Kramer en la piel del Presidente

kramer
Stefan Kramer.

Riéndose de todas sus particularidades —de sus "tics", de sus "brazos cortos", del vínculo con su hermano, el "Negro", de su conducta empresarial y de su poder— Stefan Kramer construyó una exitosísima caricatura de Sebastián Piñera, clave en su primer Viña, en el grueso de sus presentaciones y ¿también en la percepción del público? A pocas horas de que enfrente por tercera vez al "Monstruo", las expectativas son altas: se espera que el mejor imitador nacional se meta en la piel del Presidente y de su gabinete para visibilizar las demandas del estallido. El humor promete estar —tal vez como nunca antes— bajo la lupa del mundo político. ¿Puede Kramer lesionar la ya cuestionada imagen del mandatario?


Ahora que es cuestión de horas para que Stefan Kramer redebute en el Festival de Viña del Mar, que el descontento acumulado durante décadas se cristalizó en el "estallido social", conflicto que desde octubre instaló la incertidumbre, que tras cuarenta años se abrieron las puertas a una nueva Constitución, y que las autoridades, principalmente Sebastián Piñera, son sindicadas como las principales responsables de la crisis, resulta difícil no regresar a la primera vez del "Camaleón" sobre la Quinta Vergara. Retrocedamos la película hasta ahí, hasta el jueves 21 de febrero de 2008, cuando Kramer desenfundó acaso como un as bajo la manga al entonces candidato presidencial, perfilando concienzudamente y con gracia algunas de sus características más llamativas y su relación con el dinero.

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Stefan Kramer, de 26 años, lleva cerca de media hora en el escenario. Es el primer humorista que encara al "monstruo" en la presente edición, pero parece tener todo bajo absoluto control. Logró sin mayores dificultades superar el desafío que implicaba presentarse tras Journey: nada mal para un imitador que, tan sólo seis años antes, diera sus primeros pasos en Cuánto vale el show. En su rutina, donde acusa sufrir un "trastorno de personalidad múltiple", ya desfilaron Marcelo Comparini, Fabricio, Martín Cárcamo, Sebastián Jiménez, Alejandro Sanz, Eduardo Bonvallet, Kike Morandé, Marcelo Salas, Luis Jara, Jordi Castell y Diana Bolocco. Aún faltan Leo Caprile, Ítalo Passalacqua, Pablo Herrera, Horacio De La Peña y Nicolás Massú, entre otras tantas figuras del jet set criollo. Pero ahora es el turno de la que quizás fue su representación más exitosa: Sebastián Piñera.

Los más de diez mil presentes, sin embargo, reaccionan por primera vez en la noche con pifias a esa suerte de invitación.

—Si no me lo da, no se preocupe: yo se lo compro —los interrumpe, cambiando de inmediato la reacción del público—… Además, va a poder acumular millas Lanpass: así es la vida, así es la democracia, así es la inmensa mayoría.

Horas más tarde, en matinales, espacios dedicados y noticieros, la crítica coincidió: Stefan Kramer fue el gran ganador de la XLIX edición del festival; marcó 61 puntos entre quienes lo vieron por Canal 13 y TVN. Además, su imitación del actual Presidente fue considerada el punto más fuerte del show.

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Desde entonces, Sebastián Piñera se ha convertido en número puesto de cada una de sus presentaciones.

"Las imitaciones de Kramer no hacen más que desnudar las particularidades del Presidente en su accionar físico, y en su comportamiento político y empresarial. Aunque Kramer también hizo imitaciones de Michelle Bachelet, éstas no tuvieron el mismo éxito que las de Piñera —opina Mauricio Morales, cientista político y académico de la Universidad de Talca—. Esto se explica porque Piñera tiene una relación de amor y odio con los chilenos. Puede resultar atrayente que un humorista suba al columpio a uno de los hombres más ricos del país y que, en cierta medida, sea el niño símbolo de la desigualdad".

https://www.youtube.com/watch?v=erhpWmJO9UM

—Dígame, mano de obra —responde Kramer.

—Quería decirle algo en nombre de todas las personas presentes: quería decirle que tenerlo acá, entre nosotros, es un verdadero agrado.

—Muy por el contrario, señor asalariado. El agrado es mío… El escenario también, las luces y muy pronto Viña del Mar —de nuevo las carcajadas—. Y cuando así sea le voy a dar un bono de 20 millones de pesos a cada uno de los que asistió a la Quinta Vergara. Y quiero agregar algo brevemente: el teclado también es mío.

—No, don Sebastián, el teclado es mío…

—Se lo compro.

—No, no lo vendo.

—Le doy el doble de su valor.

—El teclado es suyo, don Sebastián.

Es ahora cuando Kramer, en la piel de Piñera, tal vez de la manera más brillante desnuda, como decía Morales, su comportamiento empresarial:

—Hay que saber negociar. Primer paso de negociación —explica a su público—. Muy bien, como el teclado es mío y usted tiene que seguir tocando: se lo arriendo. Segundo paso de negociación.

—El problema es que ando sin efectivo —le responde.

—No se preocupe. Si quiere me lo paga con RedCompra. ¡Qué maravilla estas máquinas! ¿Quién habrá sido el genio que las trajo?

Finaliza el segmento: "¿Desea donar diez pesos a la Fundación Miguel Piñera?".

"El hecho de que enfatice en su capacidad para comprarlo todo, hace aparecer al Presidente como muy distante del chileno promedio. Si bien los chilenos somos capaces de reírnos de nosotros mismos, más valor y risa provoca la burla sobre un poderoso —insiste Morales—. Como está instalada la sensación del abuso y de la burla de los ricos hacia los pobres en todo orden de cosas, la sola posibilidad de que los ricos puedan ser objeto de burla, se hace atrayente. No ocurrió esto con las imitaciones de Bachelet porque ella era percibida como más cercana. Piñera, en cambio, siempre ha sido visto como alguien lejano, frío y calculador".

*

¿Puede la rutina de un humorista cambiar o afectar la percepción que tiene el público sobre alguien?

En Argentina, Fernando De La Rúa, presidente entre 1999 y 2001, sostuvo que sí.

El 21 de diciembre del 2000, exactamente un año antes del abrupto final de su gobierno, el mandatario asistió a Videomatch, toda una institución del humor trasandino a cargo de Marcelo Tinelli, que por esa época precisamente solía caracterizarlo como un tipo torpe y lento, detrás de la imitación del comediante Freddy Villarreal. La idea, explicó tres años más tarde De La Rúa, era acabar con esa imagen que se había instalado. Pero la visitada fue accidentada: confundió el nombre de la pareja del conductor —la llamó Laura, cuando en realidad era Paula—, también equivocó el programa —mencionó Telenoche en vez de Videomatch— y se extravió al retirarse del estudio. "La gente empezó a ver más cercana a la verdad esa imagen de mofa que la que le daba la realidad", explicó. "Tengo sentido del humor, pero el agravio no me gusta. Durante mi gobierno se hizo serio daño a la autoridad presidencial".

https://www.youtube.com/watch?v=vuepBL-pN3c&feature=emb_title

"Recuerdo perfecto el caso de De La Rúa —dice Óscar Contardo, periodista y escritor—. Creo que lo que hace el comediante es interpretar exageradamente la fama que el propio político ha trabajado. El gobierno de De La Rúa era desastroso con o sin imitador. Lo que hizo ese imitador fue exagerar algo que ya todos conocían. Subrayar un flanco, pero eso es muy distinto a contribuir a un desprestigio".

El cierre de la Teletón 2018 tuvo, entre otros invitados, a Stefan Kramer. Encargado del humor, en esta oportunidad, ofreció una versión propia de Pasapalabra donde Sebastián Piñera era uno de los participantes y concursaba contra Luis Miguel. De entrada, sin embargo, el Presidente cometía un error: llamó "Rafa" a Julián Elfenbein. "Hace mucho tiempo que quería venir al programa, pero mis asesores no me dejaban: 'vas a quedar como ignorante, me decían'", explicaría después. Los yerros del mandatario se repetirían una y otra vez.

El show, aunque aprobado por el público, despertó críticas: "Éste es un programa de unidad. Eso es lo más importante. Si alguien hace algo que no corresponde a eso, está saltando nuestros deseos", dijo Don Francisco. En esa línea también comentó Cecilia Morel, esposa de Piñera: "La figura de los Presidentes hay que respetarla. Indudablemente, el humor en todos los países existe y es importante, pero hay un límite y una línea que se llama respeto".

https://youtu.be/_nSS6QBeKCg

"El mismo Zalaquett señaló que las imitaciones de Kramer lo habían afectado en lo personal e incluso a nivel sicológico —recuerda Mauricio Morales—. En el caso de Piñera, él mismo no se mostró muy conforme con la imitación en una de las Teletones. A nadie le gusta que lo imiten particularmente en lo negativo. Pero en ningún caso las imitaciones de Kramer explican el descontento con el Presidente. Esto obedece a causas políticas y económicas mucho más profundas. Las imitaciones sirven para desnudar falencias de los imitados, pero en ningún caso contribuyen a explicar sus errores o desaciertos. Piñera nunca podrá argumentar seriamente que su popularidad decayó junto con las imitaciones de Kramer".

https://culto.latercera.com/2020/02/22/festival-vina-1973-historia/

Cristian Leporati, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, sin embargo, cree que lo que pueda hacer el humorista sí es un factor relevante en la percepción que se tenga del mandatario: "Kramer es un líder de opinión. Y es un líder de opinión, además, culturalmente hablando transversal: es capaz de llegar a grupos socioeconómicos altos, medios y bajos. Por lo tanto, cualquier cosa que haga como rutina es importante, porque incide en la reputación o en la imagen de una persona. Particularmente si estamos hablando del Presidente de la República".

"Metafóricamente hablando, Videomatch en Argentina fue un programa de amplio impacto en lo político. De una forma también Kramer es, en síntesis, un Videomatch en Chile. Un equivalente —agrega, haciendo un parangón con el caso De La Rúa—, porque él no solamente va a participar en un festival que promedia entre 45 y 50 puntos de rating; además, debes sumarle a eso, la potencia que tiene en Chile en las plataformas digitales. Por lo tanto, la rutina que él hace perdura en el tiempo y tiene un impacto y una cobertura mediática importante en el país".

*

El pasado noviembre, Kramer lo hizo otra vez: en el marco de "Chile despertó: Comediantxs en Marcha", show gratuito que ofrecieron varios artistas en el Zócalo Municipal de Recoleta, por un par de minutos revivió su rutina más controvertida. Allí, ante unos cuatro mil espectadores, separó los hombros y rápidamente los encogió, emulando el característico y al parecer incontrolable movimiento que tantas burlas le ha costado a Sebastián Piñera. "Muy buenas tardes, Renca —desatando rápidamente las risas de los presentes—. Qué rico que se hayan juntado a homenajearme", se presentó, acompañado por la línea de bajo de "The imperial march", canción de Darth Vader en Star Wars.

https://youtu.be/mhPsZR0j9Ec

"He escuchado fuerte y claro lo que gritan en las calles, he visto sus carteles y he leído sus demandas. Y quiero que sepan que, como gobierno, hemos recibido el mensaje: Chúpala, Karol Dance", cerró, papel en mano, repasando a otro de los rostros apuntados durante las manifestaciones.

A tres meses de esa presentación y a tan sólo unas cuantas horas de subirse por tercera vez al escenario de la Quinta Vergara, se espera que el grueso de la rutina de Stefan Kramer apunte principalmente a Sebastián Piñera y su gobierno. El propio comediante lo adelantó en la conferencia de prensa: "Generalmente cuando uno se sube a Viña es muy lógico que uno vaya con una rutina que viene haciendo hace uno o dos años, que tenga un cierto rodaje, pero fue una instancia para decir: 'sería bonito o interesante hacer algo dedicado en esta ocasión, abordar la parte profunda del estallido social, visibilizar las demandas, estar con la gente'".

https://www.youtube.com/watch?v=sHaPt3RBZMA

Hace algunos días, precisamente, un grupo de personas difundió un vídeo en redes sociales bajo el lema "Paz para Chile". En el registro hacen un llamado directo a Stefan Kramer a evitar el humor político: "Nos oponemos al discurso de odio y a esa actitud de destrucción que amenaza nuestra democracia y nuestros Derechos Humanos. No puede ser que un humorista se ría de las autoridades y provoque más violencia, tenemos que llamar a la paz y a la estabilidad", expresó uno de los impulsores de la iniciativa.

Leporati, cree, golpear en el contexto actual al Presidente con una rutina, podría traer repercusiones a futuro: "Hay que considerar el impacto que tendrá en marzo la rutina de Kramer, porque seguramente no sólo va hablar de Piñera; también va a hablar de Piñera en un contexto político. Eso también podría afectar no solo a Piñera en esa línea, sino al gobierno en general".

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"Se ha generado mucha expectativa política en torno al Festival de Viña, básicamente por el manejo comunicacional que ha hecho el gobierno de la misma acción del evento. Por todas las acciones que han hecho para reprimir la espontaneidad que tiene el festival a través de las pancartas y otros soportes que, regularmente, en la historia del evento se han usado —explica el publicista—. Por lo tanto, la atención pública respecto al festival, en lo político, va a ser mucho mayor que en el pasado. Y eso, de alguna forma, potencia el impacto mediático que puede tener la presentación de Kramer. El gobierno cometió un error importante al darle tanta relevancia política al festival".

Óscar Contardo, por su parte, tiene clara su postura: "El show de Kramer no puede afectar su imagen porque ya no es posible mayor deterioro que el que se ha ganado".

https://culto.latercera.com/2019/12/26/programacion-vina-2020/

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