El regreso del mejor Jarry: los motivos que tienen al chileno a un paso del Top 100

Jarry celebra un punto en Gstaad. (Anthony Anex/Keystone via AP)

Tras su paso por Gstaad, la opción de volver a la élite mundial aparece más latente que nunca, y en Kitzbuhel el retorno puede ser oficial. "Nico está con el nivel tenístico al que nos tenía acostumbrados hace dos años atrás", comenta su padre a El Deportivo.



Nicolás Jarry (112°) llega a Kitzbuhel con aires renovados. El chileno está viviendo un momento estelar en el circuito y tras una gran semana en Gstaad, está a un paso de volver al Top 100 luego de dos años en donde su mundo cambió de pies a cabeza. Un resurgir que se explica por una mayor confianza en su juego y por un trabajo consumado que viene desde principio de año.

Lo primero que asombra de este curso es la inteligencia que ha tenido Jarry para estructurar su calendario de competencias. A principio de temporada fue noticia el hecho de que el ex 38 del mundo decidiera restarse del Open de Australia para privilegiar el circuito sudamericano. Pese a que en ese momento la planificación causó sorpresa, la decisión no pudo ser más que correcta, ya que en Sudamérica sumó puntos y rodaje para meterse de lleno en la pelea por los torneos.

Bajarse de un Grand Slam fue una medida que volvió a tomar hace poco tiempo. El chileno, impulsado por un malestar en su cadera, optó por no disputar Wimbledon y seguir jugando en polvo de ladrillo en Europa. ¿El resultado? sumar seis torneos en arcilla de forma continua, los que lograron que esté totalmente aclimatado a la superficie.

Con esa comodidad llegó a Suiza y despuntó. Fue un evento en el que logró mostrar su mejor imagen y en donde ayudado por las condiciones geográficas, consiguió marcar hitos con su servicio. En el duelo de primera ronda ante Thiago Monteiro (72°), el chileno clavó 37 aces y se adjudicó un nuevo récord nacional en esa materia, superándose a si mismo (33 aces en el US Open de 2019).

El registro también lo dejó a solo dos aces de igualar a Ivo Karlovic y sus 39 aces en Quito 2017, en lo que es el récord absoluto sobre polvo de ladrillo.

Otro factor que puede ser determinante en el gran año del nacional (cinco semifinales Challenger y un cuartos de final ATP) es la presencia de César Fábregas en su equipo técnico. El estratega llegó a principios de 2022 y actualmente se reparte semanas de viaje con Juan Ozón, técnico principal de Nicolás. “Le trae al equipo algo complementario y llegó al equipo porque Juan lo conoce”, comenta Allan Jarry, papá del ex 38 del mundo. El español es conocido por haber trabajado con Pablo Carreño Busta, a quien llevó al puesto 20 del ranking, y por entrenar en la academia de Juan Carlos Ferrero, la misma de donde salió Carlos Alcaraz.

El padre de Jarry también aprovecha la comunicación con El Deportivo para analizar el torneo y las sensaciones de cara al futuro de la tercera mejor raqueta nacional. “Fue una hermosa semana. Nico está con un nivel tenístico, que es el que acostumbraba hace dos años atrás y para mí no cabe duda, que paso a paso, con el trabajo y la resiliencia que está mostrando, va a lograr sus objetivos de reinsertarse con fuerza en la élite del tenis mundial”, agrega.

Un objetivo en donde podría ser clave lo que suceda en Kitzbuhel. Allí, Nicolás tendrá la gran chance de volver al Top 100, algo que tiene establecido desde que volvió al circuito a inicios del año pasado. Eso sí, en primera ronda tendrá un enfrentamiento complicado ante Pedro Martínez (49°), séptimo pre clasificado del evento que se disputa en Austria. El partido se disputará este martes en horario a confirmar.

Una victoria lo podría dejar a tiro del hito y sin duda seguiría acrecentando un momento importante para el chileno, quien en la semana recién pasada volvió a inscribirse en cuartos de final de un torneo ATP luego de 14 meses sin poder alcanzar dicha instancia. Este parece ser el momento perfecto para Jarry, quien tras Kitzbuhel viajará a Norteamérica para enfocarse en los clasificatorios del US Open.

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