El regalón de Claudio Bravo

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Ariel Cho, el niño que con nueve años recibe entrenamiento a distancia de Roberto Navajas, expreparador del capitán de la Roja, cuenta la estrecha amistad que tiene con su ídolo.



Ariel Cho les cuenta a sus compañeros de curso que es amigo de Claudio Bravo. Al pequeño arquero, que con nueve años realiza sus primeras atajadas en Colo Colo y que trabaja a distancia con Roberto Navajas, quien preparó al capitán de la Selección en la Real Sociedad, pocos le creen. Les cuesta imaginarse a un arquero de nivel mundial intercambiando opiniones con uno que recién se inicia. "Es mi amigo y también mi arquero favorito. Con Claudio nos conocimos en El Uno Campus. Desde los tres años empecé a entrenar y cada vez que hace clínicas participo en ellas. Es buena onda conmigo. Me manda fotos y temas de entrenamientos", dice el pequeño a La Tercera, poco después de haber terminado uno de sus entrenamientos, a cargo de Joaquín Aguayo, el profesor que se encarga de implementar Zero Gravity, el modelo que Navajas diseñó en España y que pretende replicar en otros guardametas a nivel nacional y mundial.

Hace dos años, el niño comenzó a participar en cada una de las clínicas que Bravo ofrece en Chile. Desde ese momento, el capitán de la Roja le dedica especial atención.  El arquero del Manchester City lo estimula permanentemente a seguir desarrollándose. También la da regalos, como el par de guantes que le obsequió y que Ariel cuida como un auténtico tesoro. Tienen fotos y videos juntos. Bravo le pide comentarios de los progresos que experimenta. También le pregunta por sus estudios en el Nido de Águilas.

La materia deportiva es responsabilidad de Joaquín Aguayo, el preparador que trabaja en Chile con el pequeño, siempre bajo el alero de Navajas, quien controla las sesiones a través de videoconferencia. "No hay que perder de vista que Ariel sigue siendo un niño. Yo conocía a su madre y él es súper apasionado por el arco. Y tiene la posibilidad y las ganas de entrenar aparte de lo que hace en Colo Colo. Es un complemento que lo ayuda a desarrollarse, porque tiene muchas ganas de aprender. Aparte, lo pasa súper bien, que es importante a una edad tan temprana. Le pregunto si está contento en el entrenamiento", dice el preparador, quien no logró llegar al profesionalismo, aunque se formó en Antofagasta.

De hecho, las temáticas de entrenamiento las van acordando en conjunto. "Hasta jugamos Play después de los entrenamientos. Muchas veces se hace un ejercicio que tiene distintas variantes y después le pido qué agregar. Son ejercicios que se transforman en juego. Se ríe, bromea, sugiere", describe el entrenador.

En Colo Colo se sorprenden con el revuelo en torno al proyecto de guardameta. "Hay que tener cuidado porque puede darse que a los 15 años tengamos a un chico saturado de entrenar. Sabíamos que había trabajado con Julio Rodríguez también. Ahora, a los nueve, lo que corresponde es que juegue, que disfrute, que practique otros deportes y que estudie. En definitiva, que haga lo que hace cualquier niño de su edad", dice Francisco Huerta, quien lo tiene a cargo en la categoría Sub 9 del Cacique. El estratega añade que recién a los 14 años se puede determinar si un arquero tiene proyección para ser profesional. En el Cacique los trabajos específicos para arqueros recién comienzan a los 12 años. Es decir, tres más que los que Cho tiene actualmente.

Ariel, entusiasmado, luce lo que ha aprendido. También las novedades del método de trabajo de Navajas y Aguayo. "Lo paso bien. Trabajamos con distintas cosas, como pelotas de tenis y vamos repasando todo, como las tomadas o los piques. Joaquín graba todos los entrenamientos. Roberto me dice que lo hago bien. Desde el miércoles empezamos a hablar y ahora todos los días. Me corrige muchas cosas. Entrenamos algunas veces en el gimnasio y casi siempre en la cancha. En un arco profesional", detalla. Todo con el afán de seguir creciendo en el camino a transformarse en un futbolista profesional y a emular a su máximo referente.

Bravo, eso sí, no es el único modelo que sigue. "Antes me gustaba (Gianluigi) Donnarumma, pero ahora no tanto. Y sigo lo que hace Ter Stegen, que también es un gran arquero, como Claudio", insiste, sin dejar jamás de mencionar a su auténtico ídolo. "Me gustaría jugarn en Colo Colo y en la Selección, como Bravo", dice ilusionado, mientras vuelve a casa para tomarse la leche y seguir soñando.

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