Por Rocío LatorreEl diseño de María Pía Adriasola como primera dama de La Moneda
La esposa del presidente electo José Antonio Kast asumirá un rol activo en el gobierno, sin revertir el traspaso de fundaciones impulsado por Irina Karamanos. En el equipo del nuevo gobierno trabajan en una fórmula para restituir formalmente la figura de primera dama, con un perfil orientado a la mediación social y la articulación de planes propios.

El lunes, cuando María Pía Adriasola visitó La Moneda acompañando a José Antonio Kast, lo hizo con una definición ya tomada.
Casada hace 33 años con el presidente electo, la futura primera dama tiene claro que su llegada a Palacio no implicará una marcha atrás respecto de una de las decisiones más simbólicas del actual gobierno: el traspaso de las fundaciones de la Presidencia de la República que impulsó la expareja del presidente Gabriel Boric, Irina Karamanos.
En el entorno de Kast subrayan que no existe intención de “recuperar” las siete fundaciones que hasta 2022 dependían de la Coordinación Sociocultural. Por el contrario, aseguran, el trabajo realizado será respetado.
Sin embargo, esa misma decisión dejó un vacío institucional: con la salida de las fundaciones se extinguió también la estructura que daba soporte formal al rol de la primera dama en La Moneda.
Ahí se abre el principal desafío de Adriasola. Aunque no pretende retrotraer lo hecho por Karamanos, sí ejercerá el cargo. Por lo mismo, en el equipo encargado de la instalación del nuevo gobierno trabajan en una fórmula -probablemente a través de un decreto- que permita “devolver” formalmente la figura, restituyendo un marco administrativo que le permita contar con gabinete y equipo propio.
Si no se realiza ese ajuste, admiten, su rol correría el riesgo de diluirse en una presencia meramente simbólica, más cercana a una “influencer” de Palacio que a una autoridad con funciones claras. Ese decreto, aseguran, podría venir en la batería de ajustes administrativos que contempla el plan Desafío 90.
Sin las fundaciones bajo su alero, Adriasola busca perfilar un rol distinto, definido internamente como de “mediación”. La idea es que la primera dama pueda cumplir una función de articulación social: por ejemplo, estar presente en situaciones de emergencia -incendios u otras catástrofes-, coordinando ayudas, y transformarse en un canal directo entre las urgencias sociales y el presidente.

La agenda de instalación incluye también una señal de continuidad institucional a las otras mujeres que han ocupado el cargo. Durante el verano, Adriasola planea reunirse con ex primeras damas como Cecilia Morel, Marta Larraechea y Luisa Durán. En particular con Durán, el encuentro aún no está cerrado, pero existe voluntad de concretarlo. Con Irina Karamanos, en cambio, no ha habido acercamientos hasta ahora.
Fiel a la tradición hasta antes de la desarticulación del cargo, Adriasola quiere impulsar planes propios. Y, a diferencia de sus antecesoras (que empujaron iniciativas como Sonrisa de Mujer y Elige Vivir Sano), le gustaría desarrollar más de uno durante el período, idealmente uno por año. Entre los temas que ha mencionado su equipo está la situación de los cerca de tres mil niños en edad escolar que hoy no están matriculados, un foco que podría convertirse en una de sus primeras iniciativas.
En su reciente visita a La Moneda, la futura primera dama compartió con la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo, y recorrió las antiguas oficinas del cargo, donde le señalaron que, de restituirse formalmente la figura, ese volvería a ser su espacio de trabajo. Quienes estuvieron presentes relatan un ambiente de cordialidad.
Aunque la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, cuestionó esta semana el regreso de la primera dama, este viernes, en conversación con radio Infinita, Vallejo aseguró que son respetuosos de las decisiones del futuro gobierno.
“El principio que movilizó (la eliminación del cargo) esto, es que la relación de parentesco no haga justificable en sí asumir un cargo de autoridad y de uso de recursos públicos (...) Más allá de la mirada crítica, somos respetuosos de las decisiones que pueda tomar en esta materia la próxima administración”, indicó.
Hasta ahora, Adriasola trabaja con un equipo reducido. Con ella, colabora estrechamente con Adiel Ayala, quien está en el equipo de Kast desde su primer intento por llegar a La Moneda y que, en esta pasada, se encargó de la franja televisiva.
La futura primera dama -quien es católica y estudió Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile- está a cargo de la fundación Cuide Chile como directora. La institución se define como una organización “sin fines de lucro que se mantiene gracias a sus aportantes privados y a los voluntarios que día a día trabajan por llegar más lejos con nuestro mensaje y promover la libertad de expresión y de culto, la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y la familia como núcleo fundamental de la sociedad”.
Durante esta campaña de Kast, Adriasola mantuvo bajo perfil y solo se dedicó a acompañar al republicano en sus actividades. Esto, a diferencia de la penúltima apuesta presidencial, donde tuvo un rol más activo e hizo declaraciones que fueron consideradas polémicas. Por ejemplo, en 2020 aseguró que “el sexo es verdaderamente seguro cuando no se ejerce”, lo que desató varios cuestionamientos.
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