Por María Catalina BatarceHernán Larraín, exministro de Justicia: “Gendarmería, tal cual está concebida, se agotó”
El abogado y académico UC lanzó recientemente un libro junto a otros autores donde aborda la necesidad de realizar una reforma profunda al sistema y crear una Policía Penitenciaria. "Se requiere incorporar a Gendarmería en la cadena de seguridad pública", afirma.
El exministro de Justicia, Hernán Larraín (UDI), cuando dejó el gobierno ha seguido vinculado a los temas de su excartera. Como consejero del programa Reformas a la Justicia de la Universidad Católica sigue dedicado a pensar mejoras al sistema judicial y penitenciario.
Desde ese rol esta semana acaba de lanzar un libro -junto a otros cinco autores- llamado Crisis Carcelaria y de Seguridad. En él Larraín aborda una serie de propuestas para tener una política penitenciaria integral.
En su libro plantea una reforma profunda a Gendarmería, transformarla en una Policía Penitenciaria y que dependa del Ministerio de Seguridad Pública. ¿Considera que esta institución ya cumplió un ciclo?
Absolutamente. Yo creo que Gendarmería, tal cual está concebida, se agotó. Probablemente pueda haber sido útil en el siglo pasado, pero en este definitivamente no.
¿Por qué llegó a esa conclusión?
Empezando por lo más simple y sencillo. La infraestructura ciertamente no solo es insuficiente, sino que es inadecuada para generar el trabajo que se debe hacer hoy día en un penal como el trabajo de custodia, de orden, de reinserción. Enseguida, el hacinamiento es una situación de inhumanidad y eso obviamente hace que las condiciones sean imposibles. Hoy se requiere incorporar a Gendarmería en la cadena de seguridad pública, y eso implica un trabajo de organización, estructura y sobre todo de inteligencia que permita coordinar su labor con las otras instituciones policiales.
¿Por qué lo plantea hoy, evidenció un punto de quiebre?
El sistema penitenciario colapsó, pero colapsó en conjunto con una serie de otros hechos que han configurado una grave crisis de la seguridad en el país. Y el trabajo que se ha venido haciendo para atacar y resolver el tema de la seguridad pública no ha incorporado de lleno al tema penitenciario en esa cadena. Y creemos que es indispensable hacerlo, sobre todo porque la reincidencia hoy alcanza el 50%. Los delincuentes se convierten en verdaderos profesionales que no se vuelven a insertar en la sociedad y siguen en su carrera delictual. Y yo creo que de eso no se han hecho cargo las autoridades en gobiernos pasados.
Pero usted estuvo en el gobierno anterior, era el ministro de Justicia. ¿Qué pasó?
Sí, me refiero a todos los gobiernos. Desde el actual hasta los anteriores. Pero ha habido una creciente conciencia. Me tocó a mí como ministro de Justicia hacer esfuerzos muy significativos por instalar programas de reinserción, desarrollamos una alianza público-privada para lograr eso, pero el tema ha ido en explosión.
¿Hacia dónde proponen transitar?
El gobierno actual y el equipo de Justicia y de Gendarmería obviamente que han estado preocupados de esta situación y han ido tomando medidas. Pero yo creo que todavía hay que repensar el modelo porque la estructura que a nuestro juicio se debe desarrollar, conduce a contar con algunos recintos totalmente destinados a alta seguridad y otros con el régimen normal y aparte más Centros de Educación y Trabajo. El camino que se ha seguido es el de tener más personas encarceladas, con altas penas y creo que eso al final no ha resuelto el tema. Por otra parte, hemos propuesto una policía penitenciaria.
Dice que el camino ha sido tener más personas encarceladas. ¿Cómo ve el rol de la Fiscalía en aportar a ese aumento?
A mí me gusta hablar del simplismo punitivo, porque permite entender mejor este populismo que se gatilla como reacción y aumento de penas. ¿Pero qué hemos logrado con esto de sobrepoblar las cárceles, nada? Entonces, más que trabajar con penas largas, lo que hay que cambiar es el régimen penitenciario. Este tiene que ser un régimen que tiene que ser muy duro y estricto respecto de alta peligrosidad. Pero al revés, muy flexible y abierto con los primerizos, con los de baja peligrosidad.
¿Le planteó estas propuestas a la abandera presidencial de su coalición, Evelyn Matthei?
No hemos conversado con los equipos. De hecho, en algún minuto pensamos que la presentación de este trabajo fuera hecha ante todos los candidatos presidenciales. Pero la verdad es que se nos vino encima la campaña y empezamos a ver que sus compromisos eran incompatibles con esto.
¿Espera entregarle estas ideas a ella?
A todos porque este es un trabajo de la universidad, no es un trabajo político.
Caso Hermosilla y reforma judicial
¿Cómo toma los cuestionamientos que recibió la judicatura a raíz del caso de Luis Hermosilla?
Yo en esto he sido bastante claro y no voy a participar en el debate concreto de los casos que han sido motivo de investigación penal. Nosotros advertimos oportunamente que el sistema de nombramientos no daba resultados de independencia o imparcialidad por las interferencias que se producían. Por eso ingresamos un proyecto, no avanzó y cuando explotan estos casos el gobierno reaccionó enviando un proyecto que ayuda en algo, pero lamentablemente sólo resuelve parte de los problemas, pero no lo sustancial.
El proyecto del gobierno está en segundo trámite en el Senado. ¿El gobierno debería ponerle urgencia?
Me produce bastante decepción la forma que tenemos de resolver los problemas, porque ya pasó en el caso de los notarios. Nosotros propiciamos un cambio del régimen de notarios completo, pero no se hizo, se hizo a medias. Entonces ¿el proyecto establece mejoras? Claro, pero no podemos seguir legislando a medias. Si uno quiere vivir en la mediocridad, sigamos con esto, pero yo para eso no estoy.
El gobierno del expresidente Piñera se vio salpicado con el caso Hermosilla. ¿Usted como exministro de Justicia sabía de las gestiones de Hermosilla?
No me voy a pronunciar sobre casos concretos o situaciones específicas. Sólo puedo decir que nosotros hicimos los máximos esfuerzos porque las designaciones que hacíamos correspondieran al mérito de las personas que se incorporaban en la terna. Y yo no tuve ninguna presión del señor Hermosilla en las designaciones. Nunca habló conmigo.
¿Le tocó poner cortafuegos a esas presiones?
No, no me voy a pronunciar sobre situaciones específicas.
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