La Roja abandona a Claudio Bravo

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Cinco meses después de la lesión, el portero lamenta que nadie de la Selección se haya preocupado por su estado. En la ANFP lo admiten y aseguran que el olvido es parte del protocolo habitual. En otros casos no ha sido así.


El 20 de agosto de 2018 fue un día fatídico para Claudio Bravo. En un entrenamiento del Manchester City, el arquero que, como capitán de la Roja,  levantó la Copa América de 2015 y, un año después, la Copa América Centenario, sufrió la que probablemente sea la lesión más temida por los futbolistas: la rotura del tendón de Aquiles. En este caso, del pie izquierdo. El 'tablazo del diablo', como lo describen los deportistas para graficar el sonido que caracteriza a una dolencia que demanda entre seis y ocho meses de recuperación. La cirugía, en este escenario, es un paso obligatorio.

La preocupación fue generalizada. Inmediatamente, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo para el guardameta. Eso sí, ninguno de ellos provino de los principales referentes de la Roja. Ni Arturo Vidal, ni Alexis Sánchez ni Gary Medel, por citar a los más emblemáticos, dedicaron alguna línea en las plataformas que ocupan habitualmente, incluso para ventilar sus vidas privadas, para dedicarle algún mensaje al compañero caído en desgracia. Hasta hoy, no lo hacen. La disputa interna en la Selección sigue sin sanarse y, por el contrario, los mensajes que se cuelgan, siempre encriptados, incluso en canciones, hablan más de distancia que de reconciliación.

Lo más grave es que ni siquiera el cuerpo médico de la Selección tomó contacto con el golero. De hecho, hasta el viernes, cuando surgió la versión de un virtual retraso en la recuperación de Bravo producto de una infección en la zona intervenida, que el futbolista descartaría un día después a través de un video y un mensaje en su cuenta en Twitter con los que buscaba reflejar normalidad, no había existido contacto alguno entre los encargados de la Selección y el futbolista. En el entorno del oriundo de Viluco precisan que así ha sido en todo el proceso. Que ningún integrante del staff de la Roja le ha consultado alguna vez por la evolución de la lesión que lo obligó a intervenirse en Barcelona, en un procedimiento que estuvo a cargo de Ramón Cugat, el mismo traumatólogo que intervino a Vidal antes del Mundial de Brasil, en 2014. Ni una llamada, ni un mensaje de texto. Nada.

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En Juan Pinto Durán admiten la omisión. Dos integrantes del cuerpo técnico consultados por La Tercera intentan explicar por qué ni siquiera hubo una muestra de preocupación hacia el meta, quien en  el 14 de marzo había anunciado que no sería parte de la convocatoria para los amistosos frente a Suecia y Dinamarca, que abrieron el proceso de Reinaldo Rueda. Después, no apareció en los listados para los choques ante Rumania, Serbia y Polonia, los tres que se disputaron antes de la lesión. Hasta hoy, la lejanía se mantiene.

Para justificar la indiferencia, en el búnker de la Roja se escudan en un protocolo que parece inconsistente. "Claudio es jugador del Manchester City y todo el proceso de rehabilitación y tratamiento lo debe realizar allá. Hay que aguardar el alta médica del club y que vuelva a los entrenamientos", explica una fuente del cuerpo técnico, que pide reserva de identidad.

El procedimiento dista radicalmente del que se había adoptado, por ejemplo, en abril cuando el lesionado fue Arturo Vidal. Horas después de la intervención a la que el entonces jugador del Bayern Múnich, fue sometido en la rodilla derecha para extraerle un cuerpo libre detectado en la articulación, desde Quilín ordenaron el viaje del kinesiólogo Pedro Oñate, quien ya lo había tratado en Colo Colo y en la misma Selección en la época en que los dirigía Claudio Borghi. A nivel oficial se informó que el operativo había sido coordinado por Reinaldo Rueda.

Ahí surge otra explicación que cuesta digerir. "En las lesiones de larga recuperación, sí", es la respuesta que recibe este medio cuando la consulta apunta a determinar si en todos los casos se actúa con la misma distancia o compromiso, según sea el caso.

La Copa América como meta

Una de las certezas que se preocupó de dejar Bravo en el mensaje que publicó en Twitter, que acompañó con un video realizando ejercicios en una elíptica durante sus vacaciones, es su intención de restablecerse para llegar en condiciones a la Copa América, que se disputará entre el 14 de junio y el 7 de julio. En el torneo, Chile defenderá los títulos continentales conseguidos en 2015 y 2016. Tiempo tiene, al menos de acuerdo al que demanda la lesión que sufrió.

"Preparándome para lo que viene: Manchester City y Copa América", escribe Bravo, en un intento contundente por establecer que su alejamiento del combinado con el que disputó los mundiales de Sudáfrica y Brasil no fue definitivo, como ha insistido en todas sus posteriores comparecencias. Alexis Sánchez respondió  a la publicación con cuatro emoticones: un brazo en señal de fuerza, una bandera chilena, un corazón y un aplauso.

Bravo está aprovechando sus últimos días de vacaciones en Chile antes de viajar a Inglaterra para ponerse a las órdenes de los Ciudadanos quienes, a diferencia de la Roja, han seguido paso a paso su recuperación.

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