En marzo recién pasado se cumplieron 61 meses consecutivos en que las isapres marcaron caídas interanuales de afiliados, eso significa que encadenan cinco años y un mes con fugas en su cartera de beneficiarios.

En febrero de 2020 comenzó la baja, sin ninguna pausa. En ese momento las isapres tenían 3.319.328 beneficiarios, esto es la suma de cotizantes (1.964.647) y cargas (1.354.681).

Pero al cierre del primer trimestre de este año tenían 803 mil beneficiarios menos, esto es una baja de 24%, lo que se traduce en que perdieron prácticamente un cuarto de su cartera tras registrar una caída de 414 mil cotizantes y 389 mil cargas.

De esta manera, las isapres abiertas totalizaron 2.515.986 afiliados a marzo recién pasado, con 1.550.356 cotizantes y 965.630 cargas.

El académico de la Universidad Andrés Bello (Unab) y director de isapre Esencial, Manuel Inostroza, explica que las razones de esta caída son varias, entre ellas, la crítica situación que vivían las mismas isapres, lo que se vio agravado por la crisis económica que hubo en el país luego de la pandemia, junto con el alza del desempleo, por lo que muchas personas que tuvieron una baja en sus ingresos se fueron a Fonasa.

Inostroza estima que “la crisis de las isapres se profundizó luego de los tres Supremazos, pero ya venía de antes porque no ha habido una reforma al sistema. Esto se consolida con una mala ley, la ley corta, que obliga a subir precios para equilibrarse financieramente”.

En paralelo con estos aumentos de precios que permitió la ley corta de isapres en los planes de salud de los afiliados, los que se aplicaron a fines del año pasado, en el primer trimestre de 2025 se siguió observando una baja de afiliados.

Hay que considerar que aquellas personas que las estadísticas del regulador reflejan que salieron en marzo, corresponden a afiliados que anunciaron su retiro en enero de 2023. Esto, porque los empleadores pagan las cotizaciones de los trabajadores en las isapres con un mes de anticipación, antes del 10 de cada mes, y cuando el afiliado anuncia que se va de una aseguradora privada, en realidad se mantiene en dicha isapre durante ese mes y el siguiente.

El exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández, también cree que la pérdida sostenida de afiliados en las isapres responde a varios factores: “A mi juicio, la incertidumbre generada por los fallos judiciales afectó su estabilidad financiera y aumentó las dudas sobre su sostenibilidad futura, generando desconfianza en los afiliados y en posibles nuevos afiliados, sobre si las isapres podrían seguir financiando sus prestaciones. Junto con eso, las sucesivas alzas de precios en los planes y de precio GES, generó que muchos afiliados, particularmente familias y adultos mayores, busquen alternativas más económicas en Fonasa”.

De igual manera, Fernández menciona que “las soluciones de la ley corta, creo que afectaron directamente a la decisión de los más jóvenes de mantenerse en isapres, por cuanto prácticamente se eliminó la posibilidad de generar excedentes, al establecer que los planes no podían tener un precio inferior al 7% de cotización, agregando la carga de tener que pagar una prima adicional o extraordinaria, sin una retribución que se perciba como equivalente. En el fondo: ´pago más y los beneficios no lo compensan´”.

El exsuperintendente de Salud estima que, igualmente, “hay otras causas como el desempleo y la informalidad que también impactan, como ha ocurrido históricamente. Sin embargo, desde hace unos tres años, los términos de convenios con prestadores, las altas tasas de rechazo y reducción de licencias médicas, y la extensión de los plazos de pago de reembolsos, son factores que las personas ponderan a la hora de mantenerse en una isapre. Asimismo, es innegable que también existe una merma en la calidad de los servicios de atención a usuarios, producto de la reducción de personal y cierre de sucursales, lo que impacta en la percepción de las personas, principalmente en regiones, además de la escasa oferta de red de atención”.

¿Este año el punto de inflexión?

Inostroza no cree que este año las isapres vayan a ganar afiliados, porque recuerda que en septiembre viene otro incremento de planes que informó la industria en marzo recién pasado.

Según un estudio hecho por la Unab, considerando la actual tendencia, en 2025 y 2026 los beneficiarios de las isapres seguirían disminuyendo, hasta llegar a 2.411.578 al cierre de este año, una baja de 134.846 personas; y reduciéndose a 2.274.777 el próximo año, una caída de 271.647 personas.

Pero las isapres tienen otra idea en mente: este año esperan lograr un punto de inflexión y poder sumar nuevamente afiliados a la industria. En eso han estado enfocados sus esfuerzos. De hecho, retomaron la contratación de vendedores para captar nuevos afiliados y atraer a los que se fueron.

En ese sentido, al ver la variación neta de suscripciones menos desahucios, se observa que la tendencia se empieza gradualmente a revertir: en noviembre de 2022 tocaron su punto más bajo, con 31.982 desahucios netos de suscripciones, pero esa brecha se ha venido acortando en forma progresiva, hasta llegar a los 5.606 desahucios netos que registraron en marzo.

Fernández comenta que “en los últimos meses se observa una estabilización de las desafiliaciones, lo que es una buena noticia para las isapres. En este escenario, será clave evaluar el desempeño de la Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC) que prepara Fonasa: si tiene éxito, podría aumentar nuevamente la migración hacia Fonasa; pero si fracasa o no cumple las expectativas, las isapres podrían aprovechar ese espacio con estrategias comerciales más agresivas para captar nuevos afiliados y así ampliar su base de cotizantes”.