Ayer, el mundo económico y de las finanzas siguió con atención la visita del presidente Donald Trump a la Reserva Federal, cuyo fin era observar las obras de remodelación de dos edificios del banco central estadounidense.

La atención, no obstante, estaba puesta en la reunión que sostendría el mandatario con el timonel de la Fed, Jerome Powell, la cual venía antecedida por un sinnúmero de ataques del republicano, incluso con insultos, por no bajar la tasa de interés.

No hubo demasiados detalles sobre la conversación que tuvieron, pero sí quedó clara la intención de Trump por presionar para que el timonel de la Fed finalmente decida un recorte. De hecho, al final de la visita, y con un palmoteo en la espalda, Trump expresa ante las cámaras que le “encantaría que baje las tasas de interés”.

Frente a ello, Powell solo esbozó una sonrisa y luego se mostró serio. Esto fue luego de la consulta sobre si Powell podría decir algo para que Trump lo dejara de criticar.

A menos de 24 horas de la visita, Trump reveló hoy algunos detalles de la cita que sostuvo con el funcionario que él mismo propuso para el cargo en su primer gobierno.

“Creo que tuvimos una muy buena reunión sobre las tasas de interés. Y (Jerome Powell) me dijo... con mucha firmeza: ‘El país va bien’”, dijo el republicano a periodistas.

“Entiendo que eso significa que creo que va a empezar a recomendar tasas más bajas”, agregó el mandatario.

CNBC informó que antes de los comentarios de Trump, el director de presupuesto de la Casa Blanca, Russell Vought, mantuvo la presión sobre el proyecto de renovación de la Reserva Federal, impulsando una revisión del banco central y presionando para que se bajaran las tasas de interés.

Vought se hizo eco del deseo de Trump de que la Fed comience a flexibilizar la política monetaria como una forma de ayudar a la economía y específicamente al mercado inmobiliario.