Claudia Martínez, economista senior de Zahler&Co: "Es necesario profundizar el estímulo monetario llevando la tasa a 2,5%"

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Un crecimiento económico lejos del potencial, con un IPC bajo la meta del Banco Central, entre otros, daría espacio para bajar más la TPM según la analista.




Claudia Martínez cumplirá en mayo cinco años trabajando codo a codo con el ex presidente del Banco Central, Roberto Zahler, como economista jefe de la consultora Zahler&Co. Desde su punto de vista, el crecimiento de 1,7% es una proyección razonable para este 2017, basado principalmente en un mejor escenario externo. Así, planteó que la inversión "continuaría estancada este año". Respecto a la tasa de interés del BC, la economista plantea que existen amplias holguras de capacidad, parte del espacio que permite llevar la tasa al 2,5% este año.

¿Cómo pronostica el crecimiento de la economía chilena este año?

Para 2017, nuestra proyección de crecimiento del PIB se ubica en 1,7%. Esto se basa, principalmente, en el mayor dinamismo de la economía mundial y su consiguiente efecto sobre las exportaciones chilenas. En EE.UU. proyectamos un crecimiento sobre 2% y la Eurozona en torno a 1,5%. En China suponemos que continúa la desaceleración paulatina y ordenada del crecimiento del PIB. En el frente interno, suponemos una depreciación del peso, que ayudará a las exportaciones y que, dado el nivel de inflación actual y proyectada, no pone en jaque la meta de inflación del BC. Otro supuesto importante, es que no habría una mejora significativa de las expectativas empresariales, por lo que la inversión continuaría estancada este año.

¿Cuánto puede pesar el debate y resultado de las elecciones presidenciales en este desempeño?

La importancia de estas elecciones presidenciales radica, en parte, en los programas de gobierno de los respectivos candidatos presidenciales. Los inversionistas y el mercado en general están apostando a un candidato con un programa que enfatice el crecimiento del PIB, que incentive la inversión privada, y sume certezas con políticas tributarias y fiscales bien definidas y sin espacios para la discrecionalidad. Sin embargo, el panorama político interno se ve por ahora muy fluido, por lo que, de materializarse las expectativas anteriores, tendría un efecto sobre las inversiones no antes del tercer trimestre.

¿Cuál es el mayor riesgo para una recuperación en el 2T?

Principalmente en el frente político y geo-político internacional. La impredecible política económica en EE.UU y la incertidumbre en torno al futuro de la Unión Europea, junto a las tendencias proteccionistas, podrían deteriorar el favorable escenario central con el que hemos proyectado la actividad.

En 2017 completaríamos 4 años de estancamiento. ¿Hay más claridad respecto de las causas de tan persistente desaceleración?

La desaceleración que se viene observando desde 2014 obedece principalmente al fin del ciclo de inversión minera, y a una economía mundial con un crecimiento mediocre, unido a bajos precios de commodities. Adicionalmente, la desaceleración se ha visto acentuada por la fuerte y prolongada caída en la confianza empresarial, probablemente vinculada a la incertidumbre en torno a los efectos de las reformas tributaria, laboral, de pensiones, y otras, que habrían desincentivado la inversión en el resto de sectores ajenos a la minería.

¿Podrían bajarnos la clasificación de riesgo con este escenario?

No descartamos una baja en la calificación de riesgo soberano en Chile. Esto debido al bajo crecimiento del PIB esperado para este año. Sin embargo esto puede cambiar, si en el segundo semestre el crecimiento se reactivara, de la mano de una mejora en la confianza empresarial y mayor inversión. Adicionalmente, el sector externo -déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos- y el fiscal, se proyectan mejores respecto unos meses atrás, lo que contribuye a disminuir la probabilidad de una baja en la calificación de riesgo.

Hay dudas respecto del valor de la regla fiscal. ¿Debe mejorarse la institucionalidad, y que sea menos dependiente de Hacienda?

Creo que en los últimos años se han hecho avances importantes en términos de institucionalidad, que por supuesto se pueden seguir perfeccionando, sobre todo en un mundo en el que la volatilidad financiera y económica se ha vuelto una constante, afectando de forma dinámica y no menor los parámetros con los que se calcula la regla fiscal. El desafío es transparentar, haciendo más asequible y comprensible la forma en la que se calcula dicha regla y sus parámetros.

Por el lado de la política monetaria hay una división importante respecto a mayores estímulos. ¿Cuál es su posición? 

Consideramos que el espacio existe, tanto por el lado del PIB, que está lejos de su potencial, como por el lado de la inflación, que la proyectamos por debajo de la meta del Central, y por el lado del tipo de cambio real, que ha caído a valores mínimos razonables para Chile. Adicionalmente, con un crecimiento del gasto fiscal acotado y un precio del cobre al alza, que si algo contribuye es a la apreciación del peso, es que estimamos necesario acelerar y profundizar el estímulo monetario, llevando la tasa a un 2,5%. Por cierto, considerando la trayectoria de la tasa de interés en EE.UU.

Hay quienes señalan que hay riesgos y prefieren ser cautelosos...

Partiendo del tipo de cambio actual es difícil ver un escenario con una depreciación del tipo de cambio que ponga en riesgo la meta de inflación del BC. Por el lado externo, hay poco espacio para que el dólar se siga apreciando, frenando así las presiones depreciativas sobre el peso. Por el lado del PIB, las últimas estimaciones oficiales del BC y Hacienda situaban al PIB potencial en torno a 3%. En ese contexto, el crecimiento del PIB observado en los meses recientes y proyectado para este año y el próximo deja ver que aún existen holguras de capacidad, que son consistentes con inflaciones en torno a 3%.

¿Qué hacer para recuperar el crecimiento de mediano y largo plazo?

Existe un desafío importante en términos económicos, de mejorar la productividad total de los factores, y de incrementar la inversión. Favorecer el ambiente pro-inversión es también un catalizador importante para una recuperación del crecimiento. Junto con lo anterior, es esencial mantener una política fiscal responsable, que estabilice los niveles de deuda del gobierno, permitiendo así mantener condiciones crediticias favorables para el país.

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