“No fuimos escuchados”: 2020, el año en el que los técnicos fueron ignorados por la política cuando Chile enfrentó una de las peores crisis económicas

2020, el año en el que los técnicos fueron ignorados por la política cuando Chile enfrentó una de las peores crisis económicas

Fueron desoídos en el 10% previsional, pero también en una serie de proyectos legislativos que ponen en riesgo, por ejemplo, la estabilidad financiera.


Mario Marcel, presidente del Banco Central y militante PS, acudió al Congreso, en más de una oportunidad, con dos objetivos: explicar por qué no era una buena idea aprobar el retiro del 10% y, si es que se aprobaba, lograr un mayor plazo para su pago ante las dificultades que podrían ocasionar. La historia ya es conocida: dos 10% y con menos plazo.

Este es un reflejo de lo que sucedió este año. Los técnicos fueron desoídos en el 10% previsional, pero también en una serie de proyectos legislativos que ponen en riesgo, por ejemplo, la estabilidad financiera. Postergación de créditos hipotecarios, no corte de suministro de servicios básicos por no pago de cuentas, figuran en una lista de más de 10 iniciativas.

Varios economistas de centroizquierda han pasado por las páginas de este diario u otros dando cuenta de esta realidad. El ex vicepresidente del Banco Central Manuel Marfán, el ex ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, el ex presidente del BC José De Gregorio, han presentado sus reparos. Lo mismo en la centroderecha, siendo el ministro de Hacienda Ignacio Briones el emblema de los desoídos en ese frente político.

¿Qué hay detrás de este comportamiento? ¿Es la derrota definitiva de los técnicos frente al populismo de políticos?

Entre los economistas aseguran que la derrota no es de ellos, aunque sí perciben una menor capacidad de influencia.

26 Noviembre 2020 Entrevista a Rodrigo Valdes ex Ministro de Hacienda. Foto : Andres Perez

El economista Raphael Bergoeing, cree que más bien fueron las instituciones las que fueron derrotadas este año. “Me parece que lo que se degradó fue la función del Congreso. Y que los partidos políticos (como instituciones), al optar por guardar silencio mientras unos pocos pasaban a llevar la reglas que nos hemos auto impuesto, afectaron aún más su baja credibilidad”, explica.

Una visión similar tiene Hermann González, de Clapes UC y ex coordinador macroeconómico del Ministerio de Hacienda en este gobierno: “No fuimos escuchados. El que pierde es el país”.

A su juicio, Chile se ha caracterizado y ha destacado a nivel internacional por la calidad de sus políticas públicas y por el respeto de su institucionalidad. “En esto ha sido muy importante el debate técnico y su valoración por parte del mundo político. Eso es lo que está en entredicho hoy y seguir por ese camino puede ser muy peligroso”, concluye.

Visión desde el Congreso

Desde el banquillo de los acusados, tienen opiniones variadas. El diputado independiente Pepe Auth, explica que esta disociación creciente se produjo por “el sentido de urgencia y el temor a un eventual tsunami electoral que arrase con los actuales parlamentarios”.

El vicepresidente de la Cámara, el evópoli Francisco Undurraga, cree que hay dos razones para esta situación. Dice que debido a las urgencias que generó la crisis social de fines del año pasado y la actual pandemia, “se ha visto a una clase política desprestigiada que busca de cualquier manera ganarse aplausos. En consecuencia, muchas veces los políticos creen que las soluciones más fáciles y populares son el mejor recurso para resolver los problemas en lugar de mirar todas las aristas y pensar a largo plazo. Por otro lado, creo que muchos técnicos se han desconectado de la política y han dejado libre el espacio de deliberación pública para no someterse al desgaste que sugiere hacer política”.

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La diputada Alejandra Sepúlveda (FRVS) tiene una visión distinta. “Por primera vez hemos tenido situación brutal desde el punto de vista económico de las personas, no visto en la historia, por lo que se necesita reaccionar, no desde la rigidez técnica, sino desde la política, desde la realidad de los vecinos que constatamos quienes estamos en terreno”, justifica la parlamentaria.

Exageración como recurso

La parlamentaria lanza una crítica dura a un sector de los economistas: “Hay otros técnicos que dan otras recomendaciones, y lo vimos con el primer retiro que no se derrumbó la economía, no hubo complicaciones en el mercado de capitales. Entonces desde lo teórico las advertencias que se hicieron no fueron reales, y es por eso que desde lo político cobran fuerza las decisiones que tomamos respecto de la realidad de los chilenos”.

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Al respecto, el economista Juan Andrés Fontaine, sostuvo que efectivamente ha habido argumentos exagerados de parte de algunos economistas con tal de convencer. Esto, dijo, afecta su credibilidad.

“Hago un mea culpa en los técnicos, que de repente caemos en argumentos que exageran la nota para ser más convincentes, y eso nos quita credibilidad”, afirmó en un webinar organizado por LarrainVial.

Quién manda a quién

Sepúlveda va un paso más allá. A su juicio, la disociación entre el mundo técnico y político no debe ser objeto de preocupación, puesto que tiene la convicción de que los técnicos tienen que estar supeditados a la visión política “que podamos tener con las recomendaciones que nos pueda dar”.

Bergoeing, economista del mundo Evopoli, también tiene un punto sobre esta materia. “Los técnicos no deberían debatir en público con los políticos. Esa es una anomalía en Chile en donde algunos técnicos terminan tomando la decisión final. Pero en una democracia robusta, esa decisión corresponde a la política. Las recomendaciones de los técnicos deben ser recogidas por los políticos, sin aspaviento, y luego, en la medida que las instituciones funcionan adecuadamente, esos mismos políticos deben decidir qué hacer, optando por alguno de los varios caminos que la técnica siempre ofrece”.

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¿Cómo seguirá esta tendencia? Pepe Auth estima que nada indica que ese temor por lo que denomina tsunami de elecciones se disipará en 2021, “por lo que la disociación puede continuar. El factor que puede atenuar esto es la fuerza que irá tomando la Presidencial y su necesidad de propuestas fundadas técnica y financieramente. Eso debiera llevar a restablecer el diálogo entre la política y la técnica”.

Por la misma razón, Undurraga tampoco ve grandes cambios, “donde los inescrupulosos de siempre tendrán mayores incentivos para ofrecer todas las soluciones para hoy y se olviden de pensar a largo plazo”.

Así, usando un argumento de los técnicos, los incentivos están puestos para que la irrupción de lo que se ha bautizado como parlamentarismo de facto -y otros han calificado simplemente de populismo cortoplacista- persista. El desafío, entonces, está en que los técnicos logren ser escuchados.

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