Ahora se puede andar sin mascarilla en la calle: ¿Deberíamos seguir usándola?

Un grupo de personas en el centro de Santiago este jueves 14. Pese a que ya no es obligatorio usar mascarillas, mucha gente sigue usándola. Foto: Andrés Pérez

La medida, anunciada por el Ministerio de Salud, es factible debido a la baja en la circulación del coronavirus. Pero el invierno anuncia la llegada de ortros tracionales virus, como la influenza, contra el que nuestro sistema inmune se ha debilitado. Médicos debates sobre si deberíamos seguir con ella.


Finalmente, después de dos años de pandemia en el país, este jueves 14 de abril, todas las comunas y regiones del territorio nacional, a partir de las 5 de la mañana, dieron un importante paso en la denominada vuelta a la “normalidad”: Se puede salir a la calle sin utilizar mascarilla.

El hito, que se suma a importantes pasos sanitarios que dio el país previamente, como el fin del toque de queda o el desconfinamiento, fue anunciado por el Ministerio de Salud a través del “Plan Seguimos Cuidándonos Paso a Paso”, el que ya no exige el uso del implemento sanitario según la fase en la que se encuentre la comuna donde vives.

La medida, que ya rige en gran parte del planeta, fue posible debido a los niveles positivos que ha entregado el virus en las últimas semanas, con un nivel de contagios y positividad bajos (4,33%), además de un nivel de vacunación superior al 90%, lo que permite creer que se acerca el ansiado fin de la pandemia.

Son tres las etapas anunciadas por el Minsal: bajo impacto sanitario, medio impacto sanitario y alto impacto sanitario, a las que se suman dos escenarios extremos: restricción y apertura. En las dos primeras, el uso de mascarilla es obligatorio solo en espacios cerrados y en espacios abiertos, siempre y cuando no se pueda mantener una distancia física mayor a un metro. En la tercera categoría su uso es obligatorio en todo momento.

En total, 262 localidades o comunas de Chile, se encuentran en etapa de bajo impacto sanitario y 85 en fase medio impacto sanitario (ninguna en alto impacto sanitario). En ambos casos, el uso de mascarilla al aire libre ya no es obligatorio. Los ejes del nuevo plan estarán regidos de acuerdo a la circulación viral, capacidad de respuesta del sistema de salud y la vacunación.

Considerando este nuevo escenario, y además, teniendo en cuenta que se aproximan otros virus invernales como la influenza (gripe) y resfríos, los que eventualmente serán más graves que períodos anteriores, debido a que no sufrimos con ellos durante los últimos años, lo que significa menos inmunidad, ¿deberíamos seguir usando mascarilla? ¿Es buena idea dejarla de golpe?

El Ministerio de Salud estableció que al aire libre, tomando en cuenta algunas consideraciones, ya no es necesario el uso del implemento sanitario. En la imagen, una pareja frente a la Moneda. Foto: Andrés Pérez

La mascarilla sigue protegiendo de aerosoles, y sigues protegiendo a los demás de gotitas que uno pueda expeler, señalan en la Subsecretaría de Salud Pública. “Lo ideal es que este elemento de protección personal siga siendo usado, especialmente ante síntomas respiratorios, independiente de si es Covid o no”, agregan.

Javier Tinoco, infectólogo Clínica Universidad de los Andes, considera que deberíamos seguir usandola. “Solo puede omitirse en lugares que están en una fase de bajo impacto sanitario, en espacios abiertos, y donde se pueda mantener una suficiente distancia con otras personas. En todas las otras situaciones debe seguir utilizándose. El riesgo de contagio en lugares abiertos, donde no utilizaremos mascarilla a partir de hoy, es mucho menor. Insisto en la necesidad de hacerlo en cualquier otro contexto”.

La autoridad sanitaria establece que al aire libre es 18 veces menos riesgoso estar sin mascarilla, en comparación a no usarla en un ambiente cerrado, siempre y cuando la persona mantenga la distancia con los demás y no esté en una aglomeración. “El riesgo de sacarse la mascarilla mientras sea al aire libre, en circunstancias de baja circulación viral (como establece el plan “Seguimos Cuidándonos Paso a Paso”) y manteniendo la distancia recomendada es muy bajo, cercano a cero especialmente si no hay personas alrededor”.

Algunos transeúntes hoy salieron a la calle sin mascarilla. Foto: Andrés Pérez

En países en que ya se ha flexibilizado su uso, los médicos ya han reportado algunos nuevos escenarios sanitarios. En EE.UU. por ejemplo, funcionarios de salud dicen que están viendo un aumento en los síntomas prolongados relacionados, justamente, con el resfriado común y la influenza (gripe).

Tal como en Chile, en todo el mundo, las naciones experimentaron una drástica caída en los casos de influenza durante los últimos años. De hecho, en 2019, en la semana número 17 del año, entre el 21 y el 27 de abril de 2019, el Instituto de Salud Pública de Chile analizó 865 muestras de personas que estaban cursando alguna enfermedad respiratoria atribuible a algún virus.

La baja se debe en gran medida al confinamiento, el uso de las mascarillas, distanciamiento social y la higiene de manos, que la actual pandemia obligó a decretar. Pero ahora que los casos de Covid-19 van a la baja, muchas personas están reduciendo sus rutinas sanitarias, que se suman al fin del mandato de las mascarillas en muchos lugares, como ocurrió en Chile este martes.

Claudia Saavedra, académica de la Universidad Andrés Bello y presidenta de la Sociedad de Microbiología de Chile, considera que retirar la mascarilla en la vía pública debería ser seguro cuando se cumplan ciertos requisitos, “ya que hasta ahora solo sabemos que lo podemos hacer siempre que estemos a una distancia mínima de un metro de otra persona. Medida que requiere de nuestro criterio para sentirnos seguros”.

Saavedra añade que no debemos olvidar es que el uso de mascarillas ha sido una herramienta que nos ha permitido controlar la pandemia y al mismo tiempo y muy importante, frenar las enfermedades respiratorias infecciosas. “De hecho, la influenza en 2020 se presentó solo con algunos casos aislados. También disminuyeron los casos de otros virus respiratorios, limitándose a algunos brotes de adenovirus y parainfluenza, respecto de años anteriores como 2018 y 2019″.

En espacios cerrados, como aeropuertos, aún se debe utilizar mascarilla.

Roberto Olivares, jefe de Infectología de Clínica Dávila, considera que se ha acumulado bastante evidencia que demuestra que la transmisión del Covid-19, en lugares abiertos y bien ventilados, además de una distancia adecuada de más de un metro, “es poco probable. Por lo tanto, parece razonable avanzar en esta medida cuando tenemos una menor circulación del virus, lo que hace posible llegar a dejar de utilizarlas”.

Siempre es efectivo usar la mascarilla para reducir la probabilidad de contagio entre personas, señala Castillo. “Lo importante, además de la calidad, es que se utilice de manera correcta, ya que se puede tener la mejor mascarilla, una N95 y si es mal utilizada, es decir, suelta o dejando la nariz afuera, no cumplirá su función. Una mascarilla de tres pliegues, que es la más usada en la actualidad, que esté certificada y bien utilizada, debería proteger de la transmisión, ya que, según estudios, se ha demostrado que puede alcanzar hasta un 99% de efectividad”.

Frente a la llegada del otoño y la exigencia de la mascarilla solo en espacios cerrados, “tal vez debemos ser mas precavidos y evitar sacarnos la mascarilla al aire libre si hay aglomeraciones de personas, ya que pensar en un metro cuadrado es difícil y el virus permanece suspendido en el aire a menos que tengamos muy buena ventilación o viento”.

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