Estudio revela que 20% de los automovilistas lleva consigo un objeto para defenderse ante un ataque delictual

El Automóvil Club de Chile buscó identificar las situaciones de riesgo y estrés que están aquejando a los conductores en zonas urbanas, revelando que el 83% siente temor por el alza de delitos en la vía pública. Esto ha modificado su comportamiento y, dentro de esto, el 13% reconoció estar dispuesto a forcejear y/o enfrentar a los asaltantes.


La seguridad es una materia delicada en el país. Y se ha transformado en un dolor de cabeza para las autoridades, que tienen ese ítem casi con el número uno de su agenda. El Presidente Gabriel Boric ha dicho que “mayor seguridad en todas sus dimensiones es una de las primeras prioridades de la ciudadanía y, por lo tanto, es una de las principales prioridades de nuestro gobierno”. Y este martes el mismo Boric asistió a una actividad en La Florida, donde participó junto a la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, y el alcalde la comuna, Rodolfo Carter, en la entrega de 86 vehículos nuevos a Carabineros para su tarea policial en la RM. “Los vecinos y vecinas que quieren seguridad no distinguen el color político de sus autoridades”, dijo el Mandatario.

A su vez, el informe mensual “Preocupaciones del Mundo” de Ipsos evidenció que el crimen y la violencia se mantuvieron en octubre como el tema que más preocupación generan en los chilenos, subiendo tres puntos porcentuales desde septiembre y alcanzando un 64% de las menciones. Y con ese resultado, Chile supera ampliamente el promedio global (26%) y se mantiene por tercer mes consecutivo en la primera posición del ranking mundial, superando a países como Perú (56%), Sudáfrica (54%) y Suecia (53%).

Un escenario que ha quedado de manifiesto en el último balance policial de Carabineros (5 al 11 de diciembre) y que menciona que en lo que va del año se han registrado 9.301 casos de robo violento de vehículo en la Región Metropolitana (RM), marcando un alza de un 102% respecto de 2021.

Con el fin de identificar las situaciones de riesgo y estrés que están aquejando a los automovilistas en sus desplazamientos diarios por zonas urbanas, el Automóvil Club de Chile (ACCh) realizó una investigación en donde quedó de manifiesto que el 83% de los conductores de vehículos particulares sienten temor a ser asaltados durante sus traslados, mientras que un 20% reconoció llevar en su automóvil algún elemento de defensa personal ante el aumento de incidentes delictuales en la vía pública.

La encuesta tomó en cuenta la opinión de 753 automovilistas, taxistas y conductores profesionales de diferentes comunas urbanas del Gran Santiago, encuestados entre el 25 de octubre y el 18 de noviembre de 2022, mostrando que el 50% de estos usuarios considera que el riesgo de ser asaltado en Santiago es alto, a la vez que también el 50% percibe una mayor agresividad en las calles, siendo las mujeres y los adultos mayores quienes manifestaron sentirse más inseguros en sus desplazamientos.

Además, a cuatro de cada 10 automovilistas les está afectando en su comportamiento vial la posibilidad de ser víctima de un portonazo, mientras que la misma proporción reconoció sentirse atemorizado de sufrir alguna encerrona, ya sea en autopista o zona urbana.

Para Alberto Escobar, gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile, tal sensación de desprotección y vulnerabilidad en las calles ha comenzado a impactar de forma directa en “el estado emocional de quienes están detrás del volante”, lo que ha provocado que la restricción en los desplazamientos “se instale en un espacio público que era relativamente seguro hace un tiempo. El gran temor que hoy perciben los automovilistas es que este tipo de actos se están naturalizando, y que la capacidad de disuadirlos está fuera de su alcance”.

Impacto en la salud mental

La investigación social del estudio también evidenció la carga emocional y mental que estos hechos violentos han provocado en los automovilistas. Por ejemplo, el 39% de los encuestados considera que la sensación de inseguridad pública les está produciendo tensión y estrés al momento de conducir y, como consecuencia del aumento de delitos en la movilidad, 49% de ellos reconoció sentir temor al bajar de su vehículo al llegar a su domicilio. A su vez, al 41% de los conductores les genera inseguridad tener que esperar en los semáforos.

Emilio Moyano, doctor en psicología y seguridad vial y académico de la Universidad de Talca, sostiene que tales comportamientos responden al reflejo de una sociedad que presenta muchos problemas de salud mental que se han agudizado con el pasar de los años, “pero que ahora se han agravado por delitos más duros, como homicidios, que ahora no solo tienen que ver con quitarle el auto a una persona, sino que pueden terminar en homicidios. Esto, sumado a una sensación de que en Chile no hay ley y los delincuentes son liberados de responsabilidad”.

Asimismo, el experto sostiene que los comportamientos de alerta y temor por parte de los automovilistas se explican y dependen “de la intensidad de la violencia que hayan sufrido los conductores al momento de movilizarse y conducir”.

En el estudio del ACCh y frente a la pregunta “¿en qué nota usted los efectos del estrés mientras conduce?”, 55,1% de los entrevistados señaló que lo percibe en una mayor irritabilidad y mal humor; 37,6% en menor paciencia y 27,6% en distracción.

Si bien se menciona que estos son los tres efectos más comunes al momento de conducir, Aline Orellana, académica de Psicología Advance de la Universidad San Sebastián, sostuvo que debido a que el tipo de delitos ha cambiado y cada vez son más violentos, “es probable que las personas estemos predispuestas a estar con más miedo, con más angustia, con mayor preocupación, generando un escenario de desesperanza respecto del futuro, porque nos quedamos entrampados en una situación que se escapa de nuestro control y nos deja en desamparo”.

En tanto, la experta explicó que el estar en alerta de forma constante y mantener un nivel de estrés alto y constante “puede afectar nuestras funciones cognitivas, nuestra atención y concentración, capacidad de reaccionar y también nos puede afectar de manera emocional en relación a los estados de ánimo, generando conductas evitativas en que no queremos exponernos a una situación que pudiese exponer mi vida o la de mis seres queridos”.

Mecanismos de defensa

Respecto a la reacción que podrían tener quienes se movilizan en un vehículo frente a un hecho delictual, solo el 57% reconoció que no opondría resistencia y que, al contrario, estaría dispuesto a dejar su vehículo. En tanto, el 29% admitió que no sabría cómo actuar ante estas situaciones y el 13% restante declaró que intentaría forcejear y/o enfrentarse a los asaltantes.

Una conducta que Luis Stuven, exsecretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) y gerente de seguridad vial de Mutual de Seguridad, no comparte. Sobre todo frente al porcentaje de personas que declaró abiertemente usar elementos para la defensa personal (20%), siendo un hábito más frecuente en automovilistas hombres entre los 40 y 49 años (28%) que circulan por la zona norte de la capital, además de conductores que transitan en camiones tres cuartos (21%).

Según la muestra, los objetos mayormente utilizados al interior de los vehículos son las lumas o porras, gas pimienta, atornilladores, inmovilizadores eléctricos y elementos cortopunzantes.

“Como Mutual siempre vamos a recomendar no oponerse a la entrega de los bienes que interesan a los delincuentes. Este tipo de situaciones de enfrentar la violencia con más violencia generalmente provoca más daños en las personas. Es una escalada de violencia que es justamente lo que tenemos que evitar. Hace cuatro años se implementó la Ley de Convivencia Vial, que lo que busca es que todos los usuarios tengamos una mejor convivencia compartiendo la calle y la infraestructura pública siendo respetuosos. Pero la realidad dista de eso”, señaló.

Además, Escobar comentó que los conductores, al no estar acostumbrados a este fenómeno en sus desplazamientos “se sienten invadidos y están incorporando un conjunto de conductas temerarias que, a la larga, impactarán directamente en la seguridad vial”.

Para frenar estos hechos, en mayo de este año Carabineros implementó el plan antiencerronas (ANEN), que desde el 28 de mayo al 11 de diciembre de 2022 ha intervenido 30 comunas de la capital, recuperando 194 vehículos y realizando 38.454 controles preventivos.

Sin embargo, para Francisco Fresard, académico de la división de Ingeniería de Transporte y Logística de la UC, tales acciones -y las implementadas por el gobierno para frenar estos hechos de inseguridad- no son suficientes.

“Si el gobierno ha hecho algo, no se nota. Porque estos hechos van en aumento y en todos los lugares. No solo en el sector oriente de Santiago y a la entrada o salida de las costaneras, sino que ya es generalizado en el país. Claramente aquí no se está haciendo nada en este tema. Son planes de fuegos artificiales. El gobierno y las autoridades no han aplicado medidas tácticas, sino que se preocupan de problemas estructurales”, sentenció.

Por último, la investigación también reveló que con el fin de obtener mayor protección al conducir, el 28% de los conductores está dispuesto a blindar parte de su vehículo ante el alza de hechos delictuales en la vía pública, versus el 13% que reconoció que ya es una decisión que están evaluando.

Como medida de alerta y ayuda, Stuven sostiene que en caso de que un conductor sea víctima de un hecho que lo afecte “en el trayecto del trabajo al hogar o viceversa, esto queda amparado en la Ley de Accidentes del Trabajo. Por lo tanto, la persona que se vea afectada en ese sentido puede activar una denuncia ante su mutualidad para que sea cubierta en cuanto a los gastos médicos, de alguna lesión física o daño psicológico”.

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