Política

Ocho claves de la última cuenta pública de Boric

En sus dos horas y media de discurso, el Presidente Gabriel Boric hizo un repaso de los hitos que considera avances de su gobierno, pero también admitió que no pudo cumplir con su programa. Reivindicó los acuerdos y habló de un "punto de inflexión" en lo económico.

1. Un mal diagnóstico

El Presidente Gabriel Boric comenzó su discurso de poco más de dos horas y media de duración con una evaluación del momento político nacional e internacional en que se insertó su gobierno. En esa línea, profundizó en la raíz del giro que su administración ha tenido en estos tres años, afirmando que tuvieron un mal diagnóstico del país. “En lo que respecta a nuestro gobierno, hubo señales anticipatorias que no supimos leer con claridad. El resultado de la primera vuelta y la elección parlamentaria que estableció que las fuerzas progresistas serían minoría en el Congreso por los siguientes cuatro años, no fueron analizadas como correspondía”, dijo. Boric aseveró que solo tras el 4-S les quedó “en claro que no bastaba con las convicciones y la voluntad de cambio para gobernar, que era necesaria una mejor síntesis entre generaciones y proyectos progresistas. Hubo que ajustar el rumbo”. El Presidente defendió que ese cambio “de rumbo y de énfasis programático (...) y la incorporación decidida al corazón del gobierno de otras fuerzas políticas con las que antes habíamos antagonizado” no fueron “una claudicación respecto a los motivos que nos llevaron a participar en política. Refuto de manera tajante esta interpretación y, por el contrario, afirmo que una de las virtudes de nuestro gobierno fue precisamente ser capaz de ajustar sus prioridades sin abandonar sus principios”.

2. Resignificación del estallido social

También al comienzo de su alocución, el Mandatario se refirió al estallido social, sobre el cual también habló en sus otras cuentas públicas. Esta vez, no sólo aseveró -como en ocasiones anteriores- que fue “la expresión de un legítimo malestar acumulado en el marco de un proceso de modernización acelerado”.

El Presidente fue más allá al aseverar que “con el paso del tiempo me atrevo a afirmar que los chilenos y chilenas exigieron terminar con los abusos, acceder a más derechos y bienestar y tener una voz protagónica en el devenir de la patria. Pero lo hicieron sin renegar de sus propias trayectorias vitales, que dan cuenta de un innegable progreso en las últimas décadas desde la recuperación de la democracia (...) Esto no fue bien aquilatado por izquierdas ni por derechas”. Boric criticó que, por un lado, se tilde a ese periodo “de “estallido delictual”, lo que desconoce “las causas profundas que generaban el malestar”, y que por otro, se pretendiera “desconocer una historia tanto colectiva como individual de progreso, que permitió a las familias chilenas acceder a niveles de bienestar y libertad inimaginados poco tiempo atrás”.

3. Reivindicación de los acuerdos

La reivindicación de los acuerdos fue una línea que cruzó todo su discurso. Y que sustentó sobre todo en el desenlace de los dos procesos constitucionales y la reforma previsional.

“El rechazo claro de ambas propuestas, dominada cada una por fuerzas antagónicas que cometieron el error de negar la legitimidad de quien tenían enfrente, dio cuenta de un pueblo que exigía acuerdos entre nosotros”, dijo al inicio. “Considero un error entender estos procesos constitucionales como un fracaso. Fueron ambos un recordatorio que Chile no quiere ni precisa de vanguardias que se escapan del sentido común de su propio pueblo, y una profunda reivindicación de que este país lo construimos entre todos, sin negar a quien piensa distinto”.

También lo planteó cuando habló del “arte de la política democrática: ser capaces de ponerse de acuerdo entre quienes piensan distinto en torno a un bien común compartido en que las distintas partes deben ceder respecto a sus posiciones originales. Nuestras visiones programáticas son firmes, pero también nuestra convicción de que las urgencias sociales no pueden esperar una mejor correlación de fuerzas: la política también debe responder al presente”.

Al mencionar la reforma de pensiones, la describió como “una demostración de la buena política. Hubo más de un momento en que la posibilidad de llegar a acuerdo estuvo a punto de naufragar (...) Todos tuvimos que ceder respecto de nuestras posiciones originales, lo que nos valió enfrentar enconadas críticas de quienes afirmaban vehementemente que cualquier concesión equivalía a una derrota. No fue fácil, pero logramos sacar adelante la reforma y es la gente la que se va a ver beneficiada. Agradezco aquí a quienes de derecha, centro e izquierda actuaron pensando en Chile”.

4. Batallas identitarias

Sin duda, los grandes hitos de su última cuenta pública fueron los anuncios dirigidos principalmente a su sector: el proyecto de ley de aborto legal que La Moneda ingresó la semana pasada al Congreso, el “cierre” de Punta Peuco y nuevas señales en contra de Israel. Todas ellas fueron las que concitaron los mayores aplausos por parte de los presentes. Pero especialmente fueron los pasajes que Boric dedicó a Israel los que más apoyo tuvieron, tras días en los que se especuló con que el Mandatario incluso rompería relaciones con ese país.

El Presidente dijo que “no aceptamos empates ni elegir entre barbaries. Condenamos categóricamente el terrorismo de Hamas y exigimos la liberación de los rehenes que aún tienen en cautiverio”. Pero anunció que patrocinará y pondrá urgencia al proyecto de ley que prohíbe la importación de productos producidos en territorios ilegalmente ocupados, y que instruyó a la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, a que presente un plan de diversificación en materia de defensa “que nos permita dejar de depender de la industria israelí”.

5. “Punto de inflexión” de la economía

En lo económico, Boric reforzó el mensaje que ya había anticipado el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en un seminario a fines de la semana pasada en la Sofofa. Incluso en el discurso de la cuenta pública citó al propio Marcel: “Como ha dicho el ministro Marcel, la inflexión en la economía ya se está produciendo”.

Para argumentar su frase enumeró una serie de ejemplos: “El estado de la economía al inicio de nuestro gobierno estaba marcado por dos aspectos fundamentales: la capacidad de crecimiento estructural estaba en torno al 2% y existía un sobrecalentamiento de la economía, expresado en una inflación en ascenso que llegó a ser más del 14% anual”.

Sobre el primer punto mencionado, la economía sigue teniendo un crecimiento estructural de 2% y no se ven perspectivas para que eso cambie en un corto plazo. “Teníamos que crecer al máximo posible dadas las condiciones estructurales que heredamos, y así fue: cada año hemos crecido más de lo pronosticado. ¿Ha sido suficiente? Claro que no. Pero hemos crecido tanto como era posible en el contexto que enfrentamos”, dijo Boric.

“Pienso que cuando se evalúe con perspectiva histórica, se identificará a nuestro gobierno como uno que gestionó de manera responsable y justa la economía y que empezó a generar las condiciones para revertir esta situación”, dijo.

En su discurso no se quedó solo en el análisis de lo que está sucediendo ahora, sino que anticipó que “la economía chilena va a crecer más los años que vienen”. Y argumentó que se da “porque la macroeconomía está ordenada, porque existe un conjunto amplio de inversiones privadas avanzando: con montos de inversión récord ingresando al sistema de evaluación ambiental y porque estamos a semanas de aprobar una reforma estructural a los permisos sectoriales que, sin bajar el estándar regulatorio, va a permitir que estas inversiones se tramiten con mayor celeridad”.

6. Unidad del progresismo

Cuando ya comenzó la campaña para la primaria del oficialismo -que pone en riesgo el anhelo del Presidente de crear una coalición única a partir de las fuerzas que sustentan su gobierno-, Boric hizo un especial llamado a “la unidad del progresismo para lograr estos consensos que, pese a todos los pronósticos que anunciaban tempranos quiebres, llega a este último año de gobierno unido y con más acuerdos que diferencias tanto respecto a lo obrado como a lo mucho que queda por hacer (...) Esta unidad es fundamental y necesaria para construir un Chile más justo y próspero”.

En otro pasaje de su discurso, también se refirió a “la esencia de un gobierno progresista”, que es -a su juicio- una que “apunte a la universalidad (...) la política identitaria aislada suele terminar en una política de grupos de interés que no cambia la base estructural de las desigualdades”.

7. Seguridad al debe

Aunque es el tema más relevante hoy para los chilenos -según lo reconoció el propio Presidente- y el principal de las campañas presidenciales, el Mandatario no priorizó ni realizó anuncios relativos al tema de la seguridad. Su mención no tuvo ni el énfasis ni la duración que tuvieron otros temas, como su postura ante Israel. En su mensaje, Boric optó por mostrar avances: reivindicó los proyectos de ley aprobados, como el que creó el ministerio de Seguridad o la ley Antinarcotráfico, y dio a conocer cifras que demostrarían una buena gestión en esta materia.

“Mi mensaje respecto a la seguridad ciudadana es reconocer lo que se ha hecho y, a la vez, no conformarse con ello. Y, para seguir avanzando, necesitamos una sociedad unida. Porque cuando nos unimos, el crimen retrocede. Falta para ello una comprensión más profunda de que la seguridad no es una bandera partidista que pueda usarse para tratar de sacar réditos de corto plazo, sino una condición básica para que la sociedad pueda prosperar y vivir en paz”, dijo.

8. Cierre con renuncia

Aunque su alocución hizo hincapié en los hechos y cifras que respaldan su gestión, Boric también reconoció que hubo cosas que no logró hacer. “Es menester reconocer que si bien durante este período no pudimos hacer la reforma estructural de seguro único al sistema de salud que nos hubiera gustado, hemos avanzado en esa dirección”, dijo. Fue un cierre de periodo -en su discurso- marcado por la aceptación de que muchos puntos de su programa no lograron llegar a puerto.

“¿Hemos logrado todo lo que queríamos con la profundidad que queríamos? No, pero hemos avanzado en esa dirección atendiendo a las condiciones en que nos tocó gobernar y a la correlación de fuerzas no solo del Congreso, sino de todo el espectro social. Tal como en los años 30 el Frente Popular no pudo avanzar en la sindicalización campesina para en cambio avanzar en la industrialización de Chile, o en los 90 no se pudo terminar con todos los enclaves autoritarios por falta de votos en el Congreso, hoy nos tocó a nosotros ponderar nuestras aspiraciones para conseguir avances concretos y tangibles para el pueblo de Chile", dijo.

“Termino esta, mi última Cuenta Pública, asegurándoles que hemos dado lo mejor de nosotros para hacer más grande a Chile y cada vez más justa la vida en nuestra patria. He tenido que tomar decisiones difíciles, sin duda, pero sepan que siempre, en cada disyuntiva he puesto por delante el bien común de la gente trabajadora y esforzada de nuestro país (...). Nos quedan nueve meses de gobierno: lucharé hasta el último día por concretar aquellos proyectos que mejoren la vida de nuestro pueblo y representen las ideas de progreso y justicia que nos inspiran”, concluyó.

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