
Cristóbal Campos: “Cuesta levantarse, encajarse una prótesis y decir ‘vamos’; al final, uno lo hace por la familia”
El guardameta está convencido de romper todos los parámetros. A menos de un año del choque que le costó la amputación del pie derecho, el exgolero de la U trabaja para volver a competir. Paralelamente, explora otro camino: el de las charlas motivacionales.
Cristóbal Campos se describe como un hombre de fe. Por eso admite que su caso puede asimilarse a un milagro. A comienzos de septiembre de 2024, el exguardameta de Universidad de Chile, quien entonces defendía a San Antonio Unido, estrelló su vehículo en plena ruta 78. Con el tiempo reconocería que no se había tratado de un accidente, sino de un intento por acabar con su vida. Diez meses después, su percepción es completamente distinta. Ha vuelto a sonreír y, en un caso único en el mundo, fue capaz de disputar un partido con características de profesional. Va por más. En esta entrevista con El Deportivo remarcará que su objetivo es retomar su carrera deportiva. La acepción ‘sueño’ la reserva para el ámbito personal.
El 20 de junio, en el Bicentenario de La Florida, el canterano azul volvió a situarse entre los palos. “No fue fácil el camino para llegar estar de nuevo ahí. Fue una rehabilitación muy fuerte, muy dura. Los últimos meses me puse a punto con un objetivo: poder jugar. Y se logró, así que quedé con la satisfacción de que pude jugar, utilizar mis dos piernas para contactar el balón, y también tener dos tapadas. Era lo que estaba buscando. Todo tenía un objetivo y se cumplió”, valora.
Fue un milagro. O parece serlo.
Sí, bueno, era muy difícil. Yo también lo dije en ese momento. Quizás se puede decir que es un poquito de arrogancia, no sé, pero creo que soy un caso único en el mundo, al tener una prótesis recién hace cuatro meses y lograr jugar al fútbol. Es algo que no cualquiera puede hacer. Fue gracias a mi condición física, también, que me ayudó bastante, y a todo el equipo que tengo detrás mío, en la salud mental, a mi protesista. Todos están muy conectados con mi recuperación.
¿Qué sintió cuando, por fin, se tuvo que parar entre los palos?
La verdad me sentía muy tranquilo, porque es mi ambiente, mi hábitat. Es donde me gusta estar. Me gusta mucho jugar. Mi preparación de la semana es pensando en jugar y ganar. Entonces, estar de nuevo junto a grandes jugadores, que eran mis amigos y también los históricos, fue algo increíble, porque fue reencontrarme con mi mundo y salir a disfrutar en un ambiente que fue lo más parecido a un partido oficial. Era lo que estaba buscando, Que no fuera un partido tan amistoso, un poco aburrido. Mi objetivo era jugar.
Que no hubiera concesiones de por medio, que nadie le lanzara una pelota fácil para que pudiera llegar.
Sí. La verdad, yo quería sentirme normal y que todos me vieran como uno más. Eso es lo que trato de buscar y también fue así esta vez. Sí me tocaba, demostrar que puedo actuar normal, de forma natural, con o sin prótesis, que es algo muy difícil de hacer, porque, como te digo, tuve poco tiempo de preparación. Viendo los videos, el encuentro, sí pude hacerlo de una forma natural. Me sentí súper bien. Creo que va alineado con lo que quiero conseguir de aquí en un par de meses.
¿Qué le costó más y qué menos?
La verdad, son pocas las cosas que me han costado en esta recuperación. Creo que tengo que seguir trabajando un poco más en los saltos y un poco más orientado en pegarle al balón largo. Tengo que tener una adaptación ahí, a ver si consigo pegarle con la izquierda, que lo consigo hacer, pero, sí, requiere mucha práctica.

“Me saqué una mochila”
¿Cómo está hoy su cabeza después de todo lo que pasó y de volver a la cancha?
Más tranquila. Creo que con los frutos que se han ido dando en el camino, estoy satisfecho. Disfrutando cada momento también, que era algo muy difícil, que no conseguía hacer hace un par de años. Me saqué, también, una mochila de encima, que me venía pesando hace bastante. El proceso de la recuperación fue bastante doloroso, en el tema físico, en el tema mental también. Te encuentras en un fondo y pensando en blanco, porque no le encuentras una salida. Hasta que también me propuse la motivación de este partido. Salir y poder jugar. Fue lo que me sacó un poco de mi situación emocional, de lo mal que estaba.
Su caso, es un llamado de atención, en el sentido de la preparación sicológica de los deportistas de alto rendimiento.
Sí. Yo también critico el tema mental a nivel país, porque a diferencia del fútbol, que es mucho menos, hay que generar un alto costo de forma particular. Pero, sí, en los clubes es muy poco lo que es visto el tema de la salud mental. A mí me tocó, por ejemplo, en Universidad de Chile, que tuve muy pocas sesiones, que en algún momento requería ayuda y no la conseguí estando dentro del club, tenía que hacerlo por fuera. Si hoy en día, desde la formación de un jugador, desde los más pequeños hasta los más grandes, se pudiera conseguir un plan de formación o de madurez que vaya requiriendo el futbolista, sería muy importante para alcanzar mayores niveles.
La exposición pública de un futbolista es distinta, más en un equipo grande como la U. Eso requiere de un tratamiento distinto, prestarle atención.
Claro. Los jóvenes que son subidos al primer equipo se confunden un poco con todas las garantías o los accesos que da la vida de futbolista. Cuando uno firma un primer contrato, se nubla un poco. Después con lo que es Universidad de Chile, con el ambiente, la gente, también se te va nublando el camino. Creo que una preparación por ahí, entre formación y primer equipo, sería muy importante. Hace poco leí que Lucas Assadi está con tratamiento psicológico y ha rendido. Entonces, no es algo que no te permita seguir sumando. Al contrario, es asumir que tengo un problema, que tengo algo que mejorar desde el aspecto mental. Para mí, el 90% es hoy en día mental.
¿El éxito que implica jugar en la U lo sacó de foco?
Sí. Tienes muchas garantías, tienes mucho acceso a muchas cosas, ganas buen dinero siendo futbolista. Se te abren puertas a otros mundos, también, que uno, por curiosidad o por inmadurez, también los va tomando. Entonces, sí, hubo momentos en que también me nublé. Todos pasamos por una etapa donde somos jóvenes y queremos disfrutar de lo que se nos da.
¿Le gustaría compartir esta experiencia con la gente?
Sí. Hace poco tuve una charla, pero, más que el mensaje de resiliencia y todo el proceso que me ha tocado vivir, también es un mensaje de que yo vengo de la nada, vengo de mucho esfuerzo, de mucho sacrificio, con una familia muy humilde, somos de campo. Entonces, es un mensaje de superación en la vida personal, de que no por estar en un lugar vulnerable no se pueden conseguir cosas importantes. De que a través de entrenar, trabajar duro, porque me tocó también trabajar en el campo, fui creciendo, madurando y también valorando lo que ha sido mi trabajo durante todos estos años. Estoy motivado con el tema de las charlas, porque por lo mismo se les puede transmitir muchas cosas.
¿A quiénes les quiere hablar?
En general. A gente adulta tanto como a los niños. Me tocó hacer una de niños que va enfocado en otras cosas, más en la superación, en lo que he hecho toda mi carrera desde pequeño, en los pasos que he tenido que dar. Ya en lo más grandes es distinto, porque les puedes contar con más detalle, no sé, mi situación de depresión, mi accidente. Después, lo que tuve que pasar en este proceso. Creo que me puedo abrir más y transmitirles más. Tuve una charla ahora, hace poco, y fue chocante porque te habla gente de sus realidades, que también las esconden. Al término de todo, yo permito que me hagan preguntas de todo tipo y también es chocante para uno porque hay gente que realmente está mal y no transmite eso hacia afuera. Conocer esas historias es duro, muy difícil.
Hay un proceso de armar la charla. Imagino que lo están asesorando también en esa materia.
Sí. Tengo asesoría, estamos trabajando. Recién tuve mi primera charla, la primera presentación. Quiero aprender de esto. Mejorar, también, y evolucionar como persona y transmitir lo que más pueda para ayudar a la gente que tenga sus problemas.

El apoyo del fútbol
¿Cómo se ha portado el fútbol con usted en este proceso?
Recibí ayuda de parte de los jugadores de los tres clubes más grandes de Chile. Aportaron su granito de arena con el tema de mi prótesis. Del Sifup, del que hasta el día de hoy no tengo nada que decir, solo palabras de agradecimiento. Con Luis Marín, que no me ha dejado desde el día uno, tenemos una linda relación. Y cuento con mi equipo médico, de la clínica Meds y mis protesistas. Estoy con la mentalidad de que con la gente que estuvo desde el minuto uno salgo adelante. Y si se abren las puertas de hacer algo más o de poder aportar, también lo tengo considerado.
¿En qué quedó la propuesta del contrato vitalicio que planteó San Antonio Unido?
Sí, estaba la oportunidad. No participé en ninguna contratación, no participé a través de administrar el club. Y, bueno, el contrato vitalicio no se hizo. Dejé en claro que no era por un tema de dinero, porque hoy en día tampoco salgo a decir que tengo problemas en esto, en esto otro, o me salgo a tirar al piso, por decirlo así. Todos tenemos momentos buenos y malos. Entonces, trato de vivir este, que es duro, de la mejor manera. Con el apoyo de la familia, más que nada. Pero con San Antonio no he tenido relación, ya no me comunico tampoco. Solo con los jugadores, que están pasando por un mal momento. Estoy agradecido de la gente, de la oportunidad que me dieron después de haber dejado Universidad de Chile.
¿Cuán importante ha sido su familia para soportar este proceso?
Mi familia ha estado siempre. Trato de estar cerca de ellos también, como ellos han estado conmigo. Mi hermana, mi padre, mi mamá, tengo un par de amigos ahí que siempre me están bancando, que me están ayudando en mis traslados, que si quiero salir a algún lugar también me cuidan, porque también he tratado este último tiempo de disfrutar. Uno se pierde cumpleaños, cosas que son muy familiares por el fútbol y hoy en día me ha tocado, por lo menos, estar presente. Y eso me ha llenado bastante. Me ha ayudado muchísimo en la parte emocional y mental. Estoy disfrutando más, con más alegría. Me veo más positivo, con más energía, y es lo que espero también transmitirles a ellos, porque es difícil. Cuesta levantarse, encajarse una prótesis en la mañana y decir ‘vamos nomás’, pero al final uno también lo hace por la familia, porque te vean de pie, te vean firme. Hoy pienso que los días tienen que ser ganados. Con la luz del día, tengo que trabajar y poner todo en mí para recuperarme al 100.
¿Se acuerda de lo que pensó cuando recobró la memoria o de cuándo se planteó su primer objetivo?
Al principio uno no quiere nada. Me tocó vivir un momento que fue muy difícil porque tuve muchas intervenciones, como 15 en mis dos piernas, y, la verdad, no visualizaba lo que estaba ocurriendo afuera. Tampoco sabía en qué condición estaba yo. Entonces, fue duro no saber que estaba ya amputado y pasaron dos semanas que yo no tenía idea de lo que pasaba conmigo. Al darme cuenta, fue muy difícil, muy duro. Tuve que sacar a todos de la habitación y me puse una almohada en la cara y me puse a llorar, qué sé yo, a gritar, porque no sabía lo que estaba viviendo y fue chocante y la primera impresión mía fue esa. ‘Aquí jodí, ya no voy a poder caminar más’. No voy a poder, porque no sentía mi parte inferior completa. Mis dos piernas estaban dañadas. Fue lo primero que pensé. No fue tan positivo como decir ‘de aquí voy a salir adelante o me lo voy a tomar con la fuerza de la familia o de toda la gente que estaba’, sino que fue algo chocante. Te puedo decir que hablé con el médico la primera vez que casi desperté y fue una cosa así como ‘desconéctenme de todo y vámonos a negro porque no quiero nada’.
¿Cuánto demoró en reaccionar y convencerse de que la salida era otra?
Yo creo que alrededor de un mes. Un mes que estuve internado. Lo comentó Johnny (Herrera) de que estaba con él. Empecé a averiguar si podía seguir con el tema del fútbol, porque es lo único que me mueve hasta el día de hoy, el deporte. Soy alguien sano. Me alimento bien, cuando entreno a full no me considero un futbolista normal, siempre me considero un deportista de élite. Entonces, quería romper con esas limitaciones, demostrar que podía jugar con una prótesis y creo que lo estoy consiguiendo poco a poco. Me sigue ayudando, me sigue aportando el fútbol.
Su caso sería único.
Hay un caso más que he leído, de hace 10 años en Europa. Ahora digo que es mi gran respaldo quizás para volver al profesionalismo. Mi meta u objetivo está a final de año. Mi sueño, te puedo decir, no es porque sea conformista, a temprana edad ya lo cumplí, que fue jugar en Universidad de Chile y jugar en la selección chilena. Esos eran mis mayores sueños. Jugar en Europa también lo logré, con 17 años. Tengo sueños todavía, en la vida. Para mí, esto que estoy pasando ahora son objetivos que tengo que ir superando día tras día, porque todo va en base a cómo me vaya recuperando y a lo que vaya siendo más natural, más flexible. Ya veré si logro volver a jugar, en mi mente ya lo está. Si llego jugar un partido, creo que podría decir ‘misión cumplida’, soy el primero en Sudamérica, pero también transmitir en una charla esa experiencia. Lo veo más como un objetivo.
¿Cuál es la diferencia entre una cosa y la otra?
En el fútbol, como dije, ya cumplí muchos sueños. El objetivo que tengo ahora es a corto plazo y, como es a corto, requiere de entrenar, de superar mis límites, de algo muy personal. En cambio, los sueños que yo tengo en la vida son otros. Quiero formar mi familia, una estabilidad. Estoy trabajando, también, para tener una estabilidad económica. Yo creo que el mayor sueño que tengo es ser ser padre. Cada objetivo futbolístico, me lo tomo como una meta a corto plazo, que va a marcar mucho. Tengo un 1% de posibilidades de lograrlo, o sea, es muy difícil, pero estoy trabajando para eso y espero que se me dé por este trabajo que estoy haciendo desde ahora.
¿Le han ofrecido sumarse a las prácticas de algún equipo, pensando en la próxima temporada, en hacer algo más concreto?
He hablado con jugadores. Me dicen ven a entrenar, no sé, ‘súmate acá’. En la U también querían que fuera a entrenar a los más grandes, pero voy paso a paso. Estoy haciendo algo que no había hecho nunca, que es tener paciencia para hacer las cosas. No soy alguien paciente. Entonces, tengo que quemar aún mis procesos. Tengo que tener un alta médica. Solo tengo un permiso que fue el día del partido. Quiero llegar a esa alta médica haciendo de todo, que es lo primordial para mí, para poder seguir. Ya veremos después qué se nos viene o si puedo lograr entrenar en un club o poder jugar. Yo, por lo menos, me veo haciendo lo mismo que antes y a gran nivel.

¿Qué falta para ese alta médica?
Yo creo que estar al 100% desde mis movimientos. De lo que digo que aún me falta, que es pegarle largo, saltar. Eso ya lo vamos a incorporar ahora. Ya cuando logre no tener limitaciones y si las tengo, tratar de trabajarlas. Por más que me den un alta médica, un papel, voy a trabajar igual para estar al 100%.
Al Cristóbal Campos futbolista le falta un poquito para volver a la cancha ¿El Cristóbal Campos persona está tranquilo, se perdonó a sí mismo?
Sí, he madurado harto. Estoy más tranquilo. El perdón lo busco a través de Dios. De todas las cosas que en algún momento hice mal por inmadurez, que me costaron caro en mi vida, de todo esto que es mi trayectoria de vida, he aprendido, he sacado las mejores reflexiones para seguir avanzando, más que nada. No vivo del pasado, no quiero vivir del pasado, porque mi presente y mi realidad es una, que es algo para lo que nunca me había preparado. Nadie te dice que vas a tener que avanzar amputado. No nací así y creo que para adelante necesito esa madurez, necesito esa responsabilidad, ese compromiso conmigo mismo para avanzar y cumplir con las metas.
¿Lo ayuda ver fútbol? En el Superclásico se le vio disfrutando.
Al principio me costó un poco, me complicaba. Me hizo mal, porque sentía que podía estar bien. Con la U fue más fácil, porque me sentía cómodo, en mi ambiente. Celebré el triunfo, cantando, todo. Soy un hincha más, siempre lo he sido. Tomé decisiones que eran difíciles en algún momento por continuar en la U, siempre desde el corazón. Ahora es distinto, pero me llena.
¿En algún momento de su carrera profesional, quizás como técnico en el futuro, su camino se va a juntar con el de la U?
Espero que sí, al transcurrir de los años, cuando sume más experiencia. Comienzo ahora también con temas de estudio. Ya tengo mi título de preparador de arqueros. Lo había sacado ya hace dos años. Y espero hacerlo, pero hoy no es mi prioridad. Hoy en día es recuperarme y cuando pasen más años y logre tener esa madurez también en el fútbol o más conocimiento, sería una pieza clave en algún club. Hablo con muchos técnicos también y la verdad que me interesa mucho el replantearme, algún día ser técnico.
¿Sanaron sus heridas con la U?
Sí. No todas, pero la mayor, sí. No pisaba el CDA hace mucho tiempo. Lo hice ahora, hace poco. Siempre voy a apoyar a la U, a los jugadores, porque son quienes nos representan. Me hubiera gustado estar en la U ahora que le va bien, pero también me llena de orgullo que la gente que nos está representando lo esté haciendo bien y viviendo este buen momento.
¿Cuál queda pendiente?
No es con rencor, ni nada, pero mi salida no fue clara. No fue tan limpia que digamos. Sentí que salí por la puerta de atrás. No soy una persona rencorosa. Quizás, en el momento sí, a través de la rabia. Hoy me siento tranquilo. Siempre he ido de frente. Cuando tengo que aclarar algo lo hago de frente. Es eso, más que nada. Me quedaba un año de contrato y firmé mi finiquito y me fui a casa. Quise dejar el fútbol en ese momento, porque por lo que se me estaba juzgando no era algo cierto. Con el pasar del tiempo, se aclaró. Tengo esa espinita, quizás. Los jugadores y los dirigentes pasan. Yo me quedo con el cariño de la gente.
¿Cómo ve a la U en el campeonato?
Veo que los equipos la están enfrentando mejor. La leen un poco mejor. Está poco competitivo, para mí, el campeonato. Más el de los equipos grandes. La U tiene muchas variantes, un gran técnico, estamos compitiendo a nivel internacional, tiene que cargar esa bandera. Acá debiera resaltar un poquito más.
¿Y a nivel internacional?
En la Sudamericana la veo peleando, ante un rival inferior a través del juego. Ya veremos en cada fase, en cada partido, cómo les va.
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