Marchionne y el legado de una reconfigurada industria automotriz

Muere Marchionne, exconsejero delegado de FCA que sacó de la crisis a Fiat

En octubre de 2014 sonó la campana con la que Fiat Chrysler Automobiles se abría a bolsa, sellando la obra maestra de Marchionne, quien consiguió salvar de la quiebra a dos firmas fundamentales del sector. Así se ganó el respeto a ambos lados del Atlántico, pero igualmente se va con una deuda: llevar nuevamente a lo más alto del podio a la escudería Ferrari, donde también lloran su partida.


Fiat primero y Chrysler después. El mundo automotriz le debe mucho a Sergio Marchionne, quien en menos de una década consiguió evitar la quiebra de dos de las compañías más icónicas del sector y que ayer falleció a los 66 años.

El holding de la familia Agnelli, fundadora de Fiat, confirmaba su muerte a raíz de complicaciones que tuvo luego de una cirugía de hombro. "Desafortunadamente, lo que temíamos ha sucedido. Sergio Marchionne, hombre y amigo, se ha ido", lamentó el presidente del grupo Exor NV, John Elkann.

Su salud se fue deteriorando súbitamente a tan solo días de que fuera reemplazado como CEO de la empresa. Coincidencia o simple reflejo de la unión entre Marchionne y la automotriz, con la que tuvo de dulce y agraz durante los 14 años en los que se desempeñó como consejero delegado, periodo en el que ganó experiencia como "reparador corporativo", conceptos con los que solía autodefinirse.

"Me gusta arreglar las cosas y, para ser franco, Fiat necesita una solución en este momento", señaló el italiano-canadiense cuando llegó a lo más alto de la administración en junio de 2014. En ese momento, se comprometió a completar un plan de reestructuración que buscaba poner fin a años de pérdidas, que llegaron a US$7.000 millones el ejercicio previo a su ascenso.

Los problemas de la firma eran más que evidentes y no sólo del tipo financieros. Su predecesor, Giuseppe Morchio, abandonó el cargo cuando la multimillonaria familia Agnelli se negó a otorgarle el título de presidente y CEO de manera conjunta, tras la muerte del entonces presidente Umberto Agnelli.

No obstante, Marchionne demostró rápidamente estar a la altura del desafío y tomó decisiones que impulsaron a la firme y que no estuvieron libres de sacrificios. En 2005 Fiat anota ganancias de US$2.000 millones, gracias a una alianza con General Motors, el despido de miles de trabajadores, el lanzamiento de nuevos modelos y la reducción del tiempo que tomaba poner un auto nuevo en el mercado (de cuatro años a apenas 18 meses).

Detroit y Turín

La conducción de este contador y abogado de profesión partía con el pie derecho. Jugaban a su favor sus experiencias previas en Deloitte & Touche, la productor de embalajes Lawson Group y la química Alusuisse Lonza, así como su carácter. "Era un tipo duro a la hora de trabajar con él, pero no me importa, salvó a nuestra compañía", dijo a Bloomberg Cass Burch, concesionario de Chrysler y Jeep de Georgia.

"Merece una estatua de bronce", agregó Burch al recordar el anuncio del gobierno de Barack Obama en 2009. Fiat, la famosa empresa de Turín, tomaba el control de una de las tres grandes firmas de Detroit, Chrysler, salvándola de la liquidación en medio de la crisis financiera.

Tras la fusión procedió a implementar un plan de reestructuración que transformó al fabricante, ahora llamado Fiat Chrysler Automobiles, en una fuerza global. "En casi 10 años, el negocio ha cambiado por completo", dijo ayer a USA Today Dave Sullivan, gerente de análisis de productos de AutoPacific. "Es una imagen muy diferente desde entonces, y realmente hay un tipo que estuvo en la cima tomando esas decisiones clave", agrega en referencia a Marchionne.

"Hoy es el día más importante de mi carrera", dijo Sergio Marchionne el 29 de enero de 2014, fecha en la que se concretó la adquisición total de Chrysler. "Hemos creado un fabricante mundial, al nivel de nuestros mejores rivales", agregó. Ese mismo año anunciaron el traslado de las instalaciones a Holanda y el Reino Unido y el 13 de octubre Marchionne hizo sonar la campana que marcaba el debut de Fiat Chrysler Automobiles en la Bolsa de Nueva York.

Luto en la Fórmula 1

Ese fue sólo uno de los hitos de su carrera en 2014, pues en septiembre de ese mismo año fue nombrado presidente de Ferrari, en sustitución de Luca Cordero di Montezemolo. Marchionne venía presionando a su antecesor para integrar el negocio dentro de Fiat, de manera que se impulsara su ascenso a la alta gama del mercado de automóviles y rivalizar competitivamente con Volkswagen y BMW.

Fanático de la Fórmula1, llegó con ilusión al liderazgo de Ferrari. "Lo importante para Ferrari no son solo los resultados económicos, que son muy buenos, sino también vencer. Y hace seis años que estamos sufriendo una barbaridad para conseguirlo a pesar de tener a dos campeones del mundo", dijo Marchionne en esa ocasión. Aunque el entusiasmo por alcanzar esa meta quedó clara cada vez que visitaba las pistas de carrera y se comunicaba afectuosamente con los pilotos, no llegó a concretarla. El año pasado la escudería Ferrari consiguió el segundo lugar, pero también completó una década sin ubicarse en la cima del podio.

Pese a todo, se ganó un lugar en el deporte tuerca. "Estamos profundamente tristes por la muerte de Sergio Marchionne. Fue un gran líder no sólo de la Fórmula 1 y del mundo del automóvil, sino también del mundo de los negocios en general. Sus contribuciones a la Fórmula 1 son inconmensurable", dijo ayer Chase Carey, presidente de la Fórmula 1. La competencia se sumó a las condolencias. "Un gran líder y un ícono de la industria automotriz", dijo Zak Brown, CEO de McLaren, mientras que director ejecutivo de Mercedes, Toto Wolf, sostuvo en las redes sociales que "este es un día triste para todos nosotros en la Fórmula 1. Hemos perdido un gran apoyo de nuestro deporte, un competidor feroz, un aliado y un amigo".

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