Política

Jaime Mañalich: “En este mundo, un gobierno de Kast representa una polarización de mucho riesgo para Chile”

El exministro plantea un duro juicio político al candidato republicano respecto a su capacidad de dar estabilidad al país. "Me resulta bastante difícil votar por él", confiesa. Y enfatiza que "quien se desmarca de Matthei se desmarca de Piñera".

Foto: Andres Perez Andres Perez

“Piñera habría sido candidato de todas maneras y habría sido presidente de todas maneras”, dice Jaime Mañalich. “Conversamos de eso varias veces. En la formalidad decía que no, que la familia no quería, etc. Pero conocemos al hombre...”.

Defensor acérrimo de la figura del fallecido mandatario, de quien fue su ministro de Salud en sus dos gobiernos, el médico asegura categórico que, de estar vivo, Piñera habría sido la carta presidencial de Chile Vamos. ¿Y qué habría pasado con Evelyn Matthei? “No sé cómo se habría resuelto bien esa situación... él la apoyó siempre, la nombró ministra, la apoyó radicalmente en la pequeña campaña presidencial que hizo frente a Michelle Bachelet”.

Tras un corto año en Amarillos, al que renunció en 2024, Mañalich decidió no volver a militar en partido alguno porque dice que le quita libertad. En vez está jugado por la candidatura de Matthei, de quien dice que es la heredera del legado de Piñera. Y tan así, que “quien se desmarca de ella, se desmarca del expresidente”, dice. A la vez, confiesa que no tiene decidido si votaría por José Antonio Kast si es que este pasa a la segunda vuelta, de quien tiene un severo juicio político.

El lunes hubo una gran demostración de apoyo de exautoridades de los gobiernos de Piñera a Matthei. ¿Existe el piñerismo?

Existe en dos planos, el de las ideas y las personas. En primer lugar, hay una cosa destacable, y es que el presidente Piñera -perdón que use esta palabra- ha envejecido muy bien, al punto de que cuando se pregunta en encuestas a la ciudadanía hoy día ¿cuál es el mejor gobierno que ha habido después del regreso de la democracia? El suyo pasó al primer lugar. El recuerdo ciudadano es el de una persona que representó una forma de hacer política, de hacer gobierno, muy valiosa para Chile.

En segundo lugar, creo que la mejor herencia de Piñera está representada en la candidatura de Evelyn Matthei. Y esto lo expreso a través del respaldo que los herederos del piñerismo le están dando, partiendo fundamentalmente por su familia. Las expresiones específicas de la viuda, de los hijos, a la candidata, son gestos políticos extraordinariamente fuertes, sobre todo considerando que el rol espiritual de Cecilia Morel en el gobierno de Piñera fue extraordinariamente fuerte. Hay ideas concretas que caracterizan al piñerismo.

¿Cuáles?

El Estado eficiente, el Estado al servicio de la persona, la cooperación muy intensa público-privada para el desarrollo, la Pensión Garantizada Universal, todo lo que representa la capacidad de diálogo, que creo que es una cuestión que él encarnaba en una manera muy señera. O sea, la capacidad de sentarse con alguien y a ver, hablemos, pongámonos de acuerdo, etc., al punto de que cuando murió estaba trabajando en ayudar al gobierno en la reconstrucción (tras el incendio de Viña del Mar). Hay un listado de valores, de formas de aproximarse a la política que él representa y que de alguna manera son ya patrimonio.

En un tema extraordinariamente delicado, frente a la dictadura militar, él tuvo una historia y una posición clara a la que hay que adherir. O sea, aquí se cerró este capítulo. Habló de los cómplices pasivos, dijo que la dictadura se llama dictadura.

¿Y se apega la figura de Matthei a este ideario piñerista cuando habla de las muertes inevitables en 1973, o cuando Juan Sutil plantea que para él fue no una dictadura sino un gobierno dictatorial?

Voy a usar una expresión papal: mírenlo a él. ¿Te acuerdas? Mírenlo a él. ¿Qué dijo Piñera respecto a esto? Tenemos que construir sobre lo que ya se dijo y se declaró... ¿cómo vamos a volver a abrir temas que Piñera con un sacrificio y riesgos personales y políticos ya cerró? Veo un esfuerzo en la campaña de Evelyn Matthei hoy, de recobrar un vínculo con el ideario piñerista mucho más fuerte.

¿Es ella la que simboliza hoy el legado de Piñera?

Creo que ahora se ha acercado más a esa vertiente.

¿Y tiene esa responsabilidad?

No tiene esa responsabilidad. Ella es distinta a Piñera, no es un clon. Tiene valores, virtudes diferentes, en un momento histórico diferente. Aquí hay un aporte al desarrollo político de Chile muy contundente a través de Piñera y quienes lo acompañaron, que para mí es un capital que hay que poner más en la mesa. La exigencia de un sentido de urgencia, de que las cosas ocurran, esa exigencia de un Estado al servicio de las urgencias ciudadanas, es una dinámica que caracteriza al piñerismo. Es un capital.

¿En qué se parecen Matthei y Piñera?

En varios aspectos. Primero, Matthei tiene una capacidad de diálogo transversal político ganada en su larga historia parlamentaria, muy documentado. Es un capital muy importante. Ella se parece a Piñera en la capacidad de articular acuerdos, consensos.

En segundo lugar, tanto en su tarea parlamentaria como ministerial, ella mantuvo esa impronta de la urgencia por resolver los problemas. O sea, pienso en la discusión del posnatal de seis meses. También el gestionar adecuadamente, lo veo en ella como una cosa bastante parecida a lo que uno aprendió y admiró en el presidente Piñera.

¿Y en qué se diferencian?

Hay un tema en el cual Piñera, para bien o para mal, era distinto, y es que uno sabía que las decisiones se tomaban. Él consultaba y decía, pero qué dice esto, lo otro, el de más allá. Pero en un momento en que se tomaba una decisión, no había retorno.

¿Y eso no ocurre con Matthei?

Yo creo que no se ha mostrado con tanta nitidez. Para que el Estado sea eficiente se requiere un mecanismo de toma de decisiones bastante ágil, efectivo, para producir resultados en un periodo presidencial que dura tan poco.

Hace un año Ud. dijo que veía solitaria a Matthei, que le faltaba musculatura a la campaña. Hace un mes entraron Juan Antonio Coloma y Juan Sutil a darle gestión. ¿Se demoraron mucho en tomar esas decisiones?

A ella se le pidió que tuviera una estructura de candidata presidencial mucho antes de lo necesario. Y en ese sentido articuló un grupo de apoyo con poco financiamiento, de gente muy cercana para mantenerse. Esa dinámica habría aparecido con mucha más fuerza si hubiera habido una primaria en la oposición.

¿La ve con musculatura ahora?

La veo con musculatura. Y no solo porque se ha incorporado gente en roles directivos, sino porque realmente ha habido una adhesión de espíritu de mucha gente que estaba esperando que las cosas se aclararan para salir a apoyarla.

Pero en el intertanto hubo gente ligada a los gobiernos de Piñera que se desmarcó para irse a la campaña de Kast...

Las personas que han optado por adherir a la campaña presidencial de José Antonio en realidad nunca estuvieron ni en el piñerismo, ni en el mundo de Matthei, que es casi sinónimo.

Para mí lo que sería preocupante es que aquellos que realmente nos declaramos y sentimos piñeristas nos desafectáramos y pasáramos a trabajar o a formalizar un apoyo a José Antonio. Quienes se desmarcan de Matthei, se desmarcan de Piñera.

Puedo equivocarme, pero creo que fundamentalmente se trata de gestos de sobrevivencia política, en los cuales el mattheismo o el “piñemattheísmo” no les ha dado espacio y ellos, por vocación, por lo que fuera, creen que van a encontrar ese lugar para servir o para servirse en un potencial gobierno de Kast.

¿Hay muchas diferencias entre el proyecto de Kast y el de Matthei?

Creo que en la medida en que pasa el tiempo se van haciendo más claras las diferencias. Una diferencia fundamental es, en primer lugar, que aquí hay poderes de Estado claramente diferenciados en la Constitución, y gobernar significa que el Ejecutivo es colegislador con el Parlamento. En segundo lugar, también tiene relevancia la capacidad permanente de dialogar, de buscar acuerdos. No podemos olvidar que el 2023 podríamos haber tenido una Constitución generada por un comité de expertos que prácticamente tenía apoyo unánime y haber resuelto ese problema con acuerdos desde el PC hasta los republicanos. Y bajo la égida del Partido Republicano se generó un segundo proyecto que fue rechazado por la mayoría de la ciudadanía estruendosamente.

La hegemonía que tuvo el Partido Republicano mostró que era imposible llegar a acuerdos para generar una nueva Constitución de consenso. Fue una cuestión dogmática al extremo. La propuesta de la comisión experta era extraordinariamente buena. Y sin embargo los republicanos la tomaron, la tiraron a la basura y partieron con un nuevo esfuerzo refundacional catastrófico para Chile.

¿Se arriesgaría algo parecido en un eventual gobierno de Kast?

No me atrevería a decir eso porque es muy difícil, independiente de las declaraciones actuales, para José Antonio liderar un gobierno sin el concurso de una derecha y un centro político en un momento en que es altamente probable que haya una gran efervescencia social de nuevo. En Chile gobernar por decreto es prácticamente imposible. Y prometer eso no tiene realismo.

Él no ha prometido eso. Lo que él ha dicho es que el Congreso muchas veces no tiene la relevancia que se piensa.

Dicho de la manera que sea, desconocer la relevancia del Congreso -él fue diputado muchos años- no corresponde a la realidad. Tomar iniciativas sin que estas sean pasadas por el filtro de la discusión política madura que ocurre en el Parlamento es algo que no va a ocurrir.

¿El proyecto de Kast es extremo? Es lo que ha esbozado el comando de Matthei en estos días...

A Kast se le apareció un ángel que es Kaiser, que le permite a él aparecer como un poquito más moderado. Pero no creo que haya una modificación sustantiva respecto a las pretensiones de la forma de gobierno que Kast tenía, en el sentido de un gobierno más autoritario, que funciona fundamentalmente sobre la base de reglamentos, decretos supremos y decretos presidenciales o administrativos, de un gobierno que considera que el Parlamento es poco relevante. En ese sentido creo que es una situación muy delicada para la estabilidad del país.

¿En una segunda vuelta estaría dispuesto a votar por él?

No lo he decidido.

¿Por qué?

Porque me resulta bastante difícil votar por él. No lo he decidido. Creo que Matthei tiene muchas posibilidades de pasar a una segunda vuelta, a pesar de que es prácticamente imposible que pasen los dos.

De pasar Kast a la segunda vuelta, ¿Chile Vamos debiera plantear condiciones para un eventual apoyo?

Ese diálogo se dio para el segundo debate constitucional. Para avanzar, la derecha moderada le exigió al Partido Republicano en particular condiciones. El Partido Republicano no estuvo dispuesto a darlas dado el poder hegemónico que tenía.

El enfoque respecto a tu pregunta es pragmático y parte por cómo pase Kast y qué necesidad cree él que tiene de convocar a una conversación de este tenor. De acuerdo a lo que ha ocurrido, a la dificultad para entablar diálogo incluso para una primaria de oposición que él no estuvo dispuesto, creo que a menos que él sienta una debilidad para iniciar su gobierno, si pasara a segunda vuelta, no va a iniciar esa conversación. Y no creo que sea prudente que Chile Vamos vaya a golpear la puerta y rogar, si nadie los ha invitado a la conversación. A mí me parece más o menos evidente que la candidatura de Evelyn en las próximas semanas va a repuntar en las encuestas.

¿El proyecto republicano busca reemplazar el proyecto de Chile Vamos, como ocurrió con el Frente Amplio y el Socialismo Democrático?

Sí. Nosotros nos quejamos de que Chile está polarizado, pero esto es un fenómeno mundial. Estamos en un mundo en guerra, polarizado, donde la pregunta geopolítica fundamental para los gobiernos es a qué imperio adhiere... ¿a EE.UU., China, Rusia? En este mundo, un gobierno de Kast representa una polarización de mucho riesgo para Chile. Somos un país de centro, educado en socialdemocracia. Entonces una égida fundamentalmente de derecha, muy conservadora, que adhiera a principios de un libre mercado duro, representa una opción de crisis política muy difícil de manejar. La candidatura de José Antonio es una candidatura polarizada que no tiene ninguna disposición a conversar.

¿En qué ve eso?

En que no quisieron una primaria de derecha. Dos, en que dicen que las personas que colaboran conmigo en realidad están contra Matthei. Y tercero, como ya lo señalé, en el plebiscito de la Constitución del año 2023.

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