Un país de esforzados

Chile es lo que es no por ser un país de flojos, sino por contar con trabajadores y empresarios -especialmente los pequeños- tremendamente esforzados. No estamos hablando de un poco más o menos de transpiración. Tampoco seamos ingenuos. Un proyecto como el de las 40 horas rígidas será una camisa de fuerza para nuestra PTF y productividad del empleo.


Daniel Matamala hace un esfuerzo por argumentar razonadamente su apoyo al proyecto de las 40 horas. Por sí mismo, esto es bastante más de lo que hemos escuchado en los que han participado en el debate. El reconocimiento no me impide discrepar, más aún me invita a argumentar desde mi visión. Creo que tiene al menos tres errores: hay una cierta caricatura alejada de lo que los empresarios somos y buscamos; hay errores técnicos en su planteamiento; y se equivoca en el camino que propone.

La baja productividad de nuestra economía representa uno de los desafíos más importantes en el camino de Chile al desarrollo. Por su sencillez, el modelo de Robert Solow tiene gran popularidad. A partir de un simple ejercicio contable, este permite descomponer el crecimiento de una economía en tres elementos: el aumento de capital (a través de la inversión), aumento del número de trabajadores y el aumento de la Productividad Total de Factores o PTF (el residuo). Entonces, a primera vista uno podría argumentar que la "PTF mide el crecimiento que no se debe a aumentos de trabajo ni capital".

Sin embargo, no es tan cierto. Una cosa es su nivel y otra es su crecimiento, pero más central aún, una cosa es un ejercicio contable y otra son las fuerzas de la economía que unen insumos, la tecnología y la producción. Y es que cambios en la PTF pueden parecer exógenos en un momento del tiempo, pero incluyen ganancias en eficiencia asociadas a la interacción de capital y trabajo.

Desde la publicación del artículo original en 1956, las ciencias económicas han realizado grandes avances para entender la naturaleza de la PTF. De hecho, hoy sabemos que esta no es una caja negra. Por ejemplo, la literatura ha demostrado que el mejoramiento del capital humano explica parte del crecimiento de la PTF, lo mismo que la innovación y el cambio tecnológico. De ahí el constante esfuerzo de la CPC por insistir en la necesidad de generar mejores modelos de capacitación y promover continuamente el emprendimiento.

Por otra parte, se ha documentado cómo la competencia y la flexibilidad en el mercado laboral son promotores de crecimiento de la PTF y en la productividad del empleo. ¿Por qué ambas? Pues, como mencioné anteriormente, estas no son variables ortogonales, dependen de factores estructurales comunes. De ahí los esfuerzos desde la CPC para insistir en una mejor institucionalidad pro competencia y la modernización de nuestro mercado laboral. Creemos que, junto al capital humano, I+D y emprendimiento, son ingredientes centrales para mejorar el progreso y bienestar de todos.

Chile es lo que es no por ser un país de flojos, sino por contar con trabajadores y empresarios -especialmente los pequeños- tremendamente esforzados. No estamos hablando de un poco más o menos de transpiración. Tampoco seamos ingenuos. Un proyecto como el de las 40 horas rígidas será una camisa de fuerza para nuestra PTF y productividad del empleo.

Por ello, de implementarse, las fuerzas del mercado impulsarán ajustes en salarios y/o empleo. La automatización hará más rápidos tales ajustes. Por eso, desde la CPC hemos planteado la urgente necesidad de meter más rigor -una mezcla de transpiración e inspiración- al análisis de las consecuencias de la idea que avanza en el Congreso. ¿Y qué entendemos por rigor? La combinación de dos esfuerzos muy productivos: el diálogo honesto y el desarrollo de estudios serios. Eso es precisamente el propósito del Foro de Trabajadores y Empleadores.

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