Descubren desde Chile el agujero negro más cercano a la Tierra: Está a “sólo” mil años luz de distancia

Representación artística del sistema triple con el agujero negro más cercano a la Tierra descubierto hasta la fecha. (Foto: ESO)

El objeto invisible tiene dos estrellas compañeras visibles a simple vista desde el hemisferio sur. En su descubrimiento se empleó una técnica similar a la utilizada para encontrar exoplanetas.


En 2019, una investigación afirmó que en la Vía Láctea habría hasta 100 millones de agujeros negros, sin contar los que están todavía ocultos. Hasta ahora, sólo unos pocos han podido ser revelados a través del resplandor de rayos X de los gases calientes que los rodean.

Pero uno de ellos es especial: Fue descubierto a “sólo” mil años luz de distancia de la Tierra, siendo el agujero negro más cercano a nuestro planeta jamás encontrado, y además en un sistema estelar visible a simple vista.

“Nos sorprendimos mucho cuando nos dimos cuenta de que se trata del primer sistema estelar con un agujero negro que se puede ver a simple vista”, indicó Petr Hadrava, científico emérito de la Academia de Ciencias de la República Checa, en Praga, y coautor de la investigación.

Situado en la constelación de Telescopium, el sistema está tan cerca de la Tierra que sus estrellas se pueden ver desde el hemisferio sur en una noche oscura y despejada sin prismáticos ni telescopio.

Nueva técnica

La naturaleza “invisible” de la mayoría de los agujeros negros ha sido por años motivo de frustración para los astrónomos, que sólo son capaces de aprender sobre estos fenómenos estelares a partir de las pocas docenas que se han encontrado calentando lo que se conoce como “disco de acreción”, o el gas giratorio que engullen.

Sin embargo, actualmente los astrónomos han encontrado varios nuevos candidatos empleando una técnica tomada de los cazadores de exoplanetas. Éstos suelen buscar cambios periódicos en la frecuencia de la luz de las estrellas a medida que se mueven desde y hacia la Tierra, lo que puede ser causado por la gravedad de un compañero en órbita invisible que tira de él. En este caso, un pequeño "tirón" es señal de un planeta ligero, mientras que un tirón más grande podría ser un signo de un agujero negro.

En el estudio, publicado en Astronomy & Astrophysics, Thomas Rivinius, astrónomo del Observatorio Europeo Austral (ESO) en el norte de Chile, y sus colegas analizaron el inusual sistema estelar HR 6819 utilizando esta técnica, por medio de un telescopio de 2,2 metros. Creían que se trataba de un sistema binario, pero había un “bamboleo” adicional en los cambios periódicos de luz de una de las estrellas que apuntaban a que algo más estaba presente. Así, esta sospecha resultó ser un sistema triple, con una estrella en una órbita rápida de 40 días con un compañero invisible y otra estrella en una trayectoria más distante y lenta.

La masa del "compañero invisible" era lo suficientemente grande, cuatro veces la masa del Sol. Así que, si hubiese sido una estrella, podría haber sido vista fácilmente.

Para asegurarse completamente de que este "compañero invisible" sea un agujero negro, los investigadores examinarán más de cerca el sistema utilizando un interferómetro óptico, aparato que combina la luz de telescopios separados para lograr la resolución de uno mucho más grande.

Los científicos dicen que este sistema podría ser sólo la punta del iceberg, ya que en el futuro podrían descubrirse muchos más agujeros negros similares.

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