
Crítica de discos: la eternidad de Robert Plant, la antesala de Fleetwood Mac y la frontalidad de Biffy Clyro
Las novedades discográficas de estos días tienen a dos héroes de los 70 bajo el prisma actual: el inoxidable Robert Plant y el proyecto Buckingham Nicks que significó el preámbulo de la era más exitosa dew Fleetwood Mac. Pero los actuales Biffy Clyro también aportan lo suyo.

*Robert Plant - Saving grace
Entre los aullidos siderales que parieron a varias generaciones de cantantes blancos pelilargos, a este señor de la música de 77 años que encamina la voz y su entorno creativo con dulzura y solemnidad, se registra una de las carreras solistas más respetables y señeras bajo el paraguas del rock.
Acompañado de la cantante Suzi Dian, Saving Grace es la banda soporte de Robert Plant. Junto a ellos registró en los últimos seis años en diversos estudios, esta colección de versiones sujeta a su paladar musical históricamente proclive a piezas semi olvidadas -joyas polvorientas del siglo pasado-, que integran la genealogía primitiva de la cultura que solidificó como el cantante de Led Zeppelin.
Son diez cortes mayoritariamente acústicos de primoroso enrejado folk -los cuatro músicos destilan gusto y elegancia-, con el artista en actitud generosa hacia su compañera de bello registro, que se apropia grácil de títulos como Too far from you, de perfecta arquitectura entre secuencias acústicas y eléctricas. Hay excepciones como Never will marry, de vibraciones fúnebres, donde el astro brilla solitario a pesar del coro que le circunda. Saving grace, producido como colectivo, reitera el talento de Robert Plant para labrar su presente y futuro remodelando el pasado, una constante en su trayectoria.
*Biffy Clyro - Futique
Cuesta creer que la voz desesperada, a ratos gutural, y siempre saturada en la banda de metal alternativo Empire State Bastard, sea el mismo portento melódico que modela a Biffy Clyro, gracias a Simon Neil (46). El líder del trío escocés se desdobló en aquel proyecto más extremo junto a Mike Vennart, guitarrista en vivo de Biffy Clyro, y el maestro Dave Lombardo en batería.
Como si hubiera purgado demonios y desazón, este décimo álbum después de cinco años sin nuevas canciones, es conciso y directo, sin adornos y centrado por completo en las cualidades compositivas, antes que las florituras instrumentales.
En ese sentido, Futique es un álbum de rock paradigmático de este siglo donde la voz -como símbolo del individualismo reinante por sobre la idea del colectivo-, pivota las canciones.
El álbum arranca urgente en A little love, con Simon Neil tomando inmediato control de la situación, con un empuje melódico irresistible, pegajoso, de bordes publicitarios. La velocidad aumenta en Hunting season y persiste en True believer con sus curiosos interludios instrumentales -un glockenspiel por ahí-, salpicando un portentoso riff casi como un chiste. Goodbye incluye manotazos a U2 en formato estadio, como Friendship expone al líder en sus máximas capacidades melódicas.
*Buckingham Nicks - Buckingham Nicks
En septiembre de 1973 se publica esta única entrega de Lindsey Buckingham y Stevie Nicks antes de aterrizar en Fleetwood Mac. El álbum fue retirado de circulación tras su fracaso comercial, un paradójico destino considerando que un par de años más tarde ambos se convirtieron en el eje creativo de una de las bandas más exitosas del planeta.
El repertorio alterna canciones de Nicks y Buckingham, más un par de instrumentales. La cantante exhibe su veta onírica y poética en Crying in the night, Long distance winner y la primera versión de Crystal, que Fleetwood Mac inmortalizaría en 1975.
El guitarrista y vocalista despliega su destreza melódica y características configuraciones cristalinas como instrumentista en Don’t let me down again y Without a leg to stand on. El cierre con la extensa Frozen love -la única coautoría-, anticipa el dramatismo y la tensión definitoria en la futura química del dúo, como reyes del soft rock. Grabado en los Sound City Studios bajo la producción de Keith Olsen, se transformó en carta de presentación cuando Mick Fleetwood escuchó aquel último corte. Fascinado con la guitarra de Buckingham, lo invitó a unirse a Fleetwood Mac. Lindsey aceptó con la condición de incluir a la cantante como un paquete indivisible. Buckingham Nicks es el prólogo algo imperfecto de un destino colosal.
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