Elizalde descartó que apoyo otorgado por la UDI y Evópoli para liderar el Senado se deba a su “influencia” para asegurar la sobrevivencia del bicameralismo

El presidente de la Cámara Alta detalló que existió un “acuerdo implícito” con dichas bancadas “solo para elegir cuál va a ser la mesa de la corporación” y que no representa una decisión respecto a las convicciones personales en futuras votaciones de proyectos o iniciativas. En cuanto a una tercera opción en el plebiscito de salida, recalcó que “pretender que la actual Constitución subsista, no es un buen camino”.


“Yo no me voy a pronunciar al respecto”. Con estas palabras, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, declinó referirse a la polémica que surgió en los partidos de oposición, donde se habla de un quiebre en Chile Vamos, luego del apoyo que le brindaron al timonel socialista los partidos como la UDI y Evópoli para que éste presidiera la Cámara Alta.

Pese a ello, el parlamentario socialista detalló que hubo un “acuerdo implícito” con dichas bancadas, para así obtener los votos necesarios para liderar la mesa del Senado.

“Producto de la dispersión en que compitieron las fuerzas progresistas en la última elección parlamentaria, se produjo por un lado una atomización de las fuerzas políticas en la Cámara de Diputados, y en el Senado un virtual empate. Ante eso, teníamos que ponernos de acuerdo quién iba a dirigir la corporación. Había un acuerdo implícito, de que habiendo un empate tenían que haber dos años para las fuerzas progresistas y dos años para las fuerzas conservadoras. Teníamos que ponernos de acuerdo quién partía”, reveló Elizalde en Tolerancia Cero.

En este sentido, prosiguió señalando que “había una alternativa, que era tirar una moneda al aire y otros creíamos que era necesario un acuerdo solo para elegir cuál va a ser la mesa de la corporación (…) En ese contexto, hubo fuerzas que estuvieron disponibles a concurrir un entendimiento que significara construir una amplia mayoría para dar estabilidad a la mesa que conduzca el Senado y sobre todo en condiciones de ecuanimidad”.

Al respecto, enfatizó que la elección tiene que ver con la mesa de la corporación, y no se está decidiendo cómo se votará respecto de los proyectos o iniciativas que se van a presentar en el Senado, puesto que “cada uno lo seguirá haciendo desde su visión y sus convicciones”.

Defensa al bicameralismo

Consultado en torno al debate sobre el diseño que tendrá el poder Legislativo, tras las definiciones que han surgido en la Convención Constitucional respecto al bicameralismo, el presidente del Senado afirmó que dicha facultad deberá ser determinada por el órgano redactor, aunque desde su opinión y perspectiva apuntó que la Cámara Alta aporta a que “la voz de las regiones sea considerada en el proceso legislativo”.

Los convencionales son los que tienen el mandato ciudadano para redactar la nueva Constitución y yo voy a ser siempre muy respetuoso con ese mandato (…) Pero yo creo que efectivamente se requiere en el proceso legislativo considerar la voz de las regiones y de los territorios, porque una Cámara que sólo se elija conforme a la distribución demográfica de los ciudadanos tiende a legislar pensando solo en Santiago o solo en los centros urbanos, por tanto, la cámara territorial, que es el rol que históricamente ha cumplido el Senado, permite que la voz de las regiones sea considerada en el proceso legislativo”, aseveró, añadiendo que “creo que, si se va a optar por un sistema presidencial, se requiere un mecanismo de contrapeso que impida que el poder esté concentrado en pocas manos. En tercer lugar, creo que el proceso de revisión recíproca de las leyes permite mejorarlas desde el punto de vista técnico”.

En este aspecto, defendió la labor que desempeña el órgano que representa y lidera, ejemplificando con las votaciones de proyectos emblemáticos durante los últimos cuatro años entre ambas cámaras, tales como el TPP-11 y la reforma tributaria.

“Que se analice lo que sin ir más lejos lo que el Senado tuvo que votar en los últimos cuatro años con Sebastián Piñera de presidente. Doy un ejemplo, el TPP-11 fue aprobado por la Cámara de Diputados, pero el Senado dijo que le diéramos una pausa reflexiva para ver qué pasa, y aún sigue pendiente. En segundo lugar, la reforma tributaria que se había aprobado en la Cámara disminuía la recaudación fiscal en 800 millones de dólares. El proyecto que se aprobó en el Senado lo aumentó en 2 mil millones de dólares”, refrendó.

Por su parte, el parlamentario aseguró que nunca se explicitó en las conversaciones sostenidas con miembros de la oposición que la UDI y Evópoli hayan votado por él para liderar el Senado por su supuesta influencia para asegurar la “sobrevivencia del bicameralismo” y moderar a la Convención Constitucional.

“Yo soy contrario a defensas corporativas, (…) pero si me preguntan mi opinión, me parece que el bicameralismo enriquece el proceso legislativo”, acotó, agregando que “nuestro apoyo al Gobierno del presidente Boric responde a convicciones (…) Esas convicciones no pueden ser relativizadas por el debate que se da respecto del bicameralismo y el unicameralismo”.

En cuanto al consejo territorial que propuso el órgano encargado de redactar la futura Carta Fundamental, Elizalde insistió en que “debe existir una segunda cámara que represente a los territorios (…) Las distintas alternativas tienen que ser puestas sobre la mesa, pero si se opta por una segunda cámara, ésta no puede ser meramente decorativa, debe tener la posibilidad de que su voz sea considerada en los procesos legislativos relevantes”.

“Que la actual Constitución subsista me parece que no es un buen camino”

Referido a si es partidario de una tercera opción en el plebiscito de salida, que pudiese “descomprimir” la eventual polarización que pudiera generarse entre el apruebo y el rechazo, el timonel del PS recalcó su posición en torno a que cualquier alternativa que se escoja debe ser opuesta a mantener la actual Constitución de 1980, tal como lo suscribió el 80 por ciento de los votantes en el reciente plebiscito de 2020.

“No sé si es la mejor alternativa cuando hay un acuerdo concreto respecto de cómo se va a desarrollar este proceso constituyente (…) Sí creo que el plebiscito de entrada da cuenta de que la alternativa para quienes no les guste la Constitución que proponga la Convención no puede ser el volver a la Constitución del 80. Hay una especie de derogación tácita en el 80/20 que es muy categórico y que no se puede desentender. Esta no puede ser la alternativa respecto de quienes legítimamente pudieran no sentirse interpretados por el texto que proponga la Convención”, expresó.

Respecto a lo mismo, prosiguió indicando que “no me parece que una tercera alternativa sea la mejor fórmula. No vamos a ser nosotros los que vamos a estar modificando las reglas del juego, pero sí creo que el 80/20 da cuenta que el pretender revivir una Constitución con los bajos grados de legitimidad que tiene, hace que al final la evaluación respecto una nueva Carta Magna sea menos estricta por parte de la ciudadanía”.

Pese al porcentaje 80/20, la oposición consiguió por sobre un 40 por ciento en las últimas elecciones presidenciales, por lo cual el parlamentario adelantó que el mayor desafío es que “la Convención Constitucional emane un texto que represente una Constitución de unidad y no de división, que incorpore las distintas miradas. Pero también hay quienes de antemano están diciendo que van a rechazar y ni siquiera saben cuál es el texto que se aprobó, y a mí eso me parece absurdo”.

De este modo, afirmó que aprobará “en cualquier caso”, si es que la alternativa es una Carta Fundamental que no sea democrática, que establezca quórums supra-mayoritarios “para reformar leyes cuyo contenido haya sido impuesto en la dictadura y no se puedan modificar, y que declaran inconstitucional las ideas de sectores importantes de los chilenos, dentro de los que yo formo parte. Obviamente esa alternativa constitucional no es aceptable. Pretender que la actual Constitución subsista me parece que no es un buen camino”.

Para concluir con el tema en cuanto a una tercera opción en el plebiscito de salida, Elizalde advirtió que esta propuesta genera más una incertidumbre que una certeza.

“Cualquiera sea la alternativa, pretender revivir la constitución actual no va a ser el camino que genere paz social y estabilidad democrática para Chile”, puntualizó.

Persistir en la voluntad de un diálogo sustantivo

Finalmente, el representante de la Cámara Alta también se refirió a la cuestionada visita de la ministra del Interior, Izkia Siches a La Araucanía, descartando que esta incursión fuese un error, pero aclarando que inicialmente no se cumplió el objetivo. Pese a ello, instó a la persistencia para lograr conciliar el conflicto y generar acuerdos.

“Creo que el gobierno entró a la cancha en frío y por tanto tiene que afiatarse desde el punto de vista político-comunicacional para desarrollar de mejor forma su trabajo. Pero creo que al poco tiempo sí se va a lograr. Respecto particularmente de la ministra Siches, yo dije que hay que darle una oportunidad al camino que está proponiendo para resolver un problema que se ha prolongado por mucho tiempo y en el cual las soluciones que antes se presentaron resultaron ser un rotundo fracaso. Hay que darla la oportunidad al diálogo independientemente de la persecución penal de los delitos que corresponden porque no se puede dejar en impunidad ningún hecho violento. (…) Lo importante es persistir en la voluntad de un diálogo sustantivo que se haga cargo con la deuda histórica que existe con los pueblos indígenas”, puntualizó.

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