Fiscal en caso de Antonia Barra: su muerte “permitió vislumbrar una serie agresiones sexuales propiciadas por el mismo imputado a otras víctimas”

Este martes el Ministerio Público formalizará a Martín Pradenas, imputado de violar y abusar a cinco mujeres. El último caso que se le imputa es el de Antonia Barra, joven de Temuco que se suicidó semanas después contar a sus amigos que había sido violada por el imputado en una cabaña en Pucón, para las Fiestas Patrias del año pasado.


Antonia Barra (20) se suicidó luego de contar a sus cercanos que Martín Pradenas (28) la había violado en una cabaña en Pucón, para las Fiestas Patrias del año pasado. Según la investigación de la fiscalía, Pradenas la abordó en una discoteque, fueron al estacionamiento de un supermercado y después, cerca de las 7.00, con ella caminando con dificultad (como está registrado en cámaras de seguridad), llegaron a la cabaña donde la habría atacado. Con su muerte, otras seis mujeres y un hombre han denunciado haber sido víctimas de la misma persona, quien será formalizado por cinco de estos casos el próximo martes.

La experiencia vivida por la estudiante de Ingeniería Comercial movilizó a Temuco e hizo que otras personas que habrían pasado por situaciones similares, y en que se repite el nombre de Martín Pradenas, lo acusaran. Así, a dos días de su muerte, una joven denunció ante la policía que a los 13 años -entre diciembre de 2012 y enero de 2013- habría sido abusada por el mismo imputado. Poco después llegó otra acusación.

El martes 21, a las 9.00, se va a formalizar la investigación contra el imputado Martín Pradenas, en la cual se le van a comunicar los cargos que está investigando el Ministerio Público y que están relacionados con cinco hechos distintos que dicen relación con cinco agresiones sexuales a víctimas distintas. Estos hechos van desde un abuso sexual a mayor de 14 años hasta delito de violación, se le van a imputar dos delitos de violación y además un abuso sexual a una menor de 14 años”, dijo a La Tercera PM el fiscal de Temuco, Miguel Ángel Rojas.

Además, dijo Rojas, “la causa tiene características especiales, porque el caso de Antonia Barra se originó y se denunció luego de su lamentable fallecimiento. A pesar de estas lamentables consecuencias, el caso de Antonia permitió vislumbrar una serie de atentados y agresiones sexuales que fueron propiciadas por el mismo imputado a otras víctimas y que nos han permitido llevar adelante esta investigación, contando con esas víctimas y que nos ha dado fuerza y poder recopilar una serie de antecedentes que nos permiten ratificar que cada uno de esos hechos han sucedido a juicio del Ministerio Público”.

El primer delito que le imputa la fiscalía es de noviembre de 2010. Se trata de una niña que en esa época -según declaró a la PDI- estudiaba en el Liceo Camilo Henríquez de Temuco, donde era compañera de colegio de Pradenas.

Un día, Pradenas faltó a clases. Ella le había prestado unas guías y cuando se las pidió de vuelta, su compañero le dijo que fuera a buscarlas a su casa. Según la denunciante, Pradenas la hizo esperar, luego la llamó desde una de las piezas y cuando la presunta víctima entró, fue atacada. Justo en ese momento la mamá del joven lo llamó y le dijo que iba en camino. “Había que hacerla corta”, fue la reacción del imputado tras colgar. En ese momento, la menor escapó.

Aparte de la violación a Antonia Barra, la fiscalía le imputa otra que habría ocurrido el 23 de noviembre de 2018. El testimonio que sustenta estos cargos fue entregado a la PDI el 17 de octubre de 2019. Según la joven, todo ocurrió en un cumpleaños. Sostuvo que esa noche tomó varias piscolas, pero nunca antes le había pasado que no se acordara de nada. Al otro día amaneció adolorida, con un moretón en la muñeca y rasguños en la espalda. Luego, una amiga le dijo que en la noche había sido descubierta por la dueña de casa teniendo relaciones sexuales con Pradenas dentro de una bodega. Le contó a su madre, quien le contestó que tenía que tener cuidado con el trago. Pidió ir a un hospital para tomar la “pastilla del día después”. Declaró que no quiso hacer la denuncia, porque pensaba que era su culpa. Pradenas habría tomado fotos del episodio y compartido con un grupo de amigos a través de WhatsApp.

Pesa a las reiteradas acusaciones en su contra, Martín Pradenas declaró el 14 de noviembre y el 21 de enero ante el fiscal Miguel Ángel Rojas y nunca reconoció haber cometido delito.

La audiencia

La formalización se realizará vía remota, a través de Zoom. “Eso no va a ser impedimento para que ninguna de las partes presente e incorporen elementos que van a sustentar cada una de sus pretensiones. El Ministerio Público, a lo largo de toda esta investigación, ha recopilado una serie de antecedentes que van desde videos, audios que perfectamente se van a poder reproducir y que van a servir de elementos fundantes para la solicitud de cautelares que se va a hacer en esa audiencia”, aseguró el fiscal.

Entre esas pruebas hay varias conversaciones de Antonia Barra por WhatsApp, como cuando le escribió a sus amigos que la fuera a buscar a la cabaña y les dijo: “Toy violada”. También hay audios en la misma línea.

En la Fiscalía de Temuco se habilitó un espacio especial para llevar a cabo este tipo de audiencias, donde Rojas estará acompañado por un funcionario que lo va a ayudar a incorporar estos elementos y compartirlos con los otros intervinientes.

El padre de Antonia, Alejandro Barra, y quien es querellante en la causa, dijo que “a pesar de que solicitamos una formalización de forma presencial y se resolvió mantenerla vía Zoom, que nos pone en desventaja para presentar pruebas, esperamos que dichas pruebas sean convincentes de igual manera por video”. En ese sentido, indicó que “afortunadamente existen múltiples pruebas respaldadas por videos, audios, textos y declaraciones como tráficos telefónicos”.

Además, señaló que “como querellantes solicitaremos como medida cautelar la prisión preventiva”.

De acuerdo a Barra, “el último video manifiesta el nulo consentimiento en el cual se basa la defensa (de su hija caminando junto a Pradenas hacia la cabaña), es la evidencia del estado en el cual se encontraba mi hija, sin ninguna fuerza para moverse y negando siempre lo que le iba a realizar”.

Dijo que “ella nunca le contó a sus amigos el trayecto de 1,5 km que tuvo que caminar, ni detalles de ese episodio, pero sí dijo ‘no se cómo llegué a esa cabaña’. Por lo tanto, la única respuesta coherente es que estaba drogada porque ella jamás habría caminado y si hubiese estado consciente tampoco habría dejado que la lleven a las 7.30 a un rincón de la calle y dejar que nadie le practique sexo oral. Eso fue el primer delito que quedó grabado”.

Defensa

El abogado de Pradenas, Gaspar Calderón, en tanto, señaló que su representado continúa sosteniendo la versión que dio a la fiscalía. “Martin Pradenas mantiene su decisión en orden a no reconocer delito ninguno y lo hace desde la convicción que los hechos son diferentes a como se han divulgado profusamente convirtiendo la acusación en símbolo de depredación sexual, hostilidad de género y venganza social”.

De acuerdo a un informe de la PDI, Pradenas tenía un modus operandi: aprovechaba elementos situacionales con proximidad física en espacios recreativos y sociales. Además, el documento apunta a que tiene rasgos de personalidad en la línea de la sicopatía, como egocentrismo y baja empatía.

Según Calderón, “él sabe perfectamente que las medidas cautelares pueden llegar a prisión preventiva y, sin embargo, es en esta confianza de su inocencia que se presentará a la hora prefijada para la audiencia de formalización”.

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