Picaduras de abejas: cómo reconocer si soy alérgico y de qué forma actuar

Picaduras de abejas: cómo reconocer si soy alérgico y de qué forma actuar.

La exposición al aire libre en estas fechas, al visitar piscinas o áreas naturales, lleva a que las picaduras de abejas se vuelvan más frecuentes que en el resto del año. En algunos casos, estas lesiones pueden desatar efectos riesgosos para la salud.


Sufrir una picadura de abeja es algo que le podría ocurrir a cualquiera. En la mayoría de los casos las consecuencias no pasan a mayores y queda en un recuerdo desagradable, pero cuando las personas son alérgicas a estas picaduras, el evento puede ser peligroso e incluso mortal.

Eso fue lo que le sucedió a Germán Mora. El terapeuta, de 46 años, falleció el 7 de enero en la comuna de Vilches, región del Maule, tras ser picado por una abeja y sufrir un shock anafiláctico.

Aquel día, Germán se encontraba en un camping para pasar un día de piscina junto a su pequeño hijo. Todo iba normal hasta que uno de estos insectos inyectó su veneno en su piel. En cosa de minutos, su estado se agravó y cuando la ambulancia llegó, nada se podía hacer. Pese a los esfuerzos, no lograron reanimarlo.

Cómo reconocer si soy alérgico a picaduras de abejas

Cuando las temperaturas suben, en las épocas de primavera y verano, las abejas incrementan su actividad pues es cuando hay más cantidad de flores para recolectar el polen o néctar.

Dado que muchas personas incrementan su exposición al aire libre en estas fechas, al visitar piscinas o áreas naturales, las picaduras se vuelven más frecuentes que en el resto del año.

Por lo general estos polinizadores no actúan de manera agresiva. En realidad, es cuando sienten que están bajo amenaza, al estar solos o en su nido, que se defienden atacando y depositando su veneno (llamado apitoxina).

Las abejas pueden atacan cuando se sienten amenazadas.

Ante la sospecha de ser alérgicos hay un test que permite identificarlo, denominada IgE (inmunoglobulina específica) y que se realiza a partir de una muestra de sangre que se obtiene del brazo de cada persona.

Otra forma de determinarlo es a través de pruebas cutáneas, donde se inyecta una ínfima cantidad del veneno de la abeja en el brazo. En el caso de que el paciente presente alergia, la zona presentará hinchazón y enrojecimiento. Las dos opciones pueden usarse de forma complementaria.

Cuáles son los efectos de las picaduras de abejas

El veneno de una picadura de abeja puede provocar síntomas pueden ir desde leves hasta graves. De acuerdo a Mayo Clinic, cuando es reacción alérgica leve, las personas experimentan dolor punzante, enrojecimiento y una ligera hinchazón en la zona lesionada.

“Si me pica en un brazo, lo esperable es que tenga una zona enrojecida de unos dos a tres centímetros. Pero si en vez de esa lesión delimitada tengo un aumento de volumen de toda la extremidad, con bastante picazón y dolor, es posible sospechar indirectamente que soy alérgico a la picadura de este insecto”, asegura a La Tercera Ricardo González, urgenciólogo de Clínica Alemana.

Cuando se trata de una reacción alérgica grave -llamada anafilaxia-, aparecen síntomas como dificultades para respirar, hinchazón de la garganta, inflamación de la lengua, mareos y vómitos. En el peor de los casos, un shock anafiláctico, donde hay una baja de la presión arterial y que puede terminar siendo mortal.

El tiempo que tardan en presentarse los síntomas es casi instantáneo. “Si soy alérgico y me expongo al veneno de picadura de abeja, mi respuesta va a ser inmediata, por lo tanto me puedo demorar desde segundos a minutos en presentar una reacción de cualquier tipo”, recalca González.

Los efectos de una picadura de abeja pueden ser leves a graves.

Cabe recalcar que los pacientes que han tenido una reacción alérgica en el pasado, después de haber recibido el veneno de la abeja, tienen más posibilidades de que a futuro vuelvan a presentar la misma respuesta o peor tras vivir otra picadura.

Por lo mismo, es esencial que esas personas constantemente lleven con ellas un método de prevención que las puede salvar de los casos de emergencia: un autoinyector con epinefrina (adrenalina), medicamento que permite disminuir la respuesta anafiláctica del cuerpo y que debe ser indicado por un médico.

De acuerdo al urgenciólogo de la Clínica Alemana, las muertes por picaduras de abejas no son recurrentes.

“Todo dependerá del lugar donde suceda y la rapidez con que se recurre a un centro asistencial. Si el paciente tiene una alergia conocida a estas picaduras, cuenta con antecedentes de shock anafiláctico, está lejano a un centro asistencial o no anda trayendo su epinefrina, aumenta el riesgo de muerte”, afirma.

De qué forma actuar

El criterio para responder después de haber sufrido esta lesión va a depender de cada caso. Lo primero es alejarse del área donde está rondando el insecto y extraer el aguijón de la piel con mucho cuidado, para lo cual se puede usar la uña o un objeto romo como una tarjeta.

Otro paso importante es lavar la zona afectada de la picadura con agua y jabón, y luego, poner un paño frío o hielo. En los días posteriores no hay que rascar.

En el caso de quienes ya cuentan con antecedentes de presentar una reacción alérgica grave a las picaduras, actuar con rapidez puede ser crucial para evitar que los efectos más peligrosos se desencadenen.

En los días posteriores a la picadura de abeja, no se debe rascar el área lesionada.

Si comienzan a reflejarse los síntomas de una anafilaxia, el paciente debe utilizar la epinefrina y llamar de inmediato a una ambulancia o acudir al servicio de urgencias más próximo, para así estar bajo la supervisión de profesionales de la salud.

Durante las salidas al aire libre también se pueden tomar algunas precauciones para evitar ser picado por estos insectos, tales como:

  • Alejarse de las zonas donde se concentren abejas, panales o nidos.
  • Evitar acercarse a las áreas donde hayan muchas flores.
  • Sacudir bien la ropa, zapatos y asientos que estén en el exterior.
  • No molestar a las abejas, espantarlas ni intentar asesinarlas.
  • Usar sandalias en lugares donde abunda el pasto o cerca de la piscina, en lugar de andar descalzo.

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