Tres astronautas chinos volvieron a la Tierra este domingo tras seis meses de misión a bordo de la estación espacial china Tiangong, a través de la que el gigante asiático pretende convertirse en una potencia espacial y alcanzar así a Estados Unidos y Rusia.

La nave espacial Shenzhou-15, en la que viajaban los tres cosmonautas Fei Junlong, Deng Qingming y Zhang Lu, aterrizó en el desierto de Gobi, en el noroeste de país, tras un viaje de nueve horas y 186 días en el espacio.

Pekín envió el pasado martes como sustitutos a otro equipo de tres astronautas a bordo de la nave Shenzhou-16, entre los que se incluye el primer civil en la historia espacial china, para una misión de cinco meses en los que realizarán pruebas y experimentos en órbita a gran escala en varios campos.

Además, se espera que logren éxitos científicos de alto nivel en el estudio de fenómenos cuánticos novedosos, sistemas de frecuencia de espacio-tiempo de alta precisión, la verificación de la relatividad general y el origen de la vida, según informó la agencia china Xinhua.