¿No puedes dormir bien en las noches? Por qué deberías preocuparte de tu intestino
Según la microbióloga Manal Mohammed, la calidad del sueño está fuertemente influida por el estado del microbioma intestinal.

Podemos pensar que dormir bien depende solo de lo que ocurre en el cerebro. Pero, según la profesora de Microbiología Médica de la Universidad de Westminster, Manal Mohammed, el sueño reparador comienza mucho más abajo: en el intestino.
Así lo explica en una reciente publicación en The Conversation.
La experta detalla que el microbioma intestinal –la enorme comunidad de microbios que habita el tracto digestivo– influye directamente en la calidad del sueño, el estado de ánimo y el bienestar general.
Cuando este ecosistema está equilibrado, es más probable dormir de forma profunda. Cuando se altera, en cambio, aparecen el insomnio y los despertares frecuentes.

Una de las claves está en el eje intestino-cerebro, una red de comunicación que opera a través de hormonas, señales inmunitarias y nervios, especialmente el nervio vago, que conecta ambos órganos.
Una mayor actividad vagal, dicen los estudios citados por Mohammed, favorece un estado más calmado del sistema nervioso y transiciones al descanso más suaves.
El intestino más allá de la comida
Los microbios intestinales no solo digieren alimentos: producen neurotransmisores y compuestos que regulan el reloj interno del cuerpo.
El intestino, por ejemplo, fabrica la mayor parte de la serotonina, que ayuda a regular el ciclo sueño-vigilia y el estado de ánimo.
Y también contribuye a la producción de melatonina, la hormona clave para conciliar el sueño, que se genera tanto en la glándula pineal como en el sistema digestivo.

También interviene en la creación de GABA, un neurotransmisor calmante que “avisa” al sistema nervioso que es hora de relajarse.
Cuando el microbioma se desequilibra –una condición llamada disbiosis– estas señales se vuelven inestables y pueden generar sueño fragmentado, ansiedad nocturna y dificultad para dormir.
Cuando el intestino se inflama, también se altera el sueño
Otro elemento central es la inflamación. Un intestino sano mantiene controlada la respuesta inmunitaria.
Pero cuando el revestimiento intestinal se irrita –ya sea por mala alimentación, estrés, síndrome del intestino irritable o permeabilidad intestinal– moléculas inflamatorias pasan al torrente sanguíneo y afectan las zonas del cerebro que regulan el descanso.

Esto aumenta la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que mantiene al cuerpo en estado de alerta aun durante la noche.
El resultado es un círculo difícil de romper: el estrés altera el microbioma, este envía señales negativas al cerebro, se duerme peor y el mal dormir aumenta aún más el estrés.
Cómo fortalecer el intestino para dormir mejor
Según Mohammed, pequeñas acciones diarias pueden mejorar la salud intestinal y, con ello, el sueño:
- Incorporar alimentos prebióticos y probióticos, especialmente fermentados.
- Reducir azúcares y ultraprocesados, que favorecen la inflamación.
- Mantener horarios regulares de comida, para estabilizar el “reloj” del sistema digestivo.
- Controlar el estrés, que afecta directamente a las bacterias intestinales.
- Beber suficiente agua, clave para la digestión y la protección del revestimiento intestinal.
“El buen sueño no empieza cuando te metes en la cama”, sostiene Mohammed. Empieza mucho antes, en la salud del intestino y en los mensajes que envía al cerebro durante todo el día.
Si cuidas tu microbioma, concluye la académica, es más probable que el cuerpo pueda relajarse, recuperar energías y volver a los ritmos que permiten un descanso profundo y reparador.
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