Los precios del petróleo se dispararon y las acciones globales cayeron ayer, ante la preocupación de que la escalada de violencia tras el ataque de Israel contra objetivos nucleares y militares de Irán pudiera perjudicar el flujo de crudo a nivel mundial, así como la economía global. El ataque fue mutuo, pues Irán lanzó más tarde docenas de misiles balísticos en represalia por los ataques de Israel a sus instalaciones nucleares.

Irán es uno de los principales productores de petróleo del mundo y es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC), aunque las sanciones impuestas por los países occidentales han limitado sus ventas. Si estalla una guerra más amplia, podría ralentizar el suministro de petróleo iraní a sus clientes y mantener el precio del crudo y la gasolina elevados para todo el mundo, indica la agencia The Associated Press.

El mercado petrolero registró el mayor movimiento, donde los precios del crudo subieron un 7,3% y volvieron a su nivel inicial de principios de año, por miedo a que el conflicto pueda interrumpir el suministro de crudo de Medio Oriente.

El crudo Brent de referencia para Europa cotizaba al alza a un precio de 74,71 dólares estadounidenses por barril, lo que representa un aumento de 5,35 dólares, equivalente a un alza del 7,71%. Y el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense cotizaba a 73,18 dólares por barril, con un aumento de 5,14 dólares, lo que equivale a un incremento del 7,55%. Sin embargo, los precios llegaron a subir 13%.

A la vez, las acciones energéticas estadounidenses subieron a la par, con el gigante de petróleo y gas Exxon aumentando un 2,1% y Diamondback Energy un 3%. “Parece que podríamos estar ante un conflicto militar a gran escala”, declaró Elias Haddad, estratega senior de mercados de Brown Brothers Harriman, a la agencia Reuters.

Además del petróleo procedente de Irán, los analistas también señalaron la posibilidad de interrupciones en el Estrecho de Ormuz, una vía relativamente estrecha frente a la costa iraní. Gran parte del petróleo mundial se transporta por mar. “Si termina cerrando el Estrecho de Ormuz, por donde pasa un tercio del suministro mundial de petróleo, esto podría tener un efecto muy negativo en los mercados globales”, añadió Haddad.

Las nuevas tensiones en Medio Oriente se suman a la incertidumbre por las políticas comerciales en curso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generando un caldo de cultivo para una avalancha de ofertas por activos denominados refugio, como el oro, el dólar o el franco suizo.

Así, los inversores que buscaban un lugar seguro para invertir su dinero impulsaron el precio del oro. De hecho, el precio del oro alcanzó su máximo en casi dos meses y sobrepasó los 3.434 dólares por onza en los mercados internacionales, con una subida de 47,74 dólares, lo que representa un aumento del 1,41% respecto de la jornada anterior.

Mientras que el Dollar Index (DXY), que mide al dólar frente a una canasta de monedas líquidas como el euro, el yen y el franco suizo, subió un 0,27%, alcanzando los 98,19 puntos.

Caída a pique de las bolsas

Es común que cuando el conflicto escala en Medio Oriente, el precio del petróleo y el de las acciones mundiales tomen caminos radicalmente opuestos. Para los inversionistas de las grandes bolsas del mundo, el bombardeo a Irán constituye muy malas noticias, pues les preocupa que el aumento de los precios del petróleo pueda impulsar la inflación. Así, los mercados bursátiles cayeron ampliamente en América, Europa y Asia.

En Estados Unidos, el índice S&P 500 cayó un 1,30% a 5.966,76 puntos, ampliando pérdidas anteriores, mientras que el Nasdaq -con amplia presencia tecnológica- hizo lo propio un 1,44%, a 19.380,43 puntos, y el Promedio Industrial Dow Jones retrocedió un 2,02%, a 42.097,69 puntos.

Las acciones de las aerolíneas también cayeron por temor a que los costos de combustible pudieran aumentar. Delta Air Lines perdió un 3,8%, United Airlines cayó un 4,7% y American Airlines disminuyó un 4,8%.

En Canadá, el Índice Compuesto de la Bolsa de Toronto retrocedió un 0,42%, hasta los 26.504,35 puntos, mientras que el S&P/TSX 60 bajó un 0,51%, cerrando en 1.578,96 unidades. En Brasil, el Bovespa perdió un 0,43%, situándose en los 137.212,63 puntos. Y en México, el S&P/BMV IPC despidió la sesión con un 0,68%, finalizando en 57,438,57 puntos.

A nivel local, el IPSA -el principal indicador de la Bolsa de Santiago- se sumó a la tendencia global negativa y cerró la jornada con una caída de 0,72%, ubicándose en los 8.209,89 puntos.

En el viejo continente, todas las bolsas se sumaron al pesimismo global.

Las acciones europeas agrupadas en el indicador Stoxx 600 cerraron la jornada con una baja del 0,89%, hasta los 544,94 puntos, mientras que el STOXX Europe 50 retrocedió un 0,85%, ubicándose en 4.523,76 unidades.

En Reino Unido, el FTSE 100 cayó un 0,39% y el FTSE 250 bajó un 1,00%. En Alemania, el DAX perdió un 1,07%, mientras que en Italia, el FTSE MIB retrocedió un 1,28%.

En Francia, el CAC 40 se contrajo un 1,04%, y el mercado suizo, representado por el SMI, registró una fuerte caída del 1,44%.

En Asia-Pacífico, el Nikkei 225 de Japón cerró con una caída del 0,89%. Por su parte, el Hang Seng de Hong Kong retrocedió un 0,59%, cerrando en 23.892,56.

En China continental, el Shanghai Composite finalizó la jornada con una caída de 0,75% y Shenzhen Composite con una baja de 1,10%. Irán vende casi la totalidad de su producción a China, que consume el 15% del suministro mundial. Las ventas de la petrolera estatal iraní a China representan alrededor del 6% de la economía iraní y equivalen a aproximadamente la mitad del gasto público total, indica The New York Times.

En Australia, el S&P/ASX 200 registró una baja del 0,21%, con un cierre en 8.547,40. Y en India, el Bombay Sensex se despidió con una fuerte caída del 0,70%.