Presidente de la Comisión Nacional de Acreditación: “La PAES va a exigir a las instituciones transformar la enseñanza y los aprendizajes”

Andrés Bernasconi, máxima autoridad de la organización que evalúa y acredita la calidad de las instituciones de educación superior de Chile, aborda la nueva prueba de acceso y es tajante sobre las consecuencias del Covid-19: “Mientras tengamos estudiantes que experimentaron largos periodos de clases no presenciales, los efectos de la pandemia van a seguir manifestándose”, dice.


En el marco de la rendición de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) y con ello el inicio del periodo (acaba este viernes a las 13 horas) de postulación a las instituciones de educación superior, Andrés Bernasconi, presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), repasa las claves del proceso y advierte a aquellos estudiantes que aún están indecisos: “Que una institución esté acreditada, en cualquiera de los tres niveles, da garantías de que va a cumplir a los estudiantes la promesa que les hizo cuando los admitió”, dice.

Tras el cambio de prueba, ¿será esta una admisión distinta? ¿Decidora tal vez?

Sí. Este es el principal cambio al instrumento de acceso a la educación superior desde que desapareció la PAA y se sustituyó por la PSU. La importancia, la más crucial, más allá de la nueva escala, es una orientación nueva de la prueba a medir no tanto conocimientos, sino más bien competencias, habilidades y aptitudes. Esto sorprendió un poquito en los días en que se rindió a los postulantes, que tendían a creer que el aprendizaje es memorizar. Y las pruebas no exigían que las fórmulas estuvieran en la cabeza de las personas, sino que se expresaban en las mismas preguntas. De lo que tratan finalmente las pruebas de este tipo es procurar predecir a quiénes les irá bien en la educación superior sobre la base de su rendimiento previo, no es simplemente selección, porque eso podría ser aleatorio. La PAES va a exigir a las instituciones de educación superior transformar la enseñanza y aprendizajes hacia aspectos que tengan que ver con la capacidad de manejar conceptos, utilizarlos, aplicarlos y pensar más que simplemente en memorizar contenidos. El cambio de nombre no es trivial, es un cambio de filosofía.

¿Cambia también la forma de acreditar?

Cambia antes de las pruebas. La ley estableció que teníamos que tener nuevos estándares de acreditaciones y el CNA tuvo la obligación de diseñarlos. Estos estándares ponen énfasis en un mayor criterio de las trayectorias de estudiantes, seguimiento a los programas de trayectoria, mejoramiento de titulación y titulación oportuna. En los próximos años veremos muchas más propuestas nuevas de formación más activa de estudiantes, algo que existe desde antes en formación técnico-profesional. Uno ve que eso está cambiando hacia lo que se señala hoy de formación en competencias del siglo XXI. Está permeando a los diseños de programas de estudios.

¿Los resultados de esta primera PAES son decidores pospandemia?

Todavía estamos bajo los efectos de la pandemia, a pesar de que 2022 fue medianamente normal. Sabemos que los problemas de asistencia todavía son bien importantes. Mientras tengamos estudiantes egresados de cuarto medio que experimentaron largos periodos de clases no presenciales, esos efectos van a seguir manifestándose no solo en la prueba, sino que en la educación superior.

¿Por qué es importante que una institución de educación superior esté acreditada?

Tiene consecuencias en los aportes del Estado. Hay tres niveles de acreditación: básico (sin acceso a beneficios), avanzada (cuatro a cinco años) y excelencia (seis a siete años). Cualquier nivel en que una institución esté es un mayor respaldo al proyecto de esa institución. En términos de garantía, cualquiera acreditada es un respaldo de la CNA.

¿De qué depende el nivel de acreditación?

Los criterios cubren todos los aspectos del desempeño de una organización: académicos, vida universitaria, profesores, lo financiero… Es una revisión completa y diría que la diferencia está en el nivel de madurez y el desarrollo del mecanismo de aseguramiento de calidad. En el fondo, cualquier nivel dice que todas tienen mecanismos de aseguramiento interno, que cumplen lo que dicen, lo que varía es el nivel de profundidad de esos mecanismos.

¿En qué situación están hoy las instituciones en Chile?

He dicho que nuestro sistema es de los mejores de América Latina, y si me apuras podemos incorporar España y Portugal. Es de los sistemas más sólidos en toda la región. Esto tiene que ver en parte con la acreditación, es el efecto acumulado de este proceso que es en parte presión y en parte apoyo. El sistema está en un muy buen pie de calidad en todos los niveles. No hay que dejarse engañar por episodios de algunas instituciones que son anomalías. Es impresionante el nivel de calidad que han alcanzado las instituciones, aunque hay cosas en que avanzar, como que los estudiantes no se demoraran tanto en terminar sus carreras, que no haya tanta pérdida de estudiantes, o que hubiera más participación de estudiantes que vienen de entornos no privilegiados. Hoy diría que todas las agujas apuntan a la dirección correcta.

¿Cómo ha variado todo desde que la acreditación es obligatoria?

El sistema anterior permitía que un número importante de instituciones (40) permanecieran fuera del sistema. Fue un paso hacia adelante establecer la acreditación obligatoria. Lo que se ha visto como resultado son dos respuestas: un grupo decidió participar y ya tuvieron tres años para organizarse y ver si entrar o no. Más o menos la mitad de ellas optó por ingresar y la otra optó por no perseverar, donde algunas han decidido cerrar y otras han buscado fusionarse y reorganizarse con otras instituciones. Esto no termina aún de decantar, aún hay varias en proceso de acreditación.

¿Qué pasa si una institución persevera en no acreditarse?

Tienen que cerrar. Y ese cierre, a diferencia de algunos procesos anteriores, ahora está reglado. Hay varias en proceso de cierre que no han sido noticia, porque los alumnos ya no quedan en el aire, el Mineduc se preocupa de que continúen sus estudios ahí mismo mientras dure el cierre, o bien, que puedan ser transferidos a otra institución. Ahora hay una institucionalidad que permite llevar a cabo este proceso.

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