Karün y su aterrizaje en Europa: “Llevamos ocho años preparándonos para un momento como este”

Un emprendimiento de anteojos con material reciclado basado en Puerto Varas, hoy es una marca que llega 1.200 tiendas de Europa. Thomas Kimber, fundador de Karün, cuenta detalles de una travesía que hoy es apoyada por Wild Sur, family office de los Lería Luksic.


Con la actriz estadounidense Shailene Woodley como maestra de ceremonias y conocida por su activismo en temas relacionados al medioambiente, Karün, emprendimiento basado en Puerto Varas, lanzó el pasado miércoles su nueva colección de anteojos a través de un glamoroso evento online. Gracias a una alianza con GrandVision, el retailer óptico más grande del mundo -en Chile opera a través de Rotter & Krauss-, la empresa llega hoy a 10 países europeos a través de 1.200 tiendas del Viejo Continente. El salto parece meteórico.

“Llevamos ocho años preparándonos para un momento como este”, dice Thomas Kimber, el fundador de esta empresa chilena que hace anteojos de material reciclado y que esta semana aterrizó en el Viejo Continente a lo grande.

¿Cómo se dio este paso y cómo impactará en el crecimiento de Karün?

- Los últimos ocho años han estado puestos en construir una propuesta de valor que sea de un desarrollo consciente con productos competitivos para la industria y escalable. Con GrandVision llevábamos conversaciones desde hace dos años y hace nueve meses llegamos a acuerdo. Desde entonces venimos trabajando en la logística y escalamiento de lo que significa aterrizar en países como Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Suiza, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Noruega.

Cerramos el año pasado con 15 mil unidades de anteojos vendidas y ahora estimamos cerrar 2021 con 250 mil. En cuanto a los ingresos, con este paso esperamos alcanzar ventas por US$ 10 millones y llegar en 2023 sobre los US$ 40 millones. Si bien los balances aún no están cerrados, el año pasado las ventas fueron algo superiores a US$ 1 millón. El crecimiento es exponencial.

¿Cómo enfrentan esta oportunidad financieramente?

- La verdad es que históricamente he pasado por todo en Karün. He recurrido a todos los modos de financiamiento, desde préstamos con amigos, inversionistas privados, aumentos de capital, crowdfunding, notas convertibles, etc. Para este crecimiento en particular estamos recurriendo al apoyo de los bancos, ya que estaremos produciendo cerca de 300 mil anteojos este año, lo que implica mucho capital de trabajo en inventarios, además de hacer crecer el overhead de la empresa. Sin embargo, el monto aún lo estamos evaluando, porque queremos aprovechar la oportunidad de este lanzamiento para realizar un aumento de capital importante para el estándar de emprendimientos en Chile, lo suficiente como para poder competir en EE.UU. y Europa, al menos de dos cifras en millones de dólares.

Hace no mucho, Ud. mencionaba que la empresa todavía no lograba utilidades. ¿Ahora será capaz de ello?

- Estamos generando rentabilidad a nivel operacional en cada mercado donde participamos. Tenemos números azules. Lo que sucede es que todavía estamos incurriendo en gastos para financiar el crecimiento y la sobreinversión en inventarios. Sin embargo, a nivel consolidado esperamos alcanzar rentabilidad de acá a los próximos dos años.

¿Cuánto ha sido la inversión total que ha requerido un proyecto como este y quiénes apuestan hoy por esta aventura?

- En total, cerca de US$ 8,5 millones. Hemos tenido muchos socios, yo estuve al borde de la quiebra varias veces en el camino. Ha sido duro, muchas deudas y problemas. Hoy somos más de 80 socios, hemos invitado a gente a sumarse a un sueño compartiendo ciertos valores. Son todas personas que creen en un proyecto de largo plazo y no en una rentabilidad económica de corto plazo.

Como personas naturales, los socios principales somos dos, mi gran partner Roberto Bravo, y yo. Luego destaca un fondo de inversión sueco, llamado Blue, y el family office de la familia Lería Luksic, Wild Sur, cuyos hijos están especialmente involucrados y nos han ayudado muchísimo. Hace poco más de un año sumamos como socios a dos exejecutivos de GrandVision, Juan Cristóbal de Marchena y Marcelo Atala, ambos son ejecutivos con mucha experiencia en la industria y nos han ayudado a preparar la empresa comercial y logísticamente para este nuevo desafío.

¿Veremos cambios en el modelo de negocios? ¿De recolección, por ejemplo? En la actualidad, la materia prima se extrae de Cochamó...

- El mayor porcentaje de materia prima recolectada viene de Cochamó, pero estamos recolectando redes de pesca del Mediterráneo en Europa, protectores de focos de autos junto a una empresa española y en distintas partes del mundo estamos recolectando lentes viejas de cadenas ópticas. Nuestra recolección es internacional y apunta a ser global, pero nuestro trabajo con comunidades rurales sí está enfocado en la Patagonia, porque creemos que la mejor forma de protegerla es que las mismas comunidades tengan los incentivos económicos para poder protegerla y en eso queremos aportar.

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