Santiago a media marcha

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Con solo una línea de Metro en funcionamiento, alrededor de 20 mil personas sin asistir a trabajar, 43 de 52 comunas sin clases en los colegios y todas las universidades cerradas. Así fue el primer día hábil que se vivió en la RM desde que comenzaron los graves hechos el pasado viernes. Sin embargo, según las cifras oficiales, los pillajes de mayor envergadura y atentados disminuyeron en comparación con el domingo, y las manifestaciones aumentaron en cantidad, según los alcaldes. Algunos de estos últimos advirtieron desabastecimiento.


La ciudad que ayer despertó con los santiaguinos fue muy diferente a la del viernes, el último día hábil laboral previo a que se iniciaran las masivas manifestaciones, que derivaron en saqueos y desmanes. A raíz de esto, el gobierno decidió decretar estado de emergencia en Santiago y luego la autoridad militar designada decidió aplicar toque de queda en gran parte de la Región Metropolitana. Durante el fin de semana, los hechos de violencia se trasladaron a provincias y hasta el domingo en la noche ya eran 11 las zonas que se encontraban en estado de excepción.

El transporte fue una de las áreas que más se resintieron en Santiago, ya que el Metro fue blanco de diversos ataques durante el fin de semana y 80 estaciones presentan algún tipo de daño. La Línea 1 fue la única que estuvo operativa durante la jornada, aunque funcionó de manera parcial. A lo menos cuatro estaciones debieron cerrar debido a desórdenes en el exterior, y el servicio solo estuvo operativo hasta las 18.30. Las otras seis líneas del tren subterráneo no funcionaron y, según han indicado las autoridades, podrían pasar meses antes de que vuelvan a estar operativas.

Este estrés trajo una serie de consecuencias en el ámbito laboral. Según el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, cerca de 20.000 personas no pudieron asistir a sus puestos de trabajo debido a los saqueos, sumado a los trabajadores que fueron liberados de sus funciones más temprano por el toque de queda -que ayer inició en Santiago a las 20.00- y que la mayor parte de las cadenas de retail no pudieron abrir sus puertas. En tanto, desde la Dirección del Trabajo registraron 2.275 ausentismos o retrasos.

En sectores de la zona oriente se registraron filas para poder comprar insumos. En algunos supermercados de Ñuñoa, incluso, se permitía solamente el ingreso de 20 personas a la vez.

Además, y en un hecho inédito al menos desde 1990, todas las universidades optaron por suspender sus clases. La misma situación se repitió en los colegios de 43 comunas de la Región Metropolitana.

También se exhibió una diferencia con lo ocurrido el fin de semana. Los saqueos y ataques incendiarios aminoraron. Mientras el sábado ocurrieron los atentados más graves contra el transporte público y el domingo el gobierno contabilizó 71 hechos graves (que incluyen pillaje de mayor envergadura y atentados) a nivel nacional, ayer se contabilizaban 32. En Santiago, la brecha fue aún mayor, ya que el domingo se contabilizaron 61 hechos graves y ayer la cifra fue de nueve.

Un escenario que cada zona capitalina vivió de distinta forma. Rodolfo Carter (ind.), alcalde de La Florida, señaló que "las manifestaciones fueron menos masivas que en días anteriores. Hechos violentos no han ocurrido hasta ahora, sin embargo, quiero pedir ayuda. Está a punto de colapsar el sistema de abastecimiento de comida. Tenemos la mayoría de los supermercados quemados o saqueados. El gobierno tiene que dejar de improvisar".

Para la alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro (DC), se trata de "una situación súper difícil. Menos que ayer, pero estamos preocupados. Estamos preocupados de cuidar lo que queda y hay desabastecimiento. No tenemos supermercados y hoy no tuvimos cajeros automáticos".

Germán Codina (RN), edil de Puente Alto, dijo que "lo que se siente hoy día es que la situación es similar a lo vivido ayer. Más gente se manifestó durante estos días, siento que hay energía que va in crescendo. En algunos sectores ya existe desabastecimiento, pero esto puede empeorar".

Desde la Municipalidad de Ñuñoa indicaron que durante la jornada no se registró ningún acto vandálico o saqueo y descartaron que se encuentren en presencia de un escenario de desabastecimiento. "Plaza Ñuñoa ha sido un punto de reunión pacífico. Como comuna comprendemos las justas demandas de quienes han salido a nuestras calles", dijo el alcalde Andrés Zarhi. Además, cifraron en alrededor de 10 mil los manifestantes.

Pese a que los saqueos ayer experimentaron una disminución, la contingencia de la ciudad estuvo marcada con la presencia de marchas masivas en distintos puntos de la capital. Según reconocen fuentes de gobierno, se registró la mayor convocatoria desde que se agudizaron las protestas el viernes en la tarde.

Según fuentes policías, los principales centros de reunión fueron Plaza Italia, Plaza Ñuñoa, las cercanías de La Moneda y Plaza de Maipú.

Si bien durante gran parte de la jornada las manifestaciones se desarrollaron de forma pacífica y solo en Plaza Italia -según estimación de la Municipalidad de Santiago- acudieron cerca de 20 mil personas, alrededor de las 17.00 un grupo de 50 individuos comenzó a realizar disturbios e intentó destrozar parte del mobiliario público. A raíz de esto se lanzaron bombas lacrimógenas y personal de Carabineros realizó detenciones. Hasta el cierre de esta edición aún no existía información sobre el número de detenidos.

Al respecto, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri (RN), indicó que "ha habido disturbios aislados, se respira más tranquilidad. Han aumentado las manifestaciones pacíficas, lo que yo celebro. Todos tenemos derecho a manifestar lo que nos angustia". El edil añadió que "no se ha producido desabastecimiento, salvo que todos los supermercados están cerrados".

Otro episodio ocurrió en Las Condes, específicamente en Av. Apoquindo a la altura de Escuela Militar. Un grupo de manifestantes que estaba en Baquedano decidió marchar hacia Manquehue y cuando gran parte de la columna ya había cruzado Av. Américo Vespucio, un grupo de uniformados salió desde la Escuela Militar y se instaló en la calzada para cortar el tránsito y el paso de manifestantes. El resto de las personas fue interceptada por los efectivos del Ejército a la altura de Manquehue y con cuatro tanquetas los obligaron a retroceder.

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Avenida Poquindo. Foto: Agenciauno[/caption]

Toda esta situación en Las Condes también provocó enfrentamientos entre militares y asistentes a la marcha. Según se reportó en redes sociales, se habrían registrado disparos de balines. Cuando comenzó el toque de queda entró en acción el carro lanzaguas y usaron gases lacrimógenas. Con eso se dispersaron los manifestantes.

Plaza Italia: el epicentro

Miles de personas llegaron ayer hasta Plaza Italia para manifestarse. Colmaron desde el Parque Forestal al poniente y desde Providencia con Eliodoro Yáñez al oriente. Parque Bustamante y Bellavista, de sur a norte.

Los asistentes caminaron por la calzada sur de la Alameda, desde el sector Los Héroes. Si bien en el Palacio de Gobierno había un fuerte resguardo, el principal foco de enfrentamiento fue otro. En Santa Lucía y Universidad Católica, encapuchados se enfrentaron con los efectivos de Carabineros y del Ejército que se encontraban custodiando las inmediaciones. Todo eso derivó en decenas de personas con heridas de distinta magnitud, que fueron trasladadas hasta distintos centros asistenciales.

Mientras la violencia se tomó los extremos de la manifestación, la gran mayoría de los presentes se mantuvo ajena a la violencia y se dedicó a tocar la cacerola y gritar consignas.

Además, un centenar de uniformados instalados en Providencia con Eliodoro Yáñez evitaron el paso de personas que pretendían llegar hasta la Estación Tobalaba.

Plaza Ñuñoa

Por cuarto día consecutivo, ayer la Plaza Ñuñoa se convirtió en el punto de convocatoria de un grupo de vecinos que se congregó protestar.

Además del tradicional "cacerolazo", algunos llevaron tambores, panderos y güiros.

María de la Luz Romo asistió por segunda vez consecutiva a manifestarse junto a su familia. "Vengo con mis hijos a protestar después de muchos años que no lo hacía y no veía esto en el país", explicó.

"Todos estamos peleando por la misma causa y estamos aburridos de una serie de injusticias", sostuvo, por su parte, Patricio Carvajal.

A solo dos cuadras del lugar, militares se encontraban resguardando la Estación de Metro Chile-España. En jornadas anteriores, se había registrado desmanes con la quema de ve-hículos de una automotora.

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