Lo que para varios senadores era seguro para esta semana, terminó por desvanecerse.

Y es que la reforma política -que establece un umbral del 5% para acceder a escaños en la Cámara de Diputados- y la iniciativa electoral -que busca fijar la obligatoriedad del voto- nuevamente sufrieron un traspié en el avance de su tramitación. La idea de los impulsores de los proyectos era que se votaran ambas iniciativas este martes; sin embargo, los comités parlamentarios, en su habitual reunión de los lunes, donde se zanja la tabla de proyectos para la semana, decidieron dejarlo fuera de la programación.

¿La razón? La falta de acuerdos entre las fuerzas políticas para lograr despachar ambas iniciativas. Por lo mismo, los senadores acordaron, de forma unánime, esperar una semana más y agendar ambos proyectos para la próxima semana.

Sin embargo, fuentes de la Cámara Alta confidencian que, dadas las ausencias que se registran para esta semana, algunas normas de los proyectos podrían caerse, dado que se requiere un quorum especial para su aprobación. Con la baja de los ausentes el quorum es menor y, por ende, la norma se caería al no superar esa barrera constitucional.

Estas ausencias corresponden a las de Luz Ebensperger (UDI), Javier Macaya (UDI), Iván Flores (DC), Carmen Gloria Aravena (ind.), quienes tienen permiso constitucional, y Jorge Soria (PPD), quien se mantiene con licencia médica.

De igual manera, de los ausentes, solo los senadores gremialistas y el representante del PPD son parte de las bancadas impulsoras de la reforma política.

El problema de esta nueva postergación -que defienden algunos senadores que apuestan por arribar a un acuerdo- es la estrechez de tiempo que tienen para aprobar esta iniciativa y despacharla a la Cámara de Diputados.

Entre los partidos impulsores, en todo caso, desdramatizan este aplazamiento. El jefe de bancada de senadores de la UDI, Sergio Gahona, señaló que “si esta semana adicional nos permite acercar posiciones, bien vale la pena, sobre todo cuando sabemos de la importancia y necesidad de modificar nuestro sistema político”.

En esa misma línea, la presidenta de la Comisión de Constitución del Senado, Paulina Núñez (RN), aseguró que “todo el tiempo que pueda haber con tal de tener una reforma al sistema político lo vamos a tomar”.

Y añadió: “Nos parece importante el momento y la oportunidad en que se vote este proyecto para que todos se puedan pronunciar, pero nos parece aun más importante el hecho de que podamos ir acercando posiciones con tal de tener los votos no solamente en el Senado, sino que también en la Cámara”.

Otros senadores, como Matías Walker (Demócratas), tienen una apuesta mayor respecto a la iniciativa del rediseño del sistema político, pues considera que esta no puede ser despachada si no va de la mano con la ley que establece el voto extranjero. Por esa razón es que semanas atrás activó una maniobra dilatoria de pedir segunda discusión y, así, retrasar la tramitación del primer proyecto.

Pese a todas esas consideraciones, los parlamentarios siguen teniendo en cuenta el plazo legal que existe para la inscripción de pactos parlamentarios -el 18 de agosto- con miras a esa elección. Así, los legisladores están conscientes que corren contra el tiempo, pues aún queda el trámite en la Cámara.

Esa fecha es clave, pues la negociación por los pactos va a estar contaminada por la discusión del sistema político, ya que los partidos tendrán una estrategia de negociación distinta si es que existe o no el umbral.

El diagnóstico entre los diputados

Pese a que hace algunas semanas los dos presidentes de las comisiones de Constitución del Congreso -la senadora Núñez y el diputado Jorge Alessandri (UDI)- iniciaron una ofensiva para apurar la tramitación de la reforma política, entre los integrantes son conscientes que corren contra el tiempo.

“Hay que ser realista, reconocer que es bastante difícil o improbable que las mismas fuerzas políticas que contribuyen a la atomización, fragmentación, a la incapacidad de avanzar como país, sean las que hagan un cambio del sistema, perjudicándose ellos mismos desde el punto de vista electoral”, sostuvo el diputado Leonardo Soto (PS).

El diputado Andrés Longton (RN), en tanto, dijo que una alternativa es que el gobierno le ponga urgencia, pero aun así dijo que es difícil. “Sin ninguna duda que estando muy encima de la elección, eso siempre complejiza llegar a acuerdos que van a afectar a los mismos involucrados. Es una mala mezcla”, indicó.

La postura de Longton es compartida por los pares de su bancada. Incluso, el propio presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN), también señaló que veía difícil que la reforma saliera en agosto. “No voy a correr ni con los tiempos del Ejecutivo ni del Senado”, afirmó.