El TPP11: La ruta que definirá la política comercial de Boric y que tensiona al gobierno

El Presidente de La Republica Gabriel Boric con presidentes de partidos en el Palacio de La Moneda.

La decisión política de avanzar con la aprobación del TPP-11 en el Senado tras la derrota del gobierno en el plebiscito y el giro a un eje más moderado, abrió una disputa entre las dos almas de la coalición. La estrategia de gobierno apunta a ganar tiempo y destrabar la pugna interna, “limando” asperezas del acuerdo que preocupan a los sectores más duros mediante el envío de side letters al resto de los integrantes del pacto. El subsecretario José Miguel Ahumada confirma el envío de estas propuestas a los 10 socios: “Estamos en tratativas para lograrlo con todos o la mayor cantidad posible de países”, sostiene.


Promete ser la primera gran definición sobre la ruta ideológica que tomará el gobierno en materia económica luego de la aplastante derrota en el plebiscito por la nueva Constitución. Las hasta ahora sumergidas pugnas al interior del oficialismo por la ratificación en el Senado del acuerdo de integración económica con la región del Asia Pacífico (TPP-11) han evidenciado distintas visiones sobre cómo seguir con la apertura comercial de Chile al mundo, con qué objetivos y en qué condiciones.

En lo que muchos llaman una nueva batalla entre las dos almas del oficialismo, una más liberal en lo económico y firme partidaria de la integración comercial de Chile al mundo de los últimos 30 años, y otra que cuestiona los efectos de la globalización en las economías menos desarrolladas y su soberanía, el gobierno ha tenido que diseñar una cuidadosa estrategia para evitar abrir nuevas heridas entre el Socialismo Democrático y los sectores más duros de Apruebo Dignidad.

Tras el abrumador rechazo a la nueva Constitución y el cambio de eje de poder hacia los sectores más moderados, el gobierno definió esta semana avanzar con el trámite del TPP-11 en el Senado en medio de la instalación de Carolina Tohá (PPD) en el Ministerio del Interior y de Ana Lya Uriarte (PS) en la Segpres, y la pérdida de poder de las figuras de Apruebo Dignidad como Giorgio Jackson, quien había mostrado sus reparos al acuerdo anteriormente.

Fue la misma Tohá quien se encargó el domingo pasado de reactivar el acuerdo, tal como lo ha estado pidiendo el sector privado. “Vamos a trabajar también y tengo la confianza en que lo vamos a lograr, para (...) llegar a un acuerdo con el TPP-11, despejar las dudas, encontrar una manera de que ese acuerdo sea compatible con todos los compromisos que tenemos como gobierno y que estaban en el programa del Presidente Boric”, afirmó Tohá en TVN. Sin embargo, la ministra explicó también que antes se deben “limar” diferencias que se tienen con los otros países integrantes del acuerdo a través de los llamados side letters (propuestas de adecuación específicas entre países integrantes de un tratado mayor).

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, un firme promotor del acuerdo al interior del gobierno y del comité político, deslizó cautelosamente esta semana la importancia de tener nuevas alianzas como el TPP-11 que le permitan enfrentar las “guerras comerciales” que han proliferado en el mundo. “Para un país pequeño como el de nosotros, que es abierto, es importante no quedar a merced de estos conflictos y, por lo tanto, buscar alianzas que le permita enfrentar junto con países con una manera similar de mirar el comercio mundial y las inversiones en esta dinámica más global”, afirmó Marcel a CNN, quien recordó que las cláusulas “menos aceptables” del tratado, como las de propiedad intelectual, quedaron fuera del pacto luego de la salida de Estados Unidos en 2017.

La firme decisión mostrada por el gobierno esta semana de avanzar con el pacto evidencia la renovada influencia del jefe de Hacienda y, según fuentes de gobierno, una derrota del subsecretario de Relaciones Internacionales, José Miguel Ahumada, quien es un reconocido detractor del tratado y partidario de redefinir la política de comercio exterior del país.

“Lo que yo he señalado como subsecretario con anterioridad son datos concretos, una opinión técnica. Hoy el gobierno y su comité político ha determinado avanzar sobre la estrategia de side letters que ya teníamos avanzada como Subsecretaría y estamos trabajando en ello para que las autoridades determinen con mayores herramientas y resguardando los intereses de Chile “, dijo el subsecretario Ahumada frente a las consultas de Pulso sobre sus reparos al TPP-11 y la importancia que le asigna a avanzar con el tratado.

Ahumada recordó que hoy Chile tiene una red de 32 acuerdos económico-comerciales y 33 acuerdos de protección de inversiones, los que suman 65 economías a nivel mundial. “Estas incluyen a los 10 países de CPTPP (TPP-11), con los que Chile ya cuenta con acuerdos bilaterales y plurilaterales (Alianza del Pacífico y P4). Esto en la práctica se traduce en que casi la totalidad de los productos exportados e importados por Chile al bloque del CPTPP se encuentran libres del pago de aranceles aduaneros. Solo con Canadá, Japón, Malasia y Vietnam se mantienen líneas arancelarias excluidas de rebajas arancelarias o con rebajas arancelarias limitadas que suman un total de 2.930 líneas, de las cuales un 74% se concentran en Japón y Vietnam”, dijo el subsecretario al tratar de graficar el impacto del acuerdo en Chile.

Consultado sobre si es impostergable avanzar con el pacto, Ahumada evita una opinión tajante: “Esa es una decisión que debe tomar el Estado, nosotros como subsecretaría tenemos el rol de que todos los actores sean escuchados y se tome la mejor decisión para Chile. Nosotros tenemos la intención y disposición de dialogar con todos y todas”.

La senadora DC Ximena Rincón, a su vez, es categórica. “Le he dicho al gobierno que deben ser capaces de despejar las dudas que la sociedad civil tenía sobre el TPP-11 y que si no lo hacen, no podemos seguir esperando. Debemos votarlo y resolver este tema”, aseguró tajante.

Ximena Rincón.

Las dos almas en pugna

Luego de la ruta tomada por el gobierno, los sectores más rígidos de la coalición han lanzado duros dardos en contra de Boric y sus cercanos. “Vi al Presidente de la República, a algunos ministros y ministras, hablar en contra del TPP-11 porque dañaba la soberanía, entonces alguien tiene que darle una explicación a Chile de por qué cambiaron de nuevo de relato y opinión. Si es que no hay ningún nuevo antecedente, ningún artículo que se haya modificado, ¿por qué lo que antes encontraban que era pésimo para Chile hoy encuentran que es bueno?”, se preguntó el alcalde Daniel Jadue al aludir a la decisión del entonces diputado Gabriel Boric y todo el Frente Amplio de votar en contra el TPP-11 durante el trámite en la Cámara durante 2019.

Lo mismo, pero en sentido inverso, recordó el presidente del PC, Guillermo Teillier. “No sé si es tan fundamental, Chile tiene muchísimos tratados. Nosotros votamos en contra del TPP en la cámara, varios de los que estamos en el gobierno. Han pasado muchas cosas y por eso ahora se reabre la discusión y es el Senado que lo tiene postergado tanto tiempo”, dijo Teillier a T13.

Para el mundo político, la arremetida comunista ha generado una fuerte incomodidad en las filas oficialistas y refleja la pugna interna por el cambio del eje del poder luego del plebiscito.

“Las divisiones al interior de la coalición obedecen a diferencias ideológicas, así como al desconocimiento del contenido de un tratado que tiene más elementos progresistas y de seguridad regulatoria soberana que cualquier otro TLC de nuestro país”, afirma el exministro de Relaciones Exteriores de la segunda administración de Bachelet, Heraldo Muñoz, quien estima importante avanzar con el TPP-11, dados sus beneficios a diversos sectores productivos del país.

Alfredo Moreno, ex ministro de Relaciones Exteriores.

Con el mismo énfasis, el excanciller durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, Alfredo Moreno, comparte la existencia de estas dos visiones sobre la política comercial exterior chilena en el oficialismo. “No hay duda que parte del gobierno no comparte la política de apertura al mundo que Chile desarrolló en las últimas décadas y que tantos beneficios ha traído. En materia de inversión, algunos tampoco entienden que eliminar las incertidumbres para los inversionistas producirá más inversión y, por tanto, más progreso”, sostiene Moreno.

La encrucijada de las “side letters”

Pese al empoderamiento de los sectores más moderados de la coalición de gobierno tras el plebiscito, el gobierno sabe que debe buscar una opción “intermedia” y así destrabar la pugna al interior del oficialismo tras la decisión de avanzar con el TPP-11. Si bien en La Moneda admiten que los votos para aprobar el tratado en el Senado están disponibles y que muchos en el Socialismo Democrático lo apoyarán, entienden que la existencia de un TPP-11 con el rechazo mayoritario de Apruebo Dignidad resulta “impresentable”.

Es por ello que la estrategia del gobierno es ganar tiempo y ordenar a sus filas, mientras busca que buena parte de los suscriptores del pacto aprueben las side letters enviadas por Chile a los 10 países restantes del acuerdo, en las que propone excluir una de las disposiciones claves ya negociadas del pacto, en el capítulo de inversiones del TPP-11. En este se proponen mecanismos para resolver disputas entre un Estado e inversionistas y se abre la posibilidad de que los inversores extranjeros puedan demandar al Estado chileno ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), lo que restaría, a juicio de los detractores del pacto, “soberanía” del país frente a las multinacionales. Sin embargo, este mecanismo, argumentan los promotores del acuerdo, lo que también reconocen en el gobierno, ya existe en cada uno de los tratados que Chile ha firmado con todos los países que integran el tratado del Asia Pacífico, por lo que restarlo del TPP-11 no deja en incertidumbre a las empresas multinacionales.

“Al final del día la aprobación de los side letters son una forma de destrabar o lograr una solución intermedia para dejar más tranquilo al flanco más izquierdo de la coalición y así aprobar el TPP-11 en el Senado. Sin embargo, con o sin side letters, el Partido Comunista difícilmente va a apoyar el tratado”, reconoce una fuente de gobierno que recuerda que este mismo camino lo siguió ya Nueva Zelandia.

El país oceánico logró en 2018 conseguir, por las mismas razones que esgrime Chile, la adhesión de 5 de los 10 países (Australia, Brunéi, Malasia, Perú y Vietnam) a través de sus side letters, lo que en el gobierno es visto como una meta posible. “Tenemos ya la aceptación de algunos países a nuestra propuesta y un objetivo deseable es tener al menos los mismos países logrados por Nueva Zelandia”, añade la misma fuente de gobierno, quien afirma que con ese escenario se avanzaría con la aprobación en el Senado.

“Con este proceso de side letters queremos dar una señal política de que este tema de la solución de controversias lo queremos problematizar y que es crucial para nosotros en los nuevos acuerdos que firmemos”, afirman en el gobierno.

Con todo, en la oposición aún dudan si el gobierno quiere realmente impulsar el TPP-11. “Las side letters pueden ser una excusa perfecta para no avanzar con el TPP-11, ya que no dependen de Chile. Es buena prueba también para saber si el gobierno es realmente socialdemócrata o no, porque es un acuerdo progresista y donde están los países a los cuales Chile quiere acercarse”, dice una exautoridad del gobierno anterior.

Para el exsubsecretario de Relaciones Internacionales del último gobierno de Sebastián Piñera, Rodrigo Yáñez, la aprobación del TPP-11 dará a los exportadores una fuerte herramienta de competitividad y apertura a nuevos sectores no tradicionales, como el de los servicios. “Pareciera ser claro que el mecanismo de solución de controversias contenido en los acuerdos comerciales y de inversión que Chile ha suscrito no ha tenido un sesgo en contra del Estado. De hecho, en estas últimas décadas Chile ha tenido apenas cuatro casos, perdiendo solamente uno hace 15 años”, explica Yáñez, al minimizar los efectos nocivos del mecanismo que Chile quiere excluir del tratado.

“La exclusión de la Sección B del Capítulo de Inversiones del CPTPP a través de side letters, para dejar fuera el mecanismo de solución de controversias inversionistas-Estado, es independiente de la vigencia de los Acuerdos de Protección y Promoción de Inversiones y TLC. Ellos, a su vez, contienen mecanismos de este tipo que permanecerán disponibles para el inversionista extranjero”, añade Yáñez, también socio de Deloitte Global Trade & Investment.

El excanciller Heraldo Muñoz cree que es altamente conveniente para Chile avanzar en la ratificación del TPP-11 en el Senado, incluso si no se logran las side letters. “Será factible conseguir algunas side letters, aunque, por cierto, seguirán vigentes los respectivos mecanismos bilaterales de solución de controversias inversionista-Estado. Incluso, algunos países podrían firmar las side letters con Chile a cambio de mejorar los mecanismos bilaterales existentes en materia de solución de controversias”, dice Muñoz.

El subsecretario Ahumada confirma las intensas últimas gestiones. “Hemos enviado la propuesta de ‘side letters’ a los 10 socios (Chile es el número 11) del CPTPP y estamos en tratativas para lograrlo con todos o la mayor cantidad posible de países. Al ser negociaciones en curso, no podemos referirnos a una cantidad objetivo o mínima, nosotros apuntamos a tener estos acuerdos con la mayor cantidad posible de países. El resultado de dichas gestiones se informará apenas concluya, considerando que depende de los procesos internos y formalidades de cada país”, finaliza Ahumada.

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Las claves del acuerdo de integración económica

Comercio en Asia Pacífico: El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP o TPP-11, por los países firmantes) es un tratado de integración económica plurilateral en la región de Asia Pacífico, el que involucra a 11 países: Australia, Brunéi Darusalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam. Entre sus objetivos se cuenta promover la integración económica, establecer marcos legales predecibles para el comercio, facilitar el comercio regional, promover el crecimiento sostenible, entre otros. Conforma un mercado de 507 millones de personas, equivalentes al 6,6% de la población mundial.

Historia y la salida de EEUU: Las negociaciones para la integración de Chile al tratado comenzaron en marzo de 2010 en momentos que comenzaba el primer gobierno de Sebastián Piñera. El principal antecedente de este pacto está en las conversaciones iniciadas en 2002 entre Singapur, Nueva Zelandia, Chile y, posteriormente Brunéi Darusalam para un Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (también conocido como el P4). A partir de 2008 se fueron sumando nuevos países, incluido Estados Unidos, con lo que el acuerdo logró convocar a 12 países (TPP12). Sin embargo, en 2017, bajo la administración de Donald Trump, Estados Unidos se salió del tratado. Luego de esta decisión, los 11 países restantes abrieron una nueva negociación para perfeccionar el acuerdo, el que fue firmado por Chile en marzo de 2018. En abril de 2019 la Cámara de Diputados aprueba el ingreso de Chile al pacto y lo despacha al Senado, donde actualmente se tramita.

Acceso a mercados: El tratado contempla un acceso preferencial a sectores tradicionalmente protegidos en los países parte del tratado, como el caso de los productos agrícolas en Japón; las carnes y lácteos en Canadá; los productos del mar en Vietnam; los cereales y aceites vegetales en México; y los vinos, espumantes y piscos en Malasia, por nombrar algunos, según un estudio de Horizontal. Los únicos países que aún no han adherido al pacto son Chile, Malasia y Brunéi Darusalam.

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