Por Julio NahuelhualIvan Cachanosky: “Lo que mostró esta elección es que Argentina no quiere volver ni al kirchnerismo, ni al populismo”
El economista argentino cree que el riesgo país puede seguir disminuyendo en la nación trasandina en la medida que Milei siga ordenando la economía. Sin embargo, estima que el votante no le dio un “cheque en blanco” al libertario, ya que este le va a exigir más diálogo con la oposición, mejoras en la actividad económica y más bajas en las tasas de interés.

Lo mercados argentinos vivieron un día de euforia este lunes, luego de las elecciones legislativas que dieron un amplio triunfo a la coalición liderada por el presidente Javier Milei. Ivan Cachanosky, doctor en Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA) y referente económico y financiero en Buenos Aires, aterriza las razones por las cuáles La Libertad Avanza logró una inesperada victoria el domingo y proyecta los principales desafíos del libertario.
¿Cuál es su primera impresión acerca del inesperado triunfo que tuvo la coalición de Milei?
-Fue más que positivo. En la elección de hace un mes en la provincia de Buenos Aires el oficialismo había perdido por una diferencia alta. Ahora no solo achicó la diferencia, sino que terminó dando vuelta el resultado. Esto es importante, porque empieza a garantizar que el equilibrio fiscal va a continuar, que era uno de los ejes de campaña y de gestión de Milei… había dicho que el equilibrio fiscal no se negocia, pero en las últimas semanas eso estaba un poco desafiado en el Congreso.
Se había perdido totalmente el control del Congreso, de la gobernabilidad, y con esto se recupera. Es probable que ahora a Milei le empiece a ir mejor en el Congreso. Si logra armar buenas coaliciones, incluso podría proponer reformas más ambiciosas; hay una oportunidad muy grande ahí. Además, los mercados reaccionaron de manera muy positiva.
¿Qué lee de esta positiva reacción de los mercados en Buenos Aires y Nueva York?
-Los mercados festejan que va a continuar el camino lógico de ordenar la macroeconomía, que se va a recuperar la gobernabilidad y que se puede avanzar en las reformas estructurales. Cada vez que gana un gobierno populista, el mercado en Argentina reacciona mal, y ahora es a la inversa. Hay una muy buena perspectiva futura y el gobierno tiene que saber aprovecharla. ¿Qué significa aprovecharla? Aflojar el tono confrontativo que tenía y empezar a armar coaliciones y alianzas para poder plantear reformas más ambiciosas.
En paralelo, la derrota del peronismo kirchnerista fue profunda. ¿Qué implicancias tiene?
-Hay un doble efecto. Uno, es que el oficialismo se consolida y empieza a ser una fuerza más potente. Ese era su punto débil y por eso en el Congreso le costaba tanto; eso empieza a quedar atrás. Por otro lado, en el peronismo siguen peleados en la interna y eso va a seguir así. Con esta derrota no está claro quien asume el liderazgo; se suponía que iba a ser Axel Kicillof (gobernador de la provincia de Buenos Aires), pero ahora tuvo una derrota contundente; entonces, habrá cuestionamientos. Por primera vez se tiene un oficialismo no peronista, con un peronismo que está desordenado, que no entiende lo que está pasando; eso le da una fortaleza extra al oficialismo. Cuando gobernó Mauricio Macri el peronismo estaba bien organizado y era muy difícil, ahora está mucho más debilitado y esa es otra ventaja. Por eso las fuerzas del medio ahora pueden verse seducidas más fácilmente para apoyar al gobierno, porque el peronismo no tiene la fortaleza de antes.

Hace poco más de un mes Milei sufrió una fuerte derrota en las provinciales de Buenos Aires. ¿Qué pasó con el electorado en medio de las dos elecciones?
-El oficialismo tiene un 30% firme que lo sigue y lo banca, y Milei ganó las elecciones con el 56%. El 26% de diferencia es un poco prestado, lo vota a Milei porque no le gusta la alternativa que es el peronismo o el kirchnerismo. En septiembre, en la elección de Buenos Aires, mucha gente no fue a votar, desencantada por algunas cuestiones que pasaban en el gobierno de Milei y eso generó un resultado muy favorable para el peronismo. Ahí Kicillof se erigió como posible candidato y eso generó una especie de “efecto miedo”, lo que hizo que los electores volvieran a darle una oportunidad a Milei, pero que -a diferencia de la primera elección- no es un cheque en blanco.
¿Qué influencia tuvo en la elección el apoyo de EE.UU. y del propio Trump a Milei?
-Pudo haber influido algo el anuncio de compra de pesos por parte del Tesoro y todo el respaldo a Milei. ¿Por qué? Porque eso trajo tranquilidad en el dólar, aunque igual subió. Imagina lo que hubiera subido si el Tesoro de EE.UU. no hubiera intervenido. El tipo de cambio es una variable muy sensible en las elecciones argentinas. Entonces, el hecho de que no se haya escapado de las bandas cambiarias hizo que muestre cierta fortaleza y eso ayudó en la elección.
¿Qué viene ahora para la economía argentina?
-Algo muy importante que tiene que suceder es que caiga el riesgo país. El riesgo país antes de la elección estaba en 1.100 puntos y después de esta elección cayó a 600 puntos. El mínimo de la gestión de Milei había sido en torno a 650 puntos. Es decir, el riesgo país tiene un alto componente político. Aún es alto, pero el resto del camino que queda es el desafío de seguir ordenando la economía. Entonces, si ya se ordenó lo político con este resultado y se vuelve a mostrar gobernabilidad, y más encima empieza a acumular reservas, el riesgo país debería seguir cayendo; eso ya empezaría a normalizar bastante la economía.
También está pendiente el tema del nivel de actividad, que venía medio estancado ya que las tasas de interés están muy altas. Entonces, ahora que pasó la elección y el dólar está cayendo… probablemente crezca la demanda de pesos… eso hace que las tasas de interés bajen. Y cuando las tasas de interés bajan, las empresas pueden volver a tomar crédito que no sea tan caro y eso vuelve a activar la economía. Esos son los pendientes de corto plazo.
En el mediano plazo están las reformas estructurales: laboral, previsional, impositiva. Argentina es un país con una presión tributaria altísima, de las más altas del mundo. En materia laboral, lo que se necesita es una flexibilización alta.
¿A qué se refiere cuando dice que el votante no le dio un “cheque en blanco” a Milei?
-Lo que mostró esta elección es que Argentina no quiere volver al pasado, ni al kirchnerismo, ni al populismo, porque son recetas que ya no funcionan. Sólo una minoría quiere eso. De todas formas, eso no quiere decir que, desde el punto de vista económico, todo esté perfecto con la actual gestión. Hay demandas y se las van a reclamar… tienen que ver mucho con el nivel de actividad, con que las tasas están altas, que siga bajando la inflación. También le piden que haya diálogo político con la oposición dialogante para poder hacer las reformas, porque si La Libertad Avanza sigue encerrada solo en su núcleo, las reformas no van a alcanzar para hacerlas. Hay que recordar que un 26% del voto le está exigiendo estas cosas y hay que atenderlo.
Entonces, lo que hay que hacer ahora es mejorar la competitividad para que las empresas puedan competir en condiciones más amigables. Eso es lo que se está buscando en parte en esta segunda etapa. Argentina parece estar cada vez más en el radar de los inversionistas y algunos podrían acelerar sus inversiones ahora.
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