Colo Colo no levanta cabeza. En el que pudo ser el último partido de Jorge Almirón en el banco del Cacique, el cuadro albo empató 2-2 ante Ñublense. El encuentro se dio en un ambiente enrarecido. Aníbal Mosa está convencido de sacar al técnico. El bloque Vial quiere evaluar las consideraciones. Se reunirán este martes. En el Monumental, el público perdió la paciencia. Sobre todo en el primer tiempo.

Pese a que se autorizó un aforo de 30 mil espectadores, al recinto asistieron cerca de 18 mil forofos. Temprano, la gente empezó a enojarse. A los 7′, Gonzalo Sosa abrió la cuenta, luego, a los 14′, Matías Plaza aumentó el marcador. Nuevamente los errores defensivos aparecían. En esta ocasión, el estratega hizo algunos cambios. Sin embargo, también insistió en elementos que le han criticado, como la inclusión de Arturo Vidal y Esteban Pavez como dupla de volantes.

Más adelante se instaló Claudio Aquino, un nombre que divide aguas en Macul. De hecho, algunos fanáticos lo apuntan directamente. “Era Cabral...”, lanzó un hincha luego de un pase errado del ex Vélez Sarsfield. Claro que después fue el propio argentino quien ilusionó al Cacique con meterse en el partido, al anotar el descuento en la última jugada del primer tiempo.

Entre la euforia y el enojo

Otro momento dual fue el tanto anulado a Javier Correa. En ese caso, anulado por una infracción al comienzo de la jugada. Almirón, con sus brazos en la cintura, solo miraba incrédulo. No celebró la anotación ni protestó en la revisión. Estaba impávido, lejano a su histrionismo de otras ocasiones.

Desde esa acción comenzó a marcarse una distancia entre los fanáticos. Los asistentes en la tribuna Océano le exigían más a los jugadores, muchas veces con insultos. En la zona de las galerías, en tanto, persistieron los cánticos. Al comienzo del complemento, debajo de la tribuna Cordillera, se instaló un amplio lienzo con una frase motivadora. “En los momentos más difíciles, más te amamos”, señalaban.

Comenzando el segundo tiempo, se vivió otro momento tenso. En Caupolicán encendieron cinco bengalas y, producto del humo, Gastón Philippe decidió parar el compromiso. Otra bengala, solitaria en este caso, se vio en el sector Arica. Sobre el final del partido, en el tiempo adicional, hubo fuegos artificiales.

Antes se dio la revancha de Correa, que si bien erró tres ocasiones claras, logró anotar el empate definitivo.

Luego del encuentro, la tensión se trasladó a la sala de prensa, ya que el entrenador no se presentó y se retiró en silencio del estadio Monumental.

División en Blanco y Negro

Como es costumbre, en la directiva de Blanco y Negro las aguas están divididas. Aníbal Mosa está convencido de que el proceso de Jorge Almirón debe llevar a su fin. Más allá de lo que exhibieran en el partido. Sin embargo, Alfredo Stöhwing, uno de los hombres fuertes del bloque Vial, habló antes del partido y expuso su distancia con la visión del empresario puertomontino.

“Hay que escuchar distintas opiniones, pero hay un montón de problemas y antecedentes que son más graves que la situación de Almirón. Hay que ver como encaja eso dentro de la problemática total del club, que actualmente es muy delicada”, dijo el ingeniero.

En esa línea, el extimonel de la concesionaria dijo directamente que el prefiere respetar los procesos y apuntó al manejo de Mosa. “Todas las variables son importantes, yo soy partidario de cumplir los contratos, salvo excepciones muy graves. Hay que ver si esta es una oportunidad como para no cumplirlo”, lanzó. “Creo que lo más grave es el problema institucional del club, con todas las cosas que han sucedido en este período, que son importantes”, enfatizó.