Los Bunkers, todos los caminos tras una historia gráfica
Historia Gráfica 2001-2022, es el libro que documenta todo el trabajo gráfico que Carlos Cadenas desarrolló para el grupo penquista. En charla con Culto, el artista y parte de la banda desentrañan las claves del libro, además de desempolvar algunas historias tras portadas y el icónico logotipo del "bunkerito". "La idea es mostrar los caminos, cómo se llega a una portada", dicen.
Fue en los días de Canción de lejos (2002), el celebrado segundo álbum de Los Bunkers que destacó por singles como Miño y Las cosas que cambié y dejé por ti, cuando se generó el vínculo entre la banda y el diseñador Carlos Cadenas. Un profesional de larga experiencia en el rubro en cuyo CV figuran trabajos para ilustres como Chancho en Piedra, Congreso, Los Jaivas, entre otros. “Yo trabajaba en la Sony -dice el artista a Culto- ahí conocí a los muchachos, rápidamente hubo buena onda”.
Desde entonces, Cadenas estuvo a cargo de diseñar buena parte de la expresión gráfica del grupo, desde las carátulas de discos y singles hasta fotografías promocionales e incluso el inolvidable “bunkerito”, un símbolo que se reprodujo en camisetas, afiches y hasta en el bombo de la batería de Mauricio Basualto. Buena parte de ese material es recopilado en Historia Gráfica 2001-2002, un libro ya disponible en tiendas, que además de carátulas y otras imágenes, incorpora bocetos y material de descarte, a fin de documentar los procesos de trabajo.
La idea tras el libro se comenzó a concretar desde hace al menos dos años, tras una charla entre Cadenas y el guitarrista Mauricio Durán. “Era una idea que ya habíamos conversado hace mucho tiempo, pero nunca la habíamos aterrizado -dice el artista-. Yo creo que dos años atrás le dije mira, tenemos mucho material. Empecé a revisar los respaldos y me di cuenta que teníamos todo, cada cosa que que habíamos hecho. Ahí salió la idea y le dije ¿por qué no hacemos un libro?”.
Así, Cadenas se encontró con material muy variado: bocetos hechos a mano, ideas para carátulas, y hasta dibujos que él hacía de la banda mientras posaban para las sesiones de fotos. “Encontré incluso algunas cosas que yo ni siquiera sabía que tenía -dice-. Yo creo que cuando cuando me propuse la idea de buscar el material es cuando empezó a aparecer realmente todo. Pero fueron los chiquillos los que decidieron lo que podía ser interesante para la gente, a mí me resultaba difícil discriminar”.
Tal era la abundancia de material, que al grupo le pareció que era mejor ir un paso más allá de una mera recopilación. “A mí me pareció que lo más bonito era explicar ciertos caminos, si aparece un logo ¿cómo aparece ese logo?- explica Mauricio Durán-. Mostrar los caminos, ¿cómo se llega a una foto o una portada? tú ves la portada de Barrio Estación (2008), te aparece una foto amarilla con un hombre de negro y un chico con un globo tomado de la mano y dices ‘ah, bueno, sí, ya entiendo, escucho el disco pero ¿cómo llegar a ese resultado?’ Yo creo que eso era lo más bonito para explicar en el libro. Ese fue el criterio general”.
De hecho, los músicos detallan que la gráfica tras el álbum Barrio Estación, fue particularmente difícil de zanjar. A diferencia de Canción de Lejos y La Culpa, donde había un concepto base para el diseño, en esta caso la idea se fue asentando en el camino. De hecho, en principio el disco tenía otro nombre, Capablanca. “No vimos la luz hasta el final del camino, porque nosotros íbamos descubriendo las cosas que el disco nos iba entregando a medida que lo íbamos haciendo. Entonces al principio hubo mucha prueba de ensayo y error -dice Francisco Durán, guitarrista y cantante-. Todo ese camino se ve en el libro. De repente la portada era una silla, algo como muy abstracto. Realmente como que no sabíamos muy bien de dónde agarrar, hasta que apareció la idea de la paternidad. Nos dimos cuenta que era un tema que está obviamente muy presente a lo largo del disco por las vivencias de cada uno. Ahí surgió la idea del color amarillo y nos fuimos por un tubo”.
Cadenas, decíamos, fue el diseñador del logo del grupo, conocido como el “Bunkerito”, la imagen de un muchacho con una guitarra al hombro. El proceso tras ese símbolo también está documentado en el libro. “Ese fue un proceso entre Canción de Lejos y La Culpa -rememora-. Entonces me llamaron porque no había logotipo, había solo un isotipo que habíamos desarrollado, pero no tan formal. Hacía falta algo más representativo. Ahí comenzó un proceso muy largo. Los chiquillos me habían dado como pie forzado que fuese lo suficientemente chileno, pero también que fuese visualmente plural. Pasamos desde un chinchinero hasta una guitarra sola, hasta que un día uno de los muchachos que me fue a visitar al departamento de diseño. Y cuando se fue iba con la guitarra en la espalda, ahí dije: ‘eso es’. Representa un universo del que sigue este camino de la música”.
Los músicos detallan que, salvo los conceptos previos en casos específicos, no echan mano a referencias al momento de trabajar con Cadenas. Más bien, apelan a un lenguaje común. “Hay referencias que son claras y siento que nos entendemos muy bien en ese sentido -dice Francisco Durán-. No solo a nivel portada, sino que a nivel también de películas, libros, etc. De todos los trabajos de portada, obviamente el que tuvo más referencias fue La Culpa. Había algo claro que reverenciar, una época específica, unos ciertos colores, unos ciertos trazos. Me gusta que la gente vea todo el proceso en el libro”.
Cuando se les pregunta cómo definirían el trabajo de Cadenas con ellos, hay una idea clara. “Su arte tiene calidez -responde Mauricio Durán-. Siempre hemos sentido que tenemos una línea directa con él, en el sentido de poder comunicarnos sin trabas. Siento que es un artista absolutamente empático y creo que una suerte de encontrarse en una carrera como esta con alguien como Carlos. No creo que todo todos los grupos tengan esa esa fortuna, por lo menos así lo veo yo”.
Para Cadenas, el vínculo con la banda penquista se ha sostenido a partir de la comprensión mutua. “Yo creo que esto no se da cuando cuando la banda no está dispuesta. Yo he trabajado con muchas bandas con unas pasa, con otras no pasa. Es casi como las relaciones de pareja, que se da una química. Se dio con los Chancho, se dio con los Bunkers, se dio con Los Jaivas, es una cosa orgánica. Yo creo que hay un lenguaje en común y todos queremos lo mismo, por eso termina en amistad también”.
El libro Historia Gráfica se presentará el próximo 11 de julio, a partir de las 18:00 hrs en Citylab del Centro Cultural GAM, en una charla que tendrá presencia de Carlos Cadenas, Mauricio Durán y Francisco Durán con la moderación de Sergio Cancino.
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