Isidro Solís, abogado que llevó las apuestas online a la Suprema: “Quienes colaboran con estas empresas son cómplices de una actividad ilegal”

Isidro Solis, abogado.

El exministro de Justicia representó durante el proceso a Polla Chilena de Beneficencia, a través de un recurso de protección en que logró bloquear el acceso a los sitios web de 23 empresas de juegos.


Con satisfacción. Así dice el abogado y exministro de Justicia Isidro Solís recibir el fallo de la Corte Suprema que ordenó bloquear 23 sitios web de las casas de apuestas online. El profesional representó durante este proceso legal -que llegó hasta el máximo tribunal- a Polla Chilena de Beneficencia, a través de un recurso de protección en contra de una empresa proveedora de internet para impedir el acceso a estas páginas online.

En primera instancia, la Corte de Apelaciones de Concepción había rechazado este recurso de protección, lo que motivó que el extitular de Justicia (entre los años 2006 y 2007) recurriera hasta la Suprema en apelación del fallo del tribunal de alzada. Pero no fue el único intento, según señala a La Tercera: “Nosotros, a nombre de la Polla, en otras cortes de apelaciones no habíamos logrado pasar el hecho de que las propias cortes se pronunciaran sobre los recursos”.

A lo que agrega: “Invariablemente los habían declarado inadmisible. Ha sido un camino largo y difícil, pero hoy con satisfacción vemos que hemos llegado al éxito”.

¿Por qué la Polla Chilena recurre a la justicia por el negocio de estas apuestas online?

Nuestro cliente es titular de un derecho, porque el juego en Chile ha sido ilegal desde que somos nación. Dentro de las primeras leyes que se dictaron -al nacimiento de la república-, fueron las que transformaron el juego en una actividad ilegal, pero el Estado de Chile estableció determinadas empresas que pueden ejercer esta especie de monopolio, vía reserva legal del juego y que se justifica única y exclusivamente en el hecho de que todos los fondos que son producidos en esta actividad son destinados como un paliativo a fines benéficos. Esas son las únicas empresas que en nuestro país pueden ejercer esta actividad de manera extraordinaria, porque para eso están amparadas por una reserva legal y un derecho que les ha concedido el Congreso de la República, el Estado de Chile.

¿En qué se traduce esto?

Lo que nosotros hicimos presente fue eso, los derechos de nuestro cliente, Polla Chilena de Beneficencia, para ejercer esa actividad de manera exclusiva conjuntamente con las otras empresas u organizaciones que tengan una autorización legal.

¿Cómo reciben el fallo de la Suprema?

Con mucha satisfacción, es notable que hayamos tenido que llegar a la Corte Suprema para que se estableciera finalmente en Chile una verdad que es absolutamente evidente: el juego en Chile es una actividad ilegal. Las personas que lo transforman en su actividad económica están cometiendo actos ilegales que eventualmente pueden ser incluso delitos, y las personas que colaboran con ellos para que puedan realizar esa actividad son cómplices de una actividad ilegal.

A su juicio, ¿qué es lo más relevante del fallo?

La Corte Suprema en esta sentencia establece dos cosas. La primera, que la vía que elegimos, es decir el recurso de protección, es una vía idónea. Esto había sido rechazado muchas veces en otras cortes de apelaciones, alegando que estas son discusiones que tienen que verse por juicios de extenso conocimiento, que de una u otra manera permitían que la industria ilegal siguiera funcionando. La Corte Suprema, finalmente, deja sin efecto ese criterio de las cortes de apelaciones. Y, en segundo lugar, lo que dice es ‘mire, es evidente que esta actividad es ilegal y, por lo tanto, tiene que cesar’. Se dan órdenes concretas a algunas autoridades cuya pasividad para nosotros era muy sorprendente.

¿Qué espera que ocurra ahora con las casas de apuestas online? Son empresas que auspician de manera millonaria al fútbol chileno.

Nuestra sentencia va directamente enfocada en el juego, y respecto a la actividad del juego online. Nosotros no tenemos por qué pronunciarnos de lo que pasa con los efectos del cumplimiento de la sentencia en el fútbol o en otras actividades. Lo que yo espero es que, en primer lugar, los que ejercen esta actividad dejen de ejercerla, cumpliendo una sentencia de nuestro máximo tribunal y, segundo, que quienes colaboran con ellos, básicamente los proveedores de internet, dejen de prestarle el soporte tecnológico a una actividad ilegal.

Van al origen...

Así es.

¿Qué daño le ha generado este negocio a Polla Chilena?

Polla Chilena tenía la reserva completa del mercado (...). Siendo este un mercado de muchos cientos de millones de dólares; cuando entran operadores irregulares o ilegales en este mercado, lo que hacen es apoderarse de una cantidad de dinero que debió haber llegado a nuestros clientes y, por lo tanto, ellos han sido dañados patrimonialmente en nombre del Estado de Chile, y eso es una cosa que se debería perseguir.

¿Qué cree que debiese ocurrir con esas acciones o en materia legislativa para acabar con este mercado?

La verdad es que para terminar con este mercado es muy fácil; si los proveedores de internet simplemente no prestan su soporte tecnológico esta gente que ejerce una actividad ilegal no puede llegar al consumir final, y por lo tanto, existiendo ya la norma legal, y estando interpretada por la Corte Suprema, la verdad es que eso debería aplicarse de manera inmediata.

¿Tomarán alguna otra acción legal?

Eso es decisión del cliente. Los dueños de los juicios son los clientes, no los abogados, entonces yo lo único que he hecho es informar al cliente del resultado que ha tenido nuestro trabajo y a partir de ahora son ellos los que tienen que decidir qué curso van a tomar.

¿Pero qué acciones se podrían ejercer?

Ellos tienen abiertos todos sus derechos a partir de ahora. La Corte Suprema ha declarado que se ha ejercido una actividad ilegal por un largo tiempo. La Polla, si lo estima, tiene derecho a ser resarcida en todo el daño económico que ha sufrido durante este tiempo, que, además tengamos presente, es un daño económico que soporta el Estado de Chile, porque todo lo que recolecta va a obras benéficas en el país.

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