuenta con una matriz organizacional de los más variados riesgos estratégicos a los que se expone, donde, en el caso de la seguridad y salud ocupacional, aplica una “Guía de controles críticos y riesgos operacionales”, que identifica 28 riesgos críticos, donde el N° 19 es el de estallidos de roca en El Teniente.
Esto exige contar y mantener operativo un sistema de monitoreo sísmico y alerta temprana; señalización clara de zonas propensas a sismos; uso de equipos con telecomando en áreas críticas; control estricto de accesos; planos actualizados; capacitación específica para el personal expuesto, y realización de simulacros, así como un protocolo de activación de emergencia.
En ese contexto, la investigación de la compañía arrojó dos conclusiones relevantes para Pacheco.
La primera: “Ninguno de los registros sísmicos muestra movimientos observables y de menor magnitud que hayan ocurrido antes del evento principal y que sirvieran de señales de alerta: ’El cerro no habló’“, aseguró Pacheco.
La segunda dice relación con que “se manejaron correctamente los protocolos de activación y manejo de la emergencia”, lo que permitió evacuar a los 2.500 trabajadores que en ese momento estaban en la división, la mayor operación minera subterránea del mundo, donde siete minas funcionan bajo tierra y tres están en construcción a través de 4.500 kilómetros de túneles.
“Aun así, la fortificación fue sobrepasada y tuvo consecuencias tremendamente dolorosas. ¿Por qué? Por una razón: estaba diseñada para eventos de hasta 1,5 Mw de magnitud y el evento real fue de 4,3 Mw“, admitió.

Tras reconocer esta debilidad, se preguntó por qué: “La respuesta es que, hasta ahora, el manejo del riesgo sísmico lo hicimos a escala local, es decir, en cada proyecto, cada mina, cada área operacional por separado, y no a nivel global. De este modo, la madurez que demostró nuestra división para controlar los efectos de los sismos a escala local, no pudo responder a un evento de esta magnitud que obedeció, según las conclusiones preliminares, a un nuevo fenómeno que afectó gran parte de El Teniente, es decir, fue un evento a escala global”, explicó.
En términos técnicos, Pacheco resumió que “la causa más probable del estallido fue un proceso de descarga vertical, por cambios geométricos e interacción de cavidades en el noroeste del yacimiento”.
En lenguaje pedestre, esto significa que la forma del terreno de la mina ha cambiado producto de la infinidad de operaciones y túneles que se han ido construyendo en el subsuelo, lo que afecta el sostén del material rocoso.
“Se produjeron cavidades o espacios vacíos que ahora se están conectando entre sí, lo que ha debilitado la estructura y facilitado que el material se desplace hacia abajo”, dijo Pacheco.
“Esto lleva a que, en las profundidades, las capas de roca se estén desplazando unas sobre otras, lo que refuerza la necesidad de seguir monitoreando la estructura del terreno, la actividad sísmica y el comportamiento geomecánico de las rocas, pero esta vez no sólo localmente, sino que a escala sistémica de todo el yacimiento”, advirtió.
Para hacer frente a los problemas, el equipo investigador sugirió medidas preliminares como estudios más profundos del terreno; nuevas técnicas de preparación del macizo; mejor diseño e instalación del soporte; mecanización; refuerzo del monitoreo en profundidad; actualización de modelos numéricos; simulaciones experimentales de fallas; y un plan de monitoreo global y de largo plazo.
Asimismo, Pacheco dijo que evaluarán nuevos métodos de explotación e implementarán medidas adicionales en las zonas más afectadas, Andesita y Recursos Norte, como control de sobreexcavaciones, mapas de riesgo visibles y restricción estricta del uso de áreas vulnerables para personas, equipos e infraestructura.

Menos producción aún
La división El Teniente aún no vuelve a la normalidad, lo que ha implicado reducir su estimación de producción de este año dos veces. Ahora, la pérdida prevista es un 45% peor que la estimada originalmente.
Si antes había dicho que dejaría de producir 33 mil toneladas, ahora calculó que serán 48 mil toneladas menos en el 2025. Esto significará un impacto de US$ 500 millones en el Ebitda, por encima de los US$ 340 millones previstos en agosto.
Sin embargo, Pacheco aclaró que la producción de Codelco entre enero y septiembre, de 938 mil toneladas, fue un 2% superior a la de igual periodo del año pasado, lo que permitirá estar en 2025 levemente por encima del 2024.
En cuanto a las áreas afectadas de El Teniente, Pacheco dijo que Andes Norte y Diamante ya iniciaron un proceso progresivo que les permita volver a la normalidad en enero de 2026, mientras que Andesita y Recursos Norte deberán esperar hasta el 15 de diciembre de 2026, cuando se espera que finalice la investigación, para incorporar las recomendaciones que emanen del informe final, con el cual se actualizarán los planes de ejecución y habrá fechas a firme de reinicio de actividades.
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