Exsenador Fulvio Rossi: “A la izquierda democrática que aprueba la veo con muy poca convicción respecto del texto”

El exsenador Fulvio Rossi.

El exmilitante socialista es crítico del apoyo de los sectores de la ex Concertación al proyecto de nueva Constitución. Dice que en el Socialismo Democrático existen personeros que prefieren permanecer aliados a Apruebo Dignidad por temor y "ser parte del sector cultural (de la izquierda) en el que siempre te has desenvuelto", en vez de rechazar una mala propuesta.


Alejado de la política tradicional, el traumatólogo, exdiputado y exsenador Fulvio Rossi Ciocca (51) ha vuelto a la esfera pública a posicionarse desde el Rechazo en el plebiscito de salida.

A casi seis años de su renuncia al Partido Socialista, arremete contra el que fue su sector y apunta a que varios de quienes permanecen en el -ahora- Socialismo Democrático no escinden de esa coalición por la historia, por seguir perteneciendo a la “tribu”.

¿Cómo se encasilla ahora? ¿Como una figura de la centroizquierda?

Todavía me considero una persona de izquierda. Yo soy parte de una izquierda que hizo una alianza exitosa con el centro, y no de esta otra izquierda que hoy día llaman “izquierda democrática”. Significa que la otra izquierda no es democrática. Pues bien: (esa izquierda democrática) hizo una alianza con la extrema izquierda y con el Partido Comunista. Hay un retroceso en la historia desde el punto de vista de las alianzas. Por un lado, el socialismo en Chile logró establecer un pacto inédito, amplio, que permitió décadas de mucho progreso, de bienestar. Podríamos asimilarlo a la socialdemocracia europea, que lograron conciliar un rol del Estado benefactor, la protección social, con también la libertad del individuo. Esa izquierda de alguna manera hoy día ha dado un paso bien sustantivo en política de alianzas, al establecer una alianza permanente con el Partido Comunista. Entonces, yo sigo siendo parte de esa misma izquierda que gobernó con éxito este país, sigo sintiendo adhesión y para mí sigue siendo fuente de inspiración el Presidente Lagos, desde que fui dirigente estudiantil. Yo, al menos, siento que los que se han corrido son otros y no yo.

¿En qué ve ese viraje?

Uno lo puede ver en las posturas en los más distintos temas. Hay un tema que caracterizó a la Concertación que fue la gradualidad y es precisamente una de las cosas que hicieron que los gobiernos fueran exitosos: entender que los cambios requerían justamente de gradualidad para que fueran posibles. Hoy día te das cuenta que en cada ámbito político la idea es refundar, cambiar brusca y drásticamente las cosas. Basta ver en el ámbito de la salud. Están a punto de establecer un “Transantiago”, terminar con las las isapres, sin mejorar la capacidad que tiene de gestión el sistema público. Vamos a tener cerca dos millones de cotizantes del sector privado que van a tener que migrar al sector público, porque no van a poder pagar seguros complementarios, van a migrar a un sistema que está colapsado. ¿Qué es lo que habría hecho la izquierda dentro de la Concertación? Habría, primero, mejorado la productividad, la gestión, las oportunidades de atención.

¿Considera que hay una batalla o tensión entre estos dos mundos en esto? El Socialismo Democrático, finalmente, se alía con el Frente Amplio y el PC luego de ser muy cuestionado por los “30 años”.

En el tema de la nueva Constitución, eso es lo que ocurre, porque el Rechazo ha adquirido un cierto carácter transversal y básicamente porque no somos pocas las personas de izquierda y de centroizquierda que adherimos y participamos con entusiasmo de los gobiernos de la Concertación -incluyendo de la Nueva Mayoría- y que hoy encontramos que el texto que se nos propone lejos de ser bueno para Chile, constituye más bien un peligro para el futuro del país. Yo hace tiempo pienso que Chile no es totalmente inmune al populismo latinoamericano. Hay muchos que creen que esto no va a pasar, Chile no es Venezuela, Chile no es Argentina, pero he llegado a la convicción de que los países se van a la cresta no por la economía, sino por la política. Nos acostumbramos a pensar que siempre la clase política chilena iba a tener una responsabilidad tan grande, que iba a cuidar la solidez institucional, el prestigio internacional, que iba a hacer las cosas gradualmente y bien. Sin embargo, esta izquierda democrática está derrotada. Uno se puede reponer de las derrotas electorales, pero están derrotados en sus ideas.

Más allá del desplazamiento electoral, el FA y el PC han ganado terreno en el discurso: mayor radicalidad, menos gradualidad. ¿Ve cierta supervivencia en la alianza de la ex Concertación con Apruebo Dignidad?

Hay ciertamente una renuncia y un retroceso. El socialismo chileno tuvo un proceso de renovación muy grande después del golpe y de la dictadura. Eso permitió justamente generar las condiciones del reencuentro en Chile y también para años de gobiernos bastante exitosos. Hoy hay un retroceso. El PS y la ex Concertación es más bien el vagón de cola de esta nueva coalición. El que pone la música hoy día es el PC, ellos son los que deciden qué temas se discuten y cuáles no y cuáles son los límites de la discusión. Es más, cuando se habla de Apruebo para mejorar, vemos que el PC dice que no hay nada que mejorar; Gonzalo Winter dice que acá lo que hay que hacer es ver los cambios en la ley de implementación posterior al plebiscito, y el Presidente (Gabriel Boric) cambia de discurso todos los días. Por eso, yo lo acuso de oportunismo, es oportunista cuando una persona en temas relevantes cambia permanente y radicalmente su opinión. Cuando el Presidente dice que los temas se tienen que ver después del plebiscito, está cambiando una vez más.

Usted rechaza la propuesta constitucional, ¿por qué no le sedujo la idea de Aprobar para reformar? ¿Considera inviable?

Cuando uno ve el “Apruebo para mejorar”, versus el “Rechazo para reformar”, ves que hay personas como los Amarillos por Chile, como la Centroizquierda por el Rechazo que está presentando en el Parlamento propuestas concretas como (el proyecto de) los 4/7 y ves que la derecha presenta propuestas concretas. Es el camino que me da más certezas. La pregunta es la siguiente: en los temas más importantes, cuál es la disponibilidad que tiene para mejorar o reformar este texto del PC y el FA, por ejemplo, la plurinacionalidad. Uno ve que en las declaraciones políticas de ese sector, no hay ningún interés (de reformar), incluso. Es más, ellos reivindican que son los grandes temas que tiene la nueva Constitución y son los temas que generan más incertidumbre, porque son un salto al vacío. Aquí se está terminando con 200 años de vida republicana, se está terminando con lo que conocimos como Estado nación-chilena. Se están estableciendo territorios indígenas con autonomía, autogobiernos que traspasan las fronteras de las comunas y las regiones, una justicia particular.

Con esa apreciación, ¿por qué cree que en el Socialismo Democrático el texto tiene respaldo?

Me cuesta mucho entender que quienes forman parte de esta izquierda democrática avalen el texto. Y lo que he visto de la gente de izquierda, con los que muchos tengo una gran amistad, hay un tema de tribu, de no poder salir de la tribu, del sector cultural en el que siempre te has desenvuelto. Salirse tiene un costo muy alto, por lo que no hay convicción, más bien hay temor. Y eso explica lo inexplicable: que personas sensatas, que hicieron gobiernos exitosos, hoy están respaldando de manera irresponsable una propuesta que es un salto al vacío y que puede generar un grave daño. Aquellos de la izquierda democrática que aprueban, los veo con muy poca convicción respecto del texto. Tanto así que la estrategia del gobierno es salir del texto. En estos últimos 10 días, Boric con éxito ha logrado sacar del debate público el texto, que es justamente la principal ventaja del Rechazo, porque es una mala Constitución, ha puesto el énfasis en generar temor en la población respecto de repetir el proceso constituyente. Hay que volver a discutir el contenido.

Es muy castigado por personeros de centroizquierda que van contra la corriente...

Hay personas con las cuales yo tenía una relación de amistad, fueron colaboradores de mucho respeto y cayeron en descalificaciones personales, sin ningún contenido, en mi contra. Y lo he visto respecto de otras personas, no solo de mí. Acá hay una lógica de la cancelación al que piensa distinto. Quien lo instauró, este puritanismo, fue el FA, pero además han demostrado que no practican lo que dicen y han caído en peores prácticas.

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