El renacer de Fundación CorpArtes tras los duros días de la pandemia

La entidad detrás del centro cultural ha reenfocado sus objetivos para posicionarse más allá de las actividades que se le conocían normalmente. Ahora, ha optado por ir hacia los territorios e instituciones ligadas a la infancia y discapacidad, con actividades artísticas que promuevan la educación y la reflexión. Todo después de la crisis generada por el Covid-19. Su directora habló con Culto sobre los detalles.


Si hay algo que Francisca Florenzano, la directora ejecutiva de Fundación CorpArtes, recuerda con claridad, es que el momento en que se decidió el giro fue durante la pandemia, cuando el país se acostumbraba al Paso a paso, las cuarentenas y las vacunas eran una quimera. “Era volver a darle vida a la Fundación. A ese corazón, que era muy fuerte, que hacía muchas cosas y que no quedaba claramente visible en el quehacer del centro cultural”, señala al teléfono con Culto.

Esto, porque de algún modo, el centro cultural de calle Rosario Norte -donde en 2017 se presentó una exposición de Yoko Ono, por ejemplo- siempre fue la cara más visible de la Fundación, pero llegó un punto en que eso debió reenfocarse. “En verdad si no le ponemos vida a la Fundación y lo que trasciende al centro cultural, va a dejar de existir”, señala Florenzano.

Por supuesto, influyó sobre todo el cierre obligado del centro a contar del 15 de marzo del 2020. “Vinieron un par de semanas de oscuro absoluto, se fue a negro toda la programación que teníamos, y tuvimos dos semanas para poder rebotar y volver a pararnos. Teníamos una vida más allá y teníamos que seguir existiendo más allá de que el centro cultural estuviese cerrado “, cuenta Florenzano.

En concreto, la Fundación CorpArtes ahora se enfocará, según explican en un comunicado “en poder generar acceso y participación en actividades artísticas que promuevan la educación y reflexión de los diversos públicos”. De alguna forma, acercar el mundo del arte y la cultura a quienes han sido desplazados.

En 2021, la Fundación comenzó a desarrollar un trabajo presencial de mano de las mayores libertades permitidas por el avance del proceso de vacunación contra el coronavirus. “Fuimos a las municipalidades, los centros del Sename, los centros de Ciudad del niño, invertimos la relación. Antes, los grupos con los que trabajábamos iban a nuestro centro cultural, y como se cerró, nosotros empezamos a ir”, recuerda la directora.

Y a renglón seguido añade: “En esa lógica, la mayor contribución que nosotros podíamos hacer, entendiendo que estos grandes conciertos y muchas cosas que pasaban en el centro cultural, al menos por un tiempo importante no van a volver a ser, era trabajar con grupos que están últimos en la lista de tener acceso a diferentes actividades”.

De esta forma, la Fundación CorpArtes, en adelante trabajará en actividades educativas y formativas en torno a las artes, tanto para el público general como para niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad; migrantes; personas en situación de discapacidad. También, “programación y proyectos colaborativos junto a instituciones en diversos territorios de todo Chile, de forma de potenciar la conexión entre estas organizaciones y sus comunidades a través de la cultura y las artes”. Entre otros, habrán talleres como “El encanto de aprender”, “Talleres orquestales”, “Jóvenes líderes” y “Talleres teatrales Elencos ciudadanos”.

También habrán facilidades para el acceso a la programación presencial y digital a instituciones de todo Chile y abierta a todo público. Lo digital fue una de las cosas que la Fundación debió aprender durante la pandemia. “Fue complejo, porque CorpArtes, a diferencia de otros centros culturales, no tiene cuerpo estable. Estábamos en cero –recuerda Florenzano–. Teníamos poca biblioteca digital porque las orquestas, compañías de danza y teatro que se habían presentado durante los últimos años ponían muchas restricciones en términos de grabaciones. Después de la pandemia eso cambió para bien”.

Francisca Florenzano, directora ejecutiva de Fundación CorpArtes.

Estas nuevas actividades vienen a iluminar un poco el presente de la fundación, que durante la pandemia vio duros momentos, debido a que, por el cierre, perdió el 70% de sus ingresos, los cuales venían de auspicios y ventas de tickets. “Lo que hicimos fue tratar de sobrevivir lo que más pudimos con el equipo completo, pero a fines del 2020 era insostenible. Hicimos recortes de gastos por todos lados, el equipo se redujo en 2/3, fue fuerte, muy triste, muy duro”, recuerda Florenzano.

En abril, el centro cultural reabrirá oficialmente sus puertas de manera presencial con el estreno de la obra Loco, de la compañía Belova-Iacobelli, inspirada en el cuento El diario de un loco, del ucraniano Nikolai Gógol. Todo en el contexto en que el mundo de la cultura y las artes ha abogado por las reaperturas con 100% de aforo. “Cuando gran parte de la vida del país se da de manera bastante normal, este es el único sector que sigue teniendo limitaciones de aforo. No se entiende. Más de dos años con todo cerrado, la cantidad infinita de personas que se han quedado sin trabajo. Hay una discriminación muy fuerte, muy injusta”, señala Florenzano.

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