Por Pablo Retamal N.Eterno resplandor de una mente sin recuerdos: las claves de un filme que se resiste al olvido
Tras su llegada a Mubi, la obra de Michel Gondry y Charlie Kaufman se confirma como una pieza de "alquimia pura" para la crítica. Mientras expertos destacan la capacidad del director para capturar una "memoria líquida" a través de una puesta en escena artesanal, el filme revive el riesgo actoral de un Jim Carrey dramático y una versátil Kate Winslet, quienes logran transmitir la crudeza naturalista de una pareja condenada a encontrarse a pesar del desgaste y el olvido.

Fue el proyecto loco de un amigo el que le disparó la idea al cineasta francés Michel Gondry. Resulta que su amigo Pierre Bismuth había concebido la idea de borrar ciertas personas de la mente después de las quejas de una amiga sobre su novio. Tan en serio se lo tomó que incluso pensó en hacer un experimento a medio camino entre lo social y lo artístico: enviar cartas a gente afirmando que un conocido los había borrado de su memoria.
Ese experimento -o esa locura, más bien- nunca se llevó a cabo, pero a Gondry le bastó para que germinase la idea para una película, la cuarta de su trayectoria. Le puso Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004) y acaba de llegar al streaming, a las pantallas de Mubi.

Para los roles principales, Gondry optó por dos actores experimentados, Kate Winslet como Clementine Kruczynski, una mujer de espíritu libre y de personalidad avasallante; y Jim Carrey, como Joel Barish, un hombre tímido y retraído. Tras haber sostenido una intensa relación sentimental de dos años, Clementine acude a la clínica Lacuna, Inc. para borrar de su memoria todos los recuerdos de su relación con Joel.
Este último, atribulado y destrozado tras enterarse, pretende hacer lo mismo. Pero todo comienza a desmadrarse cuando Joel intenta arrepentirse, y en paralelo, de manera mañosa, uno de los técnicos de la empresa, Patrick (Elijah Wood), utiliza los recuerdos de Joel para seducir a Clementine.
Sin embargo, el destino pone nuevamente frente a frente a Clementine y Joel, quienes se dan cuenta del intento de borrado de sus recuerdos, y al parecer querrán intentarlo todo nuevamente.

Para el filme, Gondry se la jugó por utilizar a Jim Carey en un rol contenido y dramático, lejos de los bufonescos personajes que había realizado en Ace Ventura: Pet Detective (1994), La Máscara (1994), Dumb and Dumber (1994) o en Batman Forever (1995), que le habían dado fama en Hollywood.
En entrevistas posteriores, Carrey admitió que fue difícil confiar en Gondry para desarrollar el personaje. “Aprendes a confiar en alguien. Ves lo que pasó antes y eso construye la confianza. Hubo varias veces en Eterno Resplandor (...) en que yo le decía a Gondry ‘Esto no tiene ningún tipo de sentido para mí’, y el me decía ‘¿Por qué no lo pruebas?’“.
Para Kate Winslet fue exactamente lo contrario: “Tengo recuerdos increíbles de Eternal Sunshine -dijo en una entrevista posterior-. Eso fue lo que me llevó a Nueva York en primer lugar. Fui a Nueva York a rodar esa película y no me fui en nueve años. Fue el comienzo de un capítulo muy importante en mi vida. Siempre la recuerdo con mucho cariño”.
“Creo que, creativamente, abrió los ojos a la gente a otras facetas de mí como intérprete. Creo que, si no hubiera sido por eso, quizá no me habrían considerado para algo como La Lectora. En Eternal Sunshine pude demostrar mi versatilidad, y la versatilidad, obviamente, se expande en todo tipo de direcciones”.

El guión estuvo a cargo de Charlie Kaufman, quien se encontró con más de un problema dada la complejidad de la historia. “A Michel le pareció que era algo interesante, una especie de punto de partida para una película -contó Kaufman, en una entrevista con Script Magazine-. Así que hablamos sobre eso y desarrollamos la idea de una película sobre una relación y que después la historia tuviera lugar en la mente del tipo y, en cierto punto, él intenta detener el borrado”.
“Lo que encuentro interesante es crear un guion que haga que tengas que volver a verla de nuevo; y que la segunda vez que la veas, encuentres cosas que no pudiste ver la primera vez, porque no tenías la información que tienes después del primer visionado -dice Kaufman, en la misma entrevista con Script Magazine-. Así que en el segundo visionado se convierte en otra película, aunque sea la misma. Creo que esta película es así, porque hay cosas que no sabes hasta el final”.
Para sorpresa de todos los involucrados, el filme recibió unas excelentes críticas e incluso nominaciones a los Premios de la Academia. “Recibir una nominación al Oscar por Eterno resplandor fue fantástico. Porque ninguno de nosotros realmente pensó que eso iba a suceder -recordó Winslet-. Estábamos haciendo la película completamente loca de Michel Gondry con Charlie Kaufman. No teníamos ni idea de cómo sería. Siempre tuve fe en que sería algo muy especial, pero no lo sabía”. De hecho, la película obtuvo el Óscar al mejor guion original y Winslet fue nominada a mejor actriz, aunque perdió ante la brillante performance de Hilary Swank en Million dollar baby. Además, el largometraje fue nominado a cuatro Globos de Oro.

La parte de los críticos
Para Paula Frederick, editora de Cultura de radio Duna, el centro líquido del filme es la colaboración entre Charlie Kaufman y Michel Gondry, la cual califica como “alquimia pura”. Y agrega: “Después de la parábola darwinista Human nature, su primer film juntos, encontraron su máxima expresión al unir la mente de Kaufman con la forma de Gondry. La película se siente como un sueño compartido, sus imágenes nos parecen familiares, parte de una memoria universal, aunque nunca lo hayamos vivido".
“A pesar de ser una propuesta compleja, no se entrampa en su propio artificio, sino que logra funcionar en pos de la idea narrativa que se sustenta por sí misma: ¿tiene sentido borrar la memoria, o los recuerdos deben ser intocables, incluso si nos siguen haciendo sufrir? Así, la cámara se transforma en la única forma de atrapar una memoria líquida, que se escapa constantemente de las manos".

“Se podría decir que Eterno Resplandor de Una Mente sin Recuerdos es algo así como la mejor película que nunca dirigió Charlie Kaufmanl -dice Rodrigo González, crítico de cine de Culto-. Pero eso, por otro lado, es faltarle un poco el respeto al director Michel Gondry, que fue capaz de darle una calidez y un tono crepuscular que las cintas escritas por Kaufman no tienen".
Paula Frederick también piensa en el trabajo del director: “Gondry filma este viaje emocional de manera artesanal: escenarios que se desarman, memorias fragmentadas, dimensiones oníricas hechas a mano. Un camino que ya había moldeado en videoclips icónicos para Björk, Daft Punk, The Chemical Brothers o The White Stripes. Y que acá encuentra su forma definitiva, aunque se desvanezca en el recuerdo siguiente”.

¿Sobre los actores? Paula Frederick sostiene: “Me quedo con el primer encuentro entre Joel (Jim Carrey) y la inmensa Clementine (Kate Winslet), con esa atmósfera de nostalgia anticipada, la mirada borrosa a la fractura del tiempo y la perplejidad de conocer de sentir familiaridad en alguien desconocido. Esa certeza cinematográfica de que, al final, siempre podemos encontrarnos en Montauk”.
Rodrigo González indica: “Gondry supo sacarle el mejor partido a los protagonistas Jim Carrey y Kate Winslet, ambos en el mejor momento de sus carreras. Uno de los puntos altos de la película es la química entre ellos:es una pareja triste, condenada a estar junta a pesar del desgaste de las relaciones y del ocaso de la pasión. El arco afectivo que recorren va desde el crash casi adolescente al conocerse en la estación de tren a los estertores del cansancio y la rutina, con risas y lágrimas que fluyen con naturalismo, sin impostación”.
“En su tiempo fue totalmente refrescante ver a Jim Carrey abordar un papel dramático, causando un efecto similar al que nos produjo Robin Williams en La Sociedad de los Poetas Muertos (1989). Por otro lado, muchos asociaban aún a Kate Winslet a las superproducciones estilo Titanic (1997), pero aquí se pudo ver en su esplendor su gran dominio de emociones, desde la alegría a la pena, propios de un personaje algo maníaco-depresivo".
“Para remate, la cinta reúne a una serie de “secundarios” de lujo encabezados por Tom Wilkinson como el doctor, a los que se une Mark Ruffalo, Kirsten Dunst y Elijah Wood “post-Señor de los Anillos”.
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