¿El Partido Demócrata toca fondo en EE.UU.?: Sondeos muestran caída histórica en apoyo y alto pesimismo en sus filas
La imagen del partido opositor al gobierno de Donald Trump alcanzó su nivel más bajo en más de tres décadas en una nueva encuesta de The Wall Street Journal. Otro sondeo de The Associated Press muestra el fuerte pesimismo en las filas demócratas.

Muchos demócratas en Estados Unidos consideran a su partido político como “débil” o “ineficaz”, según una encuesta que revela un considerable pesimismo en sus filas. Un sondeo que se suma a otros recientes que dejan en evidencia el mal momento de la colectividad opositora que no logra articular un estrategia para hacer frente a la administración del republicano Donald Trump.
El sondeo realizado por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research en julio revela señales de alerta para la colectividad, a medida que la atención política se centra en los comicios de Nueva Jersey y Virginia este otoño boreal y las elecciones intermedias del próximo año.
En general, aproximadamente un tercio de los demócratas describió a su partido negativamente en la pregunta abierta. Alrededor del 15% lo calificó con palabras como “débil” o “apático”, mientras que un 10% adicional lo considera “ineficaz” o “desorganizado”.
Solo dos de cada 10 demócratas describieron a su colectividad positivamente, y aproximadamente uno de cada 10 lo calificó como “empático” o “inclusivo”.
“Son cobardes”, dijo Cathia Krehbiel, demócrata de 48 años de Indianola, Iowa, sobre su partido. Ella cree que la respuesta del partido a la administración Trump ha sido dispersa.
“Siento que últimamente hay muchas cosas que están saliendo completamente mal”, señaló Krehbiel. “Y si hablan un poco, se rinden”, se lamenta.
La frustración de los demócratas parece reflejar su preocupación ante los líderes de la colectividad que no están haciendo lo suficiente para frenar al Partido Republicano de Trump, que controla Washington, señala The Associated Press.
Ello, pese a que el propio inquilino de la Casa Blanca tampoco goza de su mejor momento. El índice de aprobación de Donald Trump sigue bajo mínimos, con un 41% según la encuesta más reciente de Reuters/Ipsos.
Sin embargo, a los demócratas les va mucho peor, según otra encuesta del diario The Wall Street Journal. El sondeo publicado el 25 de julio muestra que la imagen del Partido Demócrata se ha deteriorado a su punto más bajo en más de tres décadas, según los registros del periódico que datan de 1990.
La nueva encuesta del Journal revela que el 63% de los votantes tiene una opinión desfavorable del Partido Demócrata, mientras que solo el 33% manifiesta una opinión favorable. Solo el 8% de los votantes registrados afirmó tener una opinión “muy favorable” de la colectividad, en comparación con el 19% que muestra ese mismo nivel de entusiasmo por el Partido Republicano.
En contraste, ahora se confía más en los republicanos en temas clave como la economía, la inmigración y la delincuencia. La encuesta, realizada entre el 16 y el 20 de julio a 1.500 votantes registrados, reveló que los republicanos lideran en ocho de los 10 temas analizados.

El sondeo fue realizado por el encuestador demócrata John Anzalone y el republicano Tony Fabrizio. “La imagen demócrata es tan mala que no tienen la credibilidad para criticar a Trump ni al Partido Republicano”, declaró Anzalone al diario estadounidense. “Hasta que no reconecten con los votantes de verdad y la clase trabajadora sobre a quién apoyan y cuál es su mensaje económico, tendrán problemas”, aseguró.
Declive iniciado en 2024
El Partido Demócrata ha estado en crisis desde que la entonces vicepresidenta Kamala Harris perdió las elecciones de 2024 ante Trump, lo que permitió que el republicano regresara a la Oficina Oval. El comando también ha estado sumido en la incertidumbre política desde que en los mismos comicios, los republicanos recuperaron el control del Senado y defendieron su frágil mayoría en la Cámara de Representantes.

Pero no es extraño que este período de mala racha venga después de unas elecciones perdidas, indica a La Tercera John Coleman, analista político y editor asociado de Sabato’s Crystal Ball, el boletín informativo del Centro de Política de la Universidad de Virginia. “Tras las elecciones de 2008, los republicanos también estaban en la misma situación, ya que el Partido Republicano solía ser menos favorecido que el Partido Demócrata”, compara.
“Pero los republicanos lograron unas buenas elecciones intermedias en 2010. Básicamente, pasó lo mismo después de 2012: muchos republicanos se sorprendieron con la reelección de Obama. Hubo mucha introspección en el Partido Republicano tras su victoria. Y volvieron cuatro años después, en 2016, y ganaron con Trump. Así que, lo que yo destacaría, es que la política estadounidense es casi cíclica”, apunta Coleman.
Los republicanos lograron avances entre los votantes afroamericanos, latinos y jóvenes, todos miembros tradicionales de la base del Partido Demócrata, según la encuesta del Journal. Si bien Trump sigue siendo una figura polarizadora, los datos sugieren que los electores perciben cada vez más al partido como ineficaz en temas cruciales como la inflación, la seguridad fronteriza y la delincuencia.
Varios estrategas, analistas y expertos han sugerido que el partido ha distanciado a los votantes moderados, mientras que otros afirman que no es lo suficientemente progresista. Así, las luchas de la colectividad por un mensaje claro y un liderazgo efectivo se han intensificado a medida que se acercan las elecciones de mitad de período de 2026.

Hoy, los demócratas “no tienen poder institucional al tener minorías tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Así que es prácticamente el peor de los mundos para ellos. No pueden bloquear la agenda de Trump porque no tienen el poder institucional para hacerlo”, afirma a La Tercera John Shaw, director del Instituto de Políticas Públicas Paul Simon de la Universidad del Sur de Illinois.
Retroceso demócrata en el Congreso
A nivel parlamentario, la validación es aún más dramática. Sólo el 19% de los votantes aprueba el modo en que los demócratas en el Congreso cumplen con sus obligaciones, mientras que el 72% lo desaprueba, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac realizada del 10 al 14 de julio. Este es el nivel más bajo desde que Quinnipiac comenzó a preguntar a los votantes registrados sobre la aprobación del Congreso en sus encuestas, en marzo de 2009.
“Con los republicanos controlando ambas cámaras del Congreso, los demócratas tienen pocas opciones. Su mayor esperanza es recuperar el control de la Cámara de Representantes en las elecciones intermedias de 2026”, señala a La Tercera John Pitney, profesor de Política Estadounidense en el Claremont McKenna College, en California.
Pero el problema no es solamente que sean minoría en el Congreso. “Los demócratas no pueden bloquear la agenda de Trump porque además carecen de una agenda propia y coherente. Hay izquierdistas y hay mucha gente en el Congreso con ideas, pero sin una agenda coherente”, destaca Shaw.
En cambio, “el Partido Republicano se ha alineado firmemente con Trump en este tema, a pesar de que algunas de sus políticas no son realmente coherentes con las políticas republicanas históricas”, compara el académico de Illinois.
Coincide William Allen, decano emérito y profesor de la Universidad Estatal de Michigan, quien complementa a este medio que “el Partido Demócrata aún no ha formulado una respuesta coherente al presidente Trump, aparte del miedo y el odio. Como resultado, no hay un jefe obvio en este momento”.

A la vez, sólo el 39% de los demócratas aprueba la forma en que su partido en el Congreso maneja su trabajo, el 52% lo desaprueba y el 9% no ofrece una opinión, según la misma encuesta. “Si los números de aprobación de los republicanos son malos… entonces los números de aprobación de los demócratas pueden caracterizarse como absolutamente terribles”, dijo el analista de encuestas de la Universidad de Quinnipiac, Tim Malloy, en un comunicado.
Así, los líderes del Partido Demócrata tienen trabajo por delante en la selección de candidatos al Congreso en 2026 y a la Casa Blanca en 2028. Los republicanos defenderán sus escasas mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado en las elecciones intermedias del próximo año, y también enfrentarán vientos en contra tradicionales que obstaculizan al partido en el poder, asegura la cadena Fox News.
Desafío del ala progresista
La división interna entre los demócratas sigue obstaculizando que se consolide un liderazgo claro y que se produzca un repunte en las encuestas. La aprobación de los demócratas no logra remontar, pese a que figuras destacadas del partido como el senador independiente por Vermont y líder izquierdista que participa del bloque demócrata en el Congreso, Bernie Sanders, y la representante demócrata por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), han estado recorriendo bastiones republicanos con una gran población trabajadora, denunciando a la oligarquía ante auditorios abarrotados.

“Los activistas del partido tienden a ser bastante de centroizquierda. AOC y Bernie Sanders forman parte de este movimiento de centroizquierda. No obstante, la preocupación de muchos demócratas es que son muy populares entre el ala progresista del partido, pero en unas elecciones generales, su agenda no tiene probabilidades de ganar, ni de captar el apoyo de la mayoría del pueblo estadounidense”, afirma Shaw a este medio.
En ese sentido, una de las temáticas que más genera fractura entre los demócratas actualmente es la situación en Gaza. Por ejemplo, el miércoles pasado el Senado estadounidense rechazó dos resoluciones para bloquear un paquete de armas de 675,7 millones de dólares, incluyendo bombas de 1.000 libras, a Israel y para prohibir la venta de decenas de miles de rifles de asalto totalmente automáticos, pese a un número creciente de demócratas que apoyó el embargo, según informó el medio Axios.
Al respecto, AOC había instado al Senado a aprobar las dos resoluciones presentadas por el senador Sanders, que buscaban bloquear la venta de armas a Israel. “El bloqueo de alimentos, agua y medicamentos por parte del gobierno israelí es un crimen de guerra. Es impensable que en este momento, cuando un tercio de Gaza lleva días sin comer, el Senado dé luz verde a las bombas, armas y municiones que ya se han utilizado para matar a 60.000 palestinos”, declaró la representante en un comunicado.
Pero no todos los demócratas lo ven así. “Los socialistas democráticos reciben mucha atención, pero no tienen realmente una gran tracción”, afirma Allen a este medio. “Existe una división entre los progresistas y el establishment sobre la verdadera voz y la mejor estrategia para el partido”, complementa John Zogby, analista político estadounidense y fundador de la encuestadora John Zogby Strategies, en declaraciones a La Tercera.

El problema en particular con el conflicto entre Israel y Palestina es que “divide mucho más a los demócratas que a los republicanos”, asegura Coleman a este medio, pues, “en general, los republicanos históricamente han apoyado mucho a Israel”. Y añade que muchos judíos en EE.UU. sienten que “están políticamente ‘sin hogar’, porque tradicionalmente han votado por los demócratas y mantienen posturas liberales en muchos temas, pero no simpatizan con Hamas”.
Al respecto, CNN asegura que muchos líderes del Partido Demócrata se han distanciado explícitamente del primer ministro Benjamín Netanyahu para intentar evitar que las posturas antiisraelíes se conviertan en una prueba ideológica para las elecciones legislativas del próximo año y las primarias presidenciales de 2028. Pero en privado, varios dijeron a la cadena de televisión que temen que ya sea demasiado tarde.
“Todo esto configura un panorama desafiante para los demócratas. Y supongo que AOC se perfila como la heredera del ala de Bernie Sanders dentro del partido, pues Bernie tiene más de 80 años y no estará para siempre, así que es muy probable que AOC tome la antorcha como la figura líder de esa corriente”, prevé.
“El partido está empezando a encontrar su voz y buenos portavoces nacionales, por lo que sigue siendo competitivo. Una combinación de inflación en aumento, videos impactantes de inmigrantes expulsados a la fuerza de sus trabajos y separados de sus familias, involucrados en dos guerras, recortes a programas federales muy populares y una confusión total: todo esto debería, al menos, mantener a los demócratas competitivos en 2026”, vaticina Zogby.
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