¿Es malo que mi mascota duerma en mi cama?
Dormir con perros o gatos puede ser una experiencia positiva para muchos dueños, pero también trae riesgos que conviene tener en cuenta.

Dormir acompañado de mascotas no es algo nuevo. “La gente lo ha hecho durante miles de años para obtener calor y protegerse de los depredadores”, señaló Jane Sykes, profesora de medicina veterinaria en la Universidad de California-Davis.
En su columna en The Washington Post, la especialista mencionó que existe el término “noche de tres perros”, acuñado por aborígenes australianos para describir una noche tan fría que se necesitaban tres canes para entrar en calor.
Hoy, pese a la calefacción y a las puertas cerradas, alrededor de la mitad de los dueños de animales todavía comparten la cama con ellos. Para la especialista, en la mayoría de los casos esto “es perfectamente normal”.
Sin embargo, advierte que también puede perturbar el descanso, aumentar el riesgo de alergias y facilitar la llegada de pulgas, garrapatas o gérmenes a la cama.

Los beneficios de dormir con mascotas
En algunos casos, esta práctica puede ser positiva.
Sykes recuerda que “los perros de servicio adiestrados pueden aliviar las pesadillas aterradoras de las personas con trastorno de estrés postraumático”.
También puede reducir la ansiedad, la soledad y favorecer la salud cardiovascular, incluyendo la disminución de la presión arterial.
¿Y el sueño?
Ahí está el problema. Según Allison Brager, investigadora de los ciclos de sueño en la Academia Militar de EE.UU., “cualquier beneficio para la salud del contacto con mascotas probablemente se vea anulado si no se consigue un sueño reparador y de calidad”.
Los gatos suelen ser más disruptivos porque son nocturnos, mientras que los perros pueden moverse mucho durante la fase REM.

“Si tienes un perro que se mueve bruscamente mientras sueña, tu sueño podría verse interrumpido hasta 20 veces por noche”, señaló Sykes.
Aun así, si se duerme mal, la presencia de una mascota no necesariamente empeora la situación, e incluso podría mejorarla en mujeres y personas con dolor crónico, que encuentran calma al dormir con ellas.
Riesgos para la salud
Más allá del descanso, los animales pueden traer caspa, esporas de moho, pulgas, garrapatas o bacterias.
“Dormir juntos podría aumentar el riesgo de infecciones bacterianas en personas inmunodeprimidas y con heridas abiertas o dispositivos médicos”, advirtió la veterinaria. Y, por seguridad, no se recomienda que lo hagan con guaguas.
Cómo hacerlo más seguro
Si decides compartir la cama con tu mascota, Sykes recomienda contar con un espacio lo suficientemente grande, mantener la pieza entre 18 y 20 °C, lavar la ropa de cama semanalmente y bañar regularmente a los animales.

En el caso de los gatos, se puede pasar un paño húmedo antes de dormir para reducir la caspa y la saliva.
Además, aconseja tener un plan de prevención de parásitos y crear rutinas nocturnas que ayuden a las mascotas a calmarse.
Y si persisten los problemas de sueño, la solución puede ser simple: mover a tu compañero peludo a su propia cama, dentro o fuera de la habitación.
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